Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Siempre


Tu sombra que puebla los rincones


Tu sombra que puebla los rincones,
las miro pasar en un reverso de luz,
donde nunca he sido nada.
no has vuelto, te fuiste en forma huidiza y lastimera.
Cuando acaba el día,
alguien vigila las sombras
en todos  los lugares, en recónditos sitios,
para encontrarte para mí. 
Resignada me doy cuenta poco a poco de que no te veré mas
y callo mis venas, cierro los ojos me muero de miedo de que sea verdad

Tu sombra que puebla los rincones
vivir esperándote es vivir hacia atrás.
doy vueltas en redondo, días y noches para oír tu última palabra.
Aquella que yo te oí.
Quieta quedo clavada en el sitio oscuro
donde te deje de ver.
No daré un paso más,
estoy rodeada de sombras reflejadas desde espejos lejanos

Tu sombra que puebla los rincones
Desapareciste de mi vida sin rumbo cierto,
en una ceremonia de dolor dejándome escribiendo estas cartas
que me inundan de pena y llanto.
no he vuelto a reír donde la roca profundiza en mis raíces.
silencio
culpa
Soy un árbol sin vida, pasa el estío
y alguien dice: “Naturaleza me voy”.
Sé que dejaras en el mundo de tus amadas manos
mis ojos desorbitándose con este amor
que llora debajo de tus pies

tu sombra que puebla los rincones
los días pasan a escondidas entre las sombras de ti
y como el humo pasan los años
y en toces ¡basta!
¡quiero vivir!

Esperan las mañanas girando a toda música,
de nuevo me levanto y de nuevo bailo.
Ahora soy la obra directa de que en mi soledad soy feliz,
mis sonrisas me responden, mis caricias brotan de mi alma
con inusitada frecuencia.

Sombra que pueblan los rincones
Ya no existen más,
llego el momento perfecto, tan sin par,
imposible en lo mejor, estar con migo misma
Lo que yo te quise
¡qué tiempo lentísimo!
En minutos rápidos se iba desamando.

Quebranto de lágrimas


Quebranto de lágrimas,
que inundan mi mundo en gotas saladas,
que sacuden mi interior con sollozos agonizantes.
Al poema confié la pena de perderte.
He de lavar mis ojos de los azules tuyos,
faros que prolongaron mi naufragio.
He de coger mi vida deshecha entre tus manos,
leve girón de niebla que el viento,
entre sus alas efímeras dispersa.
Vuelvo la noche a mí,
muda y eterna del diálogo privado de soñarte,
indiferente a un día que ha de hallarnos ajenos y distantes.

Quebranto de lágrimas,
vieja alameda triste en el que el árbol medita,
en que la nube azul contagia mi quebranto
y en que el rosal se inclina al viento que dormita,
te traigo mi dolor
y te ofrezco mi llanto.

Quebranto de lágrimas,
no has regresado,
no eres más el mismo al que amé
y en un minuto dejo un poco más de llanto dentro del corazón.
no has vuelto y en mi silencio otoñal he buscado vanamente tus huellas,
todas las huellas y mi ilusión es un manto del cual se estremecía el viento,
Y que el sol ha dorado por siempre.

Quebranto de lágrimas,
mis manos te han olvidado,
pero mis ojos te vieron
y cuando la amargura del desencuentro surge por mirarte los cierro.
no quiero encontrarte nunca,
no quiero que desperdicies mi vida,
lo que fabrica mi suelo.
Como un día me la diste viva,  tu imagen poseo,
que a diario lava mis ojos con lágrimas tu recuerdo.

Quebranto de lágrimas,
amor que clama el silencio,
si mis brazos y tu boca se ya no se encuentran porque las palabras partieron.
Otra es ésta, que no yo , muda
conforme y eterna con este amor
ya tan mío que irá conmigo muriendo.
Como haré en el nuevo día ,
vivir si tu aliento sin tus brazos impalpables entre los míos?
lloro como la tierra que ha sentido dos veces germinar, el
 fruto perfecto y perderlo.

Quebranto de lágrimas,
lloro por ti,
me duele porque ya perteneces al pasado
y al no tenerte mi vida se suspendió,
por todos los minutos, horas, día, años.
sentí de pronto el infinito vacío de tu ausencia,
pero te seguiré amando en esté tímido silencio que te perseguirá siempre. 

Miedo a perderte


Miedo a perderte
Ahora que te nombro y te reclamo,
Se aleja un rudo embarazo de silencios
Entre tu cuerpo y mi presencia.
No te vayas, tú eres para mí la vida entera
Recorres mis sentidos sin orillas.

Miedo a perderte
Eres en mi otoño un viento adolescente en primavera
En la estupre de mis cantos se levanta
Y la sangre convoca en apetencia.
Te nombro a cada instante
Y te invoco con pasión y deseo, no me dejes.

Miedo a perderte
En las duros biseles del silencio
El calor de tus hombros enlazaba
La cima de los cielos con la tierra.
Crecías hacia adentro, mi piel con tu belleza
Y al roce, y al llamado de tus ojos…
Se alzaba de mí siempre este poema.

Miedo a perderte
No me abandones, no te alejes, no te pierdas,
Te buscaré entre el follaje de tu pecado
Y en fresco temblor de tu rocío,
Reposaré la cuidad, cada recóndito lugar secreto,
Explorare el río e indagaré por el mar, por mi cantado.

Miedo a perderte
No te encuentro si me dejas sin el verde levantado
Del árbol donde pierdo mi albedrío
Ni en el viento caliente del estío
Ni en la orilla del mar enamorado.

Miedo a perderte
Y así voy por verdes de la tarde perdida
Por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado
De tus brazos, ni ver tu fuego que en los pueblos arde,
Te llamo hasta quebrar mi voz, por eso,
Sangra mi corazón y te derramas alejándote
Sin sequia con una palabra de amor.

Miedo a perderte
Si regresas a mí, amado ausente,
El sol iluminara nuestro amor,
Y nuestra sangre con bilirrubina
Combinándose en el fuego.
Están fuertes mis manos y pasa un viento dormido
Ramos verdes que cierran mi sueño
Y torpe seré por siempre.