Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 7 de octubre de 2015

Alas caídas


Perfume


Perfume

El silencio me trae tus ojos de perlas temblorosas.
El murmullo de la calle fragoso, miro por la ventana en oleadas,
de viento y humo con la esperanza de que vienes.
Y ya vienes.
Pero no vienes.
El silencio sigue, pienso en tu sonrisa.
Y tu sonrisa está conmigo y está clavada en mis ojos.
Pienso en tus caricias.
Y tus caricias corren hambrientas sobre mi piel dormida.
Me niego a despertar.
No quiero ver la soledad detrás de tu perfume que se negó a partir.
Tu perfume sigue en mi piel.
Me hace recordar los momentos en que la felicidad inundó nuestra vida.
Cae la lluvia donde tu sombra vive de eternidad.
Te amo y nunca dejaré de amarte.

“Ayer acaricié el
pétalo de tu sombra.
¡Qué extraño fue!”

Distancia


Distancia

Distancia, me desarmo como una nube deshilachada en penas.
Quiero estar allí, no a distancia lejos de ti, pero debo estar acá.
El amor perdona a quienes saben amar.
Se cobra su tributo.
Le pago sin demora aún desde tan lejos,
con el dolor de la distancia antes y ahora.
El perfume lejano de tu ausencia me acarició la piel.
Sentí que me abrazaban y me besaban.
“Es su silencio”, me dije.
Era su silencio. Un silencio vivo, bullicioso de recuerdos,
de manos de papel, que acariciaban mi pelo desprolijo.
Un silencio a la distancia de voces mentoladas y ojos cenicientos de cristal.
Te amo en la espera porque se ama con el tiempo.
Letargo impreciso que arrastra en sus alas minutos y tormentas,
para acercar a mis caricias el fuego de tu piel.

“Cae la lluvia donde tu sombra,
 vive en la eternidad”

Regresas


Regresas

Regresas, te veo llegar a prisa hacia mis brazos que estaban abandonados.
Regresas con deseos de que nuestro amor lleno de pasión,
inunde nuestras vidas.
Y mi mirada que lo hacia hacía el suelo se elevo con dulzura,
viéndote venir hacia mí, mis ojos desorbitándose de amor,
los que lloran debajo de tus pies.
Aplaudo alabanzas, sin arpas ni prodigios, bajo esta ceremonia de amor.
Miro la vida ahora con placer y alegría, estoy contigo, en tus brazos,
nuestros cuerpos juntos.
Tus caricias tiernas, dulces, me inundan de aroma de amor.
Ahora quiero vivir así siempre.
Como los días pasan a escondida y como el humo se pierden los años,
ahora de nuevo bailo, me levanto, giro a toda música vago por mis ojos.

“Una lagrima encendida limpia,
 una noche procaz”