Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 9 de mayo de 2015

Me dijiste adiós


Ninfas encantadas


Ninfas encantadas,
surgen por el bosque
luminosas,
misteriosas,
travesías que empiezan
rumbo a Siempre,
buscando en su camino
el alma adolorida
de amor
para darle calor,
luz
y vestirla de armonía,
afanes
de querencias puras.

Ninfas encantadas,
geométricas,
columnas de amor,
arquitectas de sueños,
son un todo invisible
pero su suave roce
nos acaricia al pasar
como náyade del cielo,
nos mima
y nos ama.

Ninfas encantadas,
como ayas cuidadosas
e institutrices permisibles,
nos acogen
en su seno
para sentir
su calor y su protección.
Nanas prodigiosas
que danzan
entre duendes,
gnomos,
dando vida al bosque umbrío
donde tú y yo
nos amamos sin cesar.
Son balsas de salvación
con un polícromo velamen de nubes
vestidas de Venus
hendiendo prodigiosas
auroras
y crepúsculos,
espumas del tiempo de los años,
siglos
y con peripecias supremas,
día y noche nos reúnen,
nos hacen navegar
entre besos dulces
y abrazos fuertes,
empujándonos
a nuestro tibio lecho
de hojas de otoño,
para que lleguemos
al clímax supremo.

Ninfas enamoradas,
dan ansias de vida,
afanes extrañísimos de amor,
de querencias puras,
haciéndonos recalar
en la celeste ensenada,
segura,
la que está lejos,
detrás,
a salvo del Tiempo.

Ninfas enamoradas
calculadoras de sueños,
hijas sin edad,
sólo un diseño traslúcido
que une nuestro cuerpo
a la máxima plenitud
del amar.

Abstractas,
sin misterios,
serafines o ángeles,
mensajeras de pedazos de sonrisas,
de besos,
de caricias.

Ninfas encantadas,
sus alas,
yacen en lo altísimo,
entre plumas de ángeles,
que encomiendan su vuelo
hacia nosotros,
para que en nuestro existir,
vivamos amándonos,
entre gemidos,
quejidos,
reclamos,
suspiros,
del amor cuajado de estrellas.

Amante reviví


Amante reviví
volví a ser la mujer,
enamorada del amor,
porque encontré en ti
la ternura, el mimo, la nobleza,
la alegría de tú corazón.

Amándote reviví,
mi alma se colmó,
amor, alegría, gozo,
Placer de placeres.

Tú eres mi amor de verdad,
lo imposible siempre llega.
Felicidad destilada
por el tiempo en sus colmenas,
por el aire o por abejas.

Aprendí con paciencia a esperarte,
A sentir tú presencia llegar,
despacito,
besándome el cuello,
las manos mi todo.

Amándote reviví,
me llevaste por el sendero,
que inspiró la poesía.
En un raudal de inspiración
que es fragor de lucha en el día,
y en la noche meditación.

Nuestro primer beso de amantes
¡asombro!
¿Es obra humana tanto gozo?
¿Podrán los sabios repetirlos?

Vuelan hacia el segundo beso
más que beso claridad,
quieren buscar la certeza alegre
de su don de hacer milagros.

Amándote reviví,
mis armoniosas risas y lloros en flor,
se congregaron al rumor de las alas de mis sueños.

¡Versos!, con ímpetu alado
al ideal ascended
y en las estrofas verted
el amor que por ti siento.

Ahora, contigo a mi lado,
río,
canto,
bailo,
amo,
mi cuerpo vibra junto al tuyo.

Amándote reviví,
Cuando abrí la puerta de mi vida,
el perfume lejano de tú ausencia
me acarició la piel.

Sentí que me abrazaban,
‘’en su silencio’’, me dije.
Era tú silencio colmado de amor,
que se acerco muy cerca mío
con el fuego de tu piel .

Amándote reviví,
obediente al ardor de un mediodía
muerdo la fruta nueva.
La boca anhela el más celado jugo
del anhelo que me pasa.

Besos para ti,
contigo reviví,
presiento en cada instante,
la dulzura de la primavera,
pulpas de enero,
azúcares de marzo,
día a día,
sumados a la almendra.

Contigo reviví,
Amándote en una consumación feliz que trae amor,
A donde amor espera.

Mañana del ayer


Mañana del  ayer,
vivida con intensidad total
como si fuera un Hoy
último y deseado.

Sobrevuelo como una dinastía de soles,
amo y soy amada,
estoy envuelta en hilos
de unión perdurable y recíproca.

Mañana del ayer,
ya vivida desnuda,
he soñado una noche solar
con viento y lluvia,
me borraron como a un fuego,
como a un poema
escrito en un muro.

Mañana del ayer,
más allá del olvido,
alguna vez de un costado de la luna
verás cómo caen los besos
que brillan en mí.

Las sombras sonreirán altivas
luciendo el silencio que gime vagabundo,
vendrán las hojas impávidas
que algún día fueron
lo que a mis ojos vendrán
las mustias fragancias
que innatas descendieron del alado son.

Mañana del ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de vivir las rojas alegrías
que burbujean intensas en el sol,
que redondean las armonías
equidistantes en el humo
danzante del amor nuestro.

No me abandones, mi amor,
en esta verdadera mañana del ayer.

No quiero que falte poesía,
en el Hoy del hoy,
entre ensueños rezagados.

Pido el silencio entre nosotros dos,
que nos amemos juntos,
como si fuéramos uno,
solo tú y yo.

Mañana del ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.

Vida, mi vida, déjate caer
déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo,
de piedras verdes en la noche clara,
déjate caer, ahora,
ya, mi vida.

Mañana del ayer, cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
el temor de no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces de mi memoria
una viajera fascinante,
un fuego incesante.