Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 30 de junio de 2016

El fin


Susurros Del Alma


Susurros del alma,
están en mí,
como una lluvia de suavidades indefensas,
íntimas
que claman por sacarme
de mi rutina diaria y solitaria
para arrastrar mi sed de verme
en el silencio de tus miradas grises.

Susurros del alma,
calmos, cálidos, íntimos
 que como una brizna viva
me acercan a tu lejano letargo de cariño
para nacer en tus atardeceres
bajo el canto de tus besos
en la danza de tus brazos
en el ritmo de tu anhelo en flor.

Susurros del alma,
 encienden la leña
de tu cuerpo de mármol perfumado
para recibirme
entre las lenguas encendidas de tus manos,
pero son sólo sueños,
son pasados tibios
porque son futuros limpios.

Pienso en tus brazos de estatua,
esculpidos por la pasión fresca
de mis formas tuyas.
Susurros del alma,
murmullos sutiles, dedicados,
 que llegan de improviso,
 rumoreando frases de amor
 entre jacarandaes madurados en la distancia.

Los siento llegar como mariposas
al vuelo de fuego y de tormenta 
en mi alma juglaresca,
 en mi mente de fantoche apabullada
y me arrullan en mis horas muertas
 esperándolos donde busco
tu figura desdibujada y deslineada.

Susurros del alma,
los quiero junto a mí,
sintiendo las caricias
 no  como un viento indiferente,
sí con besos ardientes y apasionados,
jugueteando en mi carne muda de cariño.

Susurros del alma,
 los siento aflorar en todo mi ser,
esperándolos expectante en mi silencio
colmado de ti,
como un juego puro, sencillo.
A veces se me olvida
que vivo de milagro el amor fabuloso
que me inunda ingrávido sobre tu recuerdo
con corazón de magia
sintiendo la ilusión de que nada nos cuesta nada.

Que el hecho más simple,
el primero y el último del mundo
 fue querernos.
Susurros del alma,
viven en mí como luces extrañas
que buscan el amor,
ese, el anhelado, el verdadero,
el que busco torpemente
con una cálida fuerza extrañada.

Los espero tropezando con el cielo,
entre papeles que esperan
mi prosa de amor inspiradas por ti,
 mi amado amante.
Susurros del alma,
los abrazo tiernamente,
se acercan con gracia,
con un querer ansiado,
traen un sueño, un sueño único
que siento todo trémulo
por haberlos esperado siempre.

Susurros del alma,
entre tibias memorias, sin contornos,
entre lirios y verdes valles,
 tientan mi recuerdo y mi albedrío
haciendo nacer en mi suelo
hasta tu frente
una hiedra de amor enternecida.

Te recuerdo


Te recuerdo
(cuando en las noches estrelladas y brillantes
y la luz de la luna baña de plata
 las aguas tranquilas del agua,
 te pienso).
Te recuerdo.

Te añoro
(tu perfil desdibujado
bajo la pálida luz de la aurora
viene en mi búsqueda con ansias locas).
Te recuerdo.

Te añoro
(evoco los instantes preciosos
pasado juntos, muy juntos,
 en silencios prolongados y profundos,
entre suspiros de amor
y besos apasionados).

Te recuerdo.
Te añoro
(eres el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza renovada,
quisiera cercar tu aroma con mis manos
y la dulce potencia de tus brazos).

Te recuerdo.
Te añoro
(tus cantares son con sones armonizados
siguen persiguiéndome sin descanso
y tus notas suben
al igual que ayer en numerosos acordes
y son para mí tu regalo).

Te recuerdo.
Te añoro
(todo sonido en eco tuyo
me lo convierte en alma que te espera,
y tus pasos se sienten siempre
de estar viniendo por la ausencia).

Te recuerdo.
Te añoro
(tengo miedo de no poder encontrarte,
de que mis besos se pierdan
en otro cielo
como el amor que vive de ola en ola).

Te recuerdo.
Te añoro
(perdida voy en las tardes
por siempre en tu embeleso
sin sentir el cercado de tus ramas,
ni ver tu fuego que en los fuegos arde).

Te recuerdo.
Te añoro
(te llamo hasta quebrar mi voz
en cristales translúcidos,
por eso sangra mi corazón
y me derramo entre lágrimas y sollozos).

Te recuerdo.
Te añoro
(dame mi libertad,
no quiero tu fatiga,
quiero sentirte como se siente el agua,
hermosa, libre y límpida
entre tu libre albedrío y el mío).

Te recuerdo.
Te añoro
(busco tu imagen en mi cuerpo
con el frescor de la creación primera
en las densas ondas de la noche,
con afán de encontrar la luz primera).

Te recuerdo.
Te añoro
(así te hallé, sin muros ni rejas,
entre luceros y luces fugaces,
 como manojo de iluminado amor,
el que te ofrendaba,
al día que alboreaba
cuando ganaba la aurora sus matices).

Te recuerdo.
Te añoro
(quiero fundir mi figura con tu bronce,
andar entre los peldaños del deseo,
hasta alcanzar la cumbre de tu nombre).

Te recuerdo.
Te añoro.
Llévame con mi recuerdo,
mis manos a tu pecho, amor,
que desnudándome caminos
sobre el muro que cerca mi silencio,
siente mis besos en tu frente
para que de mis labios surja el verso
que encienda la sangre en tus venas
y me sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo mi nombre en tu cielo.

Todo está escrito


Todo está escrito entre los dos,
con palabras de luz en nuestro destino.
No podemos desoír su voz ni su llamada
pues el amor es suave lluvia de oro
cayendo en la floresta de las almas.

Aún la melancolía en el amor
nos convierte a los seres en poetas,
surgiendo las más hermosas
y sentidas melodías
que se derraman por nuestros cuerpos
como el río desborda sus almas en el mar,
dejándonos arrastrar
por la corriente de la pasión.

Todo está escrito,
en los cielos abiertos van trazando
 los pájaros códigos de vuelos,
 las estrellas se leen
con largas lentes claras
que descifran el misterio de la vida,
de enigmas alejados.
Las tierras más remotas
con colores azules, verdes, rosas,
 entregan sus secretos en los mapas.

Y el pasado se ve tenuemente
tan escrito en los ojos,
en tus ojos,
que son elegía o cántico
que brotan desde un arco iris en el cielo.
Todo está escrito,
tu nombre no se lee donde se lee,
está en mi corazón enamorado
y contigo la Tierra es el cielo del cielo
y entre tus brazos no se sabe
de qué profundidad viene el amor,
lejano, sí de honduras de cielos
o entrañas de la Tierra.

Todo está escrito,
porque hemos pasado
por la senda estrecha
en los grandes zarzales de la vida,
sin hacernos ni una herida
ni sentir dolor ni pena.

Todo está escrito
y cuánto más te acercas
te siento despacito recorrer mi alma
y entre árboles llenos de nidos
va un raudal lleno de rumores dormidos
en lechos de algas y de flores.

Y sobre la sombra nocturna del éter
en la inmensidad,
 la Luna, triste y taciturna,
vaga en plena soledad,
mientras nosotros nos acunamos
entre abrazos tiernos y dulces besos.

Todo está escrito,
 los dos nos comunicamos
en un abrazo sutil
cuando los cristales duplican
el blanco disco de marfil.
Todo está escrito,
 el tiempo río que huye
y puede acontecer
que cuando queramos proseguir,
perdidos,
 nos hallemos en las sombras
 de un remoto ayer.

Todo está escrito
y un tropel de versos nos envuelven,
son los versos que se agitan
y rápidos se dispersan
como musicales flechas,
van en busca de las hojas,
van para no volver a lugares misteriosos,
sí  para volcarse en ellas.

Todo está escrito,
seguimos un ideal
que no se alcanza pero al fin,
con toral esperanza,
creemos que en un flotar suave,
surgen,
plenas de amor nuestras quimeras.