Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 28 de diciembre de 2011

El desconocido



El desconocido se acerca despacio, en actitudes pertinaces y constantes, sin rostro, sólo se escucha su voz sigilosa y misteriosa.
¿Qué pretende? ¿Qué busca? ¿De dónde ha llegado y por qué?
Tiemblo sólo al escucharlo aún en su presencia ausente y al unísono, la angustia y el placer me inundan.
Su voz despierta en mí sensaciones nuevas y placenteras y a la vez dudas y temores en el momento que se siente llegar.
El desconocido me hace pensar en evadirme, desaparecer, eludir los momentos de gozo por una soledad desvivida ,para vivir como junco trémulo sin pasiones ni evasiones para desandar el último eco de su voz sin rostro.
¿Por qué me eligió a mí? ¿Qué designio del destino en silencio le dijo? ¡Esa!.Pobre de mí llegó a mi vida pura a devanar de a poco sólo con su voz mi dormido ser que estaba en perpetua paz.
El desconocido es como una espina de amor que me quita ligaduras del polvo que me abrazaba y me levanta para el canto de su amor ahogante.
Desconocido, ¡aléjate de mi  vida! Déjame seguir creciendo libre para que en mi pecho vibren las trompetas radiantes del agua pura y cristalina.
El desconocido ,es alguien a quien no conozco , lejano, muy lejano, que está entrando en mi vida a hurtadillas, quizás porque no existe.
¿Quién eres tú que llegas a golpear de improviso las puertas de mi cuerpo y de mi espíritu?
Has empezado a despertar una feroz y fatal llama en mi pecho aún cubierto de dolor y dudas.
No  sé hasta dónde y cuándo seguirás a mi encuentro pero no quiero ser tuya,contigo el peligro acecha.
El desconocido oculto, sólo con su voz alcanza para desnudar mi alma que estaba en perfecta quietud en mi isla prodigiosa donde estaba tendido el contorno de mi cuerpo y que casta luz inaccesiblemente luminosa , desde lejos vivía en vigilias verdaderas y únicas.
No quiero jugar más contigo, día a día, no quiero ser un adversario de nadie en esta vida , quiero el remanso claro y diáfano pleno de  felicidad y sonrisas  en el fondo del imperio de las nubes , escribiendo , acariciando en  las teclas de algún papel ,recuerdos de amores sin heridas ni escarnios.

Recuerdo tus rosas rojas




Para ti, mi musa, mi inspiración, mis sueños dorados, mi juventud y mi otoño, mi homenaje es para ti excelsa mujer poeta.
Tú inspiras mi vida, la forjas, la haces revivirla a tu través, mi corazón te llama, mi mente te clama.
¡No me abandones nunca! Los años pasados juntas, ahora siempre presentes, en las que me decías despacito “mi diosa” ¡No! La diosa eres tú, la excelsa poeta, la que atravesará por siempre los campos del olvido.
Por ti y para ti surgieron mis prosas poéticas de amor. De ese amor que vibra y late en tu corazón y en el mío.
Mujer de mujeres, poeta de poetas, todo lo que vuela en mis páginas en blanco, amarillentas, apergaminadas, en pequeños trozos,   minúsculos, son fuente de amor que tú quieres que se vuelquen en el mundo inundando almas con poesías de amor para que los sueños de todos sean uno solo.
Haz creado esta misión en mi vida sumergiéndome  en una vorágine de sentimientos y pasiones, entre misterios y nostalgias.
Como a ti me dicen transgresora de las letras porque  el amor que emana de mi mundo es profundo, sensual, único con todo la fuerza de la energía que viene de ti.
Me has hecho transportar contigo a la fuente del saber del alma humana.
Hoy juntas en una estrecha, alta y espiritual comunión de arte y tú como ángel blanco del alba estamos unidas por estrechos lazos que nunca se romperán.
Alguna vez, aunque tarde, debía decirte lo que para mi haz sido, báculo de flores, lámpara de luz indefectible, la palabra exacta, la ternura compartida.
Eres mi inspiración por siempre, te siento cerca de mí cada día y cada noche y me transmites sabiduría, prudencia y amor verdadero hasta mi último aliento de mi vida ya que tú presencia esta en todo momento a lo largo de esta mi vida.
¡Loor a ti Juana! Poeta de poetas, mujer de mujeres, tu energía creadora ha llegado hasta mí, tú lo quisiste y lo seguiré haciendo por siempre jugando con las palabras que tu enciendes en mí.

Sin libertad




Sin libertad, ¿a dónde irás? Te la quitaron y tú la ofreciste como en bandeja de oro con pétalos de rosas al mejor postor.
La vida entre tambores que andan por tu sangre no merece ser vivida, trasmitiendo la maldad, los celos, la envidia, la ignorancia.
Sin libertad vives en un submundo profundo, la luz no te ilumina como en una galera encadenado y tu mente divaga  en recuerdos ingratos y hablas sin pensar que hieres y lastimas.
¡Basta ya!, medita contigo mismo, reencuéntrate y haz que el amor, el verdadero te envuelva en una túnica de lentos llantos.
Sin libertad, mudo levanta tus brazos y clama por paz y paciencia como si pudieras salir de entre los escombros de pesadumbres y bajezas en las que estás sumergido.
Yo tengo mi rostro feliz, mis libres brazos y todo cuanto tengo, es Amor, lo más sagrado que a raudales sale de mi pecho aún a pesar de que crean que no tengo cualidades de ser humano sensible, de que soy pérfida y arpía.
Viven en la equivocación del no saber, del no vivir intensamente, de tener un corazón duro como un roquedal o roto en cenizas.
Sin libertad, no piensas, no razonas, eres intolerante y te vas desgastando con el tiempo, dando valor a lo mísero y pequeño por conveniencia propia.
¿Sabes  lo que significa valorar a alguien? ¿Sabes  defender lo querible? ¿Proteges a quién te quiere? No, eres calculador en tu cueva sin amor, no das ya más valor a las cualidades, sólo te interesa lo superficial y fútil, no lo verdadero y único.
Sin libertad aún cuando creas tenerla vivirás sin lo más preciado de este mundo, el amor incondicional.
¡Qué solo quedarás sin espigas de amor en tus brazos!
Todo cuanto en la vida quieres gozar no te pertenece a ti, es de los otros, los que te rodean en un mar de la nada, en un valle de las sombras donde el frío te rodeará y la felicidad huirá de ti, sin nada en tus frías manos, aún cuando creas tener todo.
Tenías inteligencia y coraje, piel y pechos duros para sufrir y vencer los golpes, los ultrajes, los manejos de gente necia y no supiste abandonar lo que creías necesario y llegaste  al final.
¡Cuán poca fuerza la tuya! , entre el polvo pero con necesidades materiales cubiertas, permitiste que invadieran tu libertad y quedaste desnudo y solo.
No supiste ni pudiste valorar lo que te conducía al sendero luminoso de la felicidad.

Palabras elocuentes



Palabras elocuentes, que oscilan entre mi gran silencio y mi voz que quiere clamar, ¡ven amor!, ¡te estoy esperando!.
Cimbrean mi alma toda, me acarician por dentro, con una extraña delicia de tocarme todo mi cuerpo y mi mente.
Palabras elocuentes que ondulan con un afán trémulo de no separarme y quedarse junto a mí en donde ellas quieren, aquí en los alfabetos, en las auroras, en los labios.
Mimbrean cerca de mí y a hurtadillas se cuelan por mi mente inundando mi alma de calma, paz y amor.
Atraviesan mi todo desnudo y perdurable y mientras siguen dando vueltas y vueltas a mi alrededor se entregan puras y con delicias en contactos rápidos y llegan a mi centro inmóvil que las escucha embelesado.
Palabras elocuentes me traen gozos, besos, luces, regalos que son dones de entrega total. Son símbolos, signos de que quieren llegar a mí y entregarse enteras en un amor pleno sin más destino ya que ser mías y darse por entero diciendo: “soy tuyo, sólo tuyo” y entonces tengo miedo a una nube, a un cielo, que me puedan dejar de estar un minuto sin tu amor.
Palabras elocuentes, sencillas, hondas en su significado, son como el sol que me acompaña y en las que me apoyo por el camino incierto, son escudos que resguarda mi pecho de borrascas y dolores.
Palabras elocuentes, son como el mar, llegan a mí agitando en el puño brillante los laureles de la roja mañana.
¡Por las aguas sin cadenas, canta el alma!.
Palabras elocuentes, buscan la raíz de los quebrantos para hacer que desaparezcan y ofrecen el goce perfecto, el lucero que nace en mi frante por la ofrenda del Amor venturoso, apurando en la breve llama la intensidad de los ímpetus de deseos y amor.
Palabras elocuentes, exactas, de silencios largos que hacen latir el corazón con ternura, suspiros que vuelan en el aire compartiendo instantes, minutos, de intensos deseos que estallan entre pétalos y pimpollos de rosas blancas

Presagios no esperados




Presagios no esperados   , en un soplo del tiempo la verdad afloró en mi mente y surgieron en mi mente sin querer aceptar que estaba envuelta en falsas verdades  en palabras sin  amor crueles y despiadadas que creí eran ciertas y me enamoré de lo alcanzado.
Presagios no esperados   , tu voz rodeó mi corazón y se hundió en mi alma, en lo profundo, en lo escondido, para tenerte siempre allí y me equivoqué, tu querer no era cierto, yo era simplemente nadie con quien te sentías importante frente a mis poemas, frases, versos de amor, inspirados en tu seudo amor que en mí era verdadero y único.
Hoy digo ¡ basta ¡ ,¡ ya no más ¡ me alejo de ti para siempre, me despido de tus viles arrumacos sin sentido, de tus ¡te quiero! , usándome como un fantoche a quien con hilos invisibles, lo usabas en tus momentos de soledad. ¡Vete! , no quiero sentir los miedos típicos de situaciones que sólo nos conducen al borde de un abismo sin fin.
Presagios no esperados, iré desde este instante rompiendo todo y volviendo ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, y te digo… Ya no te quiero más, ahora soy yo la verdadera, la pura y límpida de alma vacante disparada del arco más casual contra el cielo y el suelo.
Asustada, ciega, veloz, me alejo de ti, sin mirar hacia atrás, sin ver nada y queriendo lo que veo.
Presagios no esperados, me desprendí ahora del te quiero, del deseo de estar entre tus brazos y ebria toda en tu esencia ya no sentida, no pido nada, aplasto bajo mis pies ligeros la paciencia y tu mundo y lo lleno de ruinas, órdenes, tiempo, penas en una abolición triunfal, total, de todo y me voy en búsqueda de la felicidad de estar conmigo misma, empinada, mi frente erguida.
Presagios no esperados, no quiero caer , ni doblarme como una heroína sobre su hazaña inútil, sólo     pretendo no pensar en ti, en no depender del minuto sagrado que era escuchar tu voz que me decía…¡eres un ser tan querible!
No dejaré aún muriendo de pena, humo ni memoria de haber sido tuya y nadie lo sabrá, ni tú mismo.
E iré al encuentro de júbilosos monosílabos, de frases dulces, de versos de amor que un sí contestará a otro sí y repetiré diálogos que se oirán por encima del mar llevando mis palabras que se leerán por el aire como relámpagos de plumas que como nieve caerán copo a copo, cubriendo la tierra de un áureo amor esperado por todos.
Presagios no esperados, pidiendo a gritos lo que creí imposible, tantas veces pedido, callado  tanto tiempo y que hoy, nada más que hoy, de que esos te quiero falsos, aparentes, cortezas de cenizas me dejen con la gran delicia de esperar lo que llegará con un gran suspiro a mi espíritu en calma para darme Amor, el anhelado.

Ahora que no estas




Ahora que no estás, las horas pasan más lentas, el río corre despacio, el viento se detiene y tu alma ausente de mí hace que mi corazón vibre sin compases de alegrías y felicidades.
Ahora que no estás, quiero llorar e inundar mi olvido piadoso, mi corazón atravesado por el dolor de una traición que como espina me ha herido profundamente.
Ahora que no estás, rodeada de sinsabores, llena de mil preguntas que agonizan en mi mente sin respuestas.
Todo se perdió en un inmenso abismo.
Aún entre tantos devaneos  quiero no dejarte ir.
Ahora que no estás, invoco a los dioses del amor, para que iluminen tu alma y despiertes de tus incertidumbres, tus indecisiones, tus vagas ideas y me regresen tu amor intacto.
Ahora que no estás no hay instante en los días de mi vida en que sin quererlo te piense y suspire y en las noches te sueño conmigo.
Ahora que no estás lleno las páginas en blanco y escribo recuerdos palpitantes y existentes que a tu lado viví.
Te conocí tan de tiempo, que en tu amor me recuesto, cierro los ojos y camino sin errar, a ciegas, sin pedir nada a esa luz lenta y segura con que se conocen las letras y formas, pensamientos e ideas que me llevan a creer que tú eres, mi invisible existir .
Ahora que no estás, que te has ido, diciéndome que no me quieres, que has encontrado otro amor, ¿qué le digo yo a mis labios para que dejen de nombrarte?
Tengo preparado el cuerpo para el dolor y el beso que no te di con la sangre en su sitio, quedará dormido en mi regazo hasta el día en que quizás llegue alguien que me ofrezca sin más espera lo que tú no supiste dar.
¡ Ay amor si me quisieras, si volvieras a mí aunque sea un instante, sería el gran día que con sólo una palabra abrirías las puertas de mi corazón!

Desazón




Desazón del alma, descreimiento del amor  que paradójico tanto celebra como entierra.
Inquietud, zozobra, inunda nuestro corazón, el amor se ha ido.
Tu voz tiene registro de la ira. ¡Y eran tan hermosos, sin embargo, los versos susurrantes en el lecho de nuestras horas amanecidas…! .
En el devenir radica la permanencia pero es cansina la ondulación amatoria cuando culmina en decepción.
Da intranquilidad al alma y contrariedad al espíritu.
Dijiste amarme en la templanza de las aguas y ahora  , tan de repente ,tu mar colérico aja mi playa desnuda de gaviotas.
Grito de soledad en mis lágrimas hastiadas.
El amar no es voluntario pero, ¡qué amarga se vuelve la constancia de haberse equivocado tanto!
Cierro el cofre de mi corazón. La llave se la dejo al cielo.
Moriría, ya, si volviese a suspirar por otra música engañosa, falsa, que albergue entre sus sonrisas los truenos y rayos del universo.
Desazón, desahogo que golpea y rompe en mil pedazos la ilusión primera, aquella la que fue.
Sólo me queda de ti esta ausencia que envuelvo entre mis manos para sentir tu abrazo, para extrañar tu beso, que alarga las horas de mi nostalgia, el frío de mi cuerpo, la soledad que se acumula en una pesadumbre constante.
Desazón, descubrimiento de este vacío de ti que dejaste en mí, que agrieta el alma, que nada podrá llenarlo, ni siquiera lágrimas, ni versos de amor, tan desierto quedó el corazón, sólo  con la arena del tiempo donde se hunde el ayer.
Desazón, contrariedad, enfado porque sólo me queda de ti el pasado que yace por siempre, dormido en el silencio, donde no podré hallarte, donde no podré despertarte, ni hablarte de este amor que se rompió en espejuelos llevados por el viento.
Desazón, sólo me queda este sabor de ti cuando pronuncio tu nombre  y la hiel del desamor golpea y amarga mi alma con el olvido que es con lo que me dejas para vivir, días sin sol  y la desesperanza, una ventana cerrada, una puerta con cerrojos y esta garúa que anega eternamente mi alma hasta que alguien con sigilo y paz la despierte en la búsqueda de un amor pleno y total

El ermitaño



El ermitaño, escondido en su cueva en soledad y tristeza, en un entorno oscuro y tedioso, no deseas ir hacia la luz.
Tus pasos resuenan en la acera solitaria y se pierden en el sendero entre persianas cerradas y balcones vacíos.
No se oye ni un crujido, tu cuerpo esbelto y moreno no revela ni un ruido en las calles de gris monotonía.
Te entregas de noche a las sombras dormitando de a poco, siempre alerta ante el menor resquicio de un caminante sin rumbo.
Sé que he de encontrar la ventana entreabierta tu sombra desdibujada a la puerta sin herrajes por donde te podré hallar como una ninfa de los cielos buscando la raíz de los quebrantos.
El ermitaño, ser extraño al que necesito a mi lado para darle toda mi sed de vida y como buzo me hundiré en el mar de su regazo, liberándolo del tedio y de la monotonía.      
A través de sus ondas zigzagueantes llegaré a él para cruzar las crueles aves del tiempo.
Iré por sendas atravesando audazmente con mi risa fácil y mi aire de pájaro y con la luminosidad de mis palabras le regalaré el amor a la tierra y a la vida.
Vivirá ya no más solo y recibirá las rosas de la caricia, clarines, trigo y la flor del canto.
¡Qué se liberen sus hombros de oscuras cargas!.
El ermitaño quedará en mi camino, a mi lado, como ángel de piedra, invencible, siempre amparando y salvando con su flor de cielo pleno de paciencia y de paz.
¡Tú el insistente, ven a mí!.¡A mis brazos pronto!, como río de música, llovizna de jazmines, serenamente para abrazarme y envolverme como un árbol florecido de ternura y caricias.
Serás tu hoguera de estrellas y ya no estarás más solo en noches de abismos y de fina amargura.
Sola y pudorosa te seguiré buscando entre hondas cavernas donde la luz se filtra y sus rayos dibujan entre las rocas, tu figura enhiesta y alta diciéndome. ¡Aquí estoy! Y yo riente y segura voy hacia ti por entre las mil hondanadas  donde la luz de la luna me guía.
El ermitaño, mi ermitaño, voy hacia ti despierta en la alta sombra andando desnuda por dentro, hacia un lugar perfecto junto a ti.
Mis miradas te buscan como tordos de niebla en un valle de extrañas flores que encienden mi solitaria sangre que me llevan a tu lado.
El ermitaño, juntos viviremos recorriendo el océano de verdes amapolas angustiadas hacia un mundo nuestro ajeno a la soledad y a la tristeza en el que nuestros corazones palpitarán a unísono como campanas al vuelo.

Ilusión de esperarte




Ilusión de esperarte, expectante, ansiosa, esperando el momento mágico de estar junto a ti y sentir tu abrazo rodeándome con toda la dulzura del vivir a pleno.
Voy a buscarte empujada desde ti, de tus mejillas como islas de madréporas acariciadas por el viento suave.
Irme lejos a esperarte, a buscar fuera de ti lo que tienes, lo que quieres darme.
Ilusión de esperarte, de que me invites a resplandores y destellos y al llegar descubriré tus sonrisas anchas, tus miradas claras. Eso, era lo que allá, distante, estaba viendo brillar.
Ilusión de esperarte, soy tuya, sólo tuya, tengo miedo a una nube que me pueda quitar un minuto el amor entero y debido a ti.
Ponte de pie, de puntillas aguardando la luz, así te veré desde la lejanía, buscaré tus besos los que los traen los hilos invisibles de las luces titilantes, necesito tus roces con noches densas, los labios del porvenir.
¡Qué hermoso el mundo que entero vivo todo entre besos, luces y gozos viniendo sólo de ti!
Ilusión de esperarte, eres un símbolo puro, un regalo, un don, una entrega que me ofreció la vida.
No quiero entrar en el sueño ya que es una larga despedida de ti.
¡Qué gran vida contigo, en pie, alerta en el sueño!
Ilusión de esperarte, quisiera saber que sendas cruzarán audazmente con tu risa franca, tu aire pleno de donaire, la luminosidad de tus palabras hasta llegar a mí con tus pies firmes buscadores de aventuras entre los senderos de las montañas y de las estrellas.
Ilusión de esperarte conservando sellada la fuente de mi alma hasta que llegues y entres en mí, en lo profundo y abras los grifos de risas y llantos.
Me estremezco de pensar en nuestro encuentro, el esperar puso en mi pecho campos de alelíes y panales de luces y músicas con sones de laúdes y violines.
Ilusión de esperarte, me enredo como cinta del eco en la cabellera de los árboles y allí, desde lo alto, oteo el horizonte por donde tú aparecerás, relucientes tus sienes blancas y tu mirada parpadeante, buscándome entre el denso follaje de los ruidos, las sirenas, los trinos, los cantos.
Ilusión de esperarte, mi cuerpo clama y gime por ti íntegramente desnuda, sin sonrisas falsas, repitiendo reiteradamente, ¡búscame! ¡Estoy aquí esperándote!
Y el goce perfecto está por llegar, te siento llegar con tus palabras dulces y tiernas. Dame tus manos, tus lágrimas, tus tristezas y el lucero nos dará su luz para irnos juntos, muy juntos en la breve e intensa inmensidad del tiempo, cruzándose nuestros dos destinos al fin.