Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 6 de julio de 2018

Como decirte que te amo


Lejanías


Cabalgando en vientos de perfume y oro consumí tus besos de mariposas y de miel,
tus lejanas caricias me ataron a la sombra de tu fuego y en la sal de tus palabras,
hechas de crines doradas e impetuosas, enredé mi alma para siempre, aunque mi cuerpo no puede ir hacia ti, hasta tengo celos de la lejanía.
No estoy a tu lado pero siento el amor de tus manos y tus brazos.
Acaricio el silencio de tu ausencia, porque desde otra, tu lejana ausencia siente las caricias,
dislocadas que en galopes de metal y oro llegan a mi cuerpo nostalgioso.
Aún desde tan lejos añoro en el silencio tu presencia amada y mi piel añora tus suaves manos,
para cobijo y amparo.
Tengo celos, siento celos, si lo siento, porque no estás a mi lado.
Lejanía, triste palabra no impide que del otro lado del orbe dos personas se comuniquen a través del éter y se amen.

“Sentí su silencio,
silencio vivo,
bullicioso del papel”

Soledad


Estoy sola bajo la opaca multitud soterrada.
Todos pasan de prisa a mis cuatro costados, como un naufraga que desde
la perdida playa llama en  vano.
Estoy, sola, angustia, por el polvo rencoroso, pisoteada.
Estoy sola, olvidada.
¿ A dónde se alargan las manos?
¿A quién abrir el corazón desolado?
Todos llevan las tristezas de la vida, sin recibir las señales de los astros.
Estoy sola, acosada.
Por los rostros repetidos, renovados en quienes inultamente busco el rostro,
de un hermano.
¡Ay! si pudiera huir lejos por el campo.
Y sin relojes echarme sobre el pasto.
Estoy sola, encerrada, quisiera correr descalza a las orillas de los ríos
y las manos de los aires subir en pájaros o en nubes.
Y abrir la ventana a las golondrinas del aire.
Para entregarles el secreto de mi alma acongojada,
porque mi alma alucinada hace lluvia en mis ojos siempre azules,
dulcemente despierta a las glicinas.

“El silencio
 me trae tus ojos
 de perla temblorosa”

Deseo


Por un breve resquicio de mi frente acongojada, se asoman a mi pecho tus sentidos
y tiemblan las barandas de mi cuerpo,
al sentir apoyar tan leve sangre
¡no más llanto!
¡sí, amor, mucho amor estando contigo!
Tus palabras son poemas de amor que llegan a mi alma,
conmueven y sensibilizan mi cuerpo.
Y te desean continuamente.
Y de tu piel sin nube, se levantan las palabras justas y sinceras,
bajo un sol joven de rosas amarillas y mi boca en la boca del verano,
se inicio en el secreto de encontrarte.
La dicha me lleva a enseñar a tu boca a que me nombres y que lleves tus manos a mi pecho, amor que desnudándote caminas sobre el muro que cerca mi silencio.
Pido a la naturaleza y al mar me den la fuerza necesaria para recuperarme,
de esta amarga e inesperada decepción de alguien a quien le brinde todo mi amor
y mi generosidad.

“¿Qué Tejerá tu memoria
madura de andar
los tiempos dibujan los caminos?”