Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 8 de noviembre de 2017

Desierto


La laguna del amor



La laguna del amor,
entre montes y cordilleras se asoma
un bosque con florestas tupidas
y un claro surge como un espejo,
es la laguna de los sueños de amor.

Entre el ramaje del bosque
la luna se retrata
noche a noche en su espejo
donde deja su mensaje de amor.

La laguna del amor,
medio oculta en la totora
y del desgreñando sauzal llora,
hay un argentado chal que de frío tiembla.

¿Será acaso alguna aurora
por la noche sorprendida
o una lágrima perdida en su dolor
se delita con brillanteos de plata
y palideces con vida?
La laguna del amor,
cuando entre voces ahogadas,
el silencio majestuoso
alza un himno cadencioso
de frías notas calladas
bajo lánguidas miradas en los rayos de la luna
que resbalando una a una
entre el ramaje dormido en voz baja
y al oído conversan de amor con la laguna.

La laguna del amor,
los misterios escondidos
acechan sin oír nada.
Ni una palabra cortada,
tan sólo se oyen gemidos cuando los rayos son idos.

El arcano más palidece
al contemplar la laguna
y ésta mirando a la luna más llora
y más se estremece si los enamorados
se han ido para no regresar.

La laguna del amor,
tiene amor sin duda,
esa laguna está llena de sentimiento,
de ilusión
y cambia su color al latir el corazón,
es sublime compañera de la luna.
Es el cielo convertido en mil ángeles,
luciérnagas traviesas por doquier,
lugar especial,
se luce sabiéndose tan pura.

La laguna de amor,
las flores la embellecen,
el amor las resplandece,
es inspiración sobrenatural en un momento
y celebran los amantes con su gozo
porque celeste e intenso
luce el cielo compartiendo
la grandeza del amor.

La laguna del amor,
tiene magia sin duda esta laguna,
está llena de amor, de sentimientos
y cambia con el viento,
es amiga de la luna.
Es el sol convertido en mil estrellas,
lucecitas traviesas por doquier
escenario que es lujo para ver,
se luce aún más cada día.

Blanca espuma las olas al romper
imitando al mar en un momento
ostentando la fuerza,
el elemento para magia,
también todo placer.

La laguna del amor,
como una inmensa alfombra
de esmeralda pareces un mar
que se ensancha del espeso pasto
que cubre toda la extensión del suelo
que nos rodea abierto y ondulado
y allí yacemos los dos juntos,
amándonos junto a ella,
prodigándonos amores, besos, caricias,
rayando el silencio del espacio
con gemidos, cantos,
voces con murmullos dulces y tiernos,
aquí en la laguna del amor.




La vida es un trofeo


 La vida es un trofeo,
que vivimos intensamente,
con alegrías y pesares
pero sintiendo la fuerza
que nos empuja a vivir
con deseos de superarnos,
de luchar, de prodigarnos,
de dar amor por doquier,
de escribir poemas
para unirnos en un largo puente
para salvar al mundo del caos
y la destrucción.

La vida es un trofeo
si la vives con pasión,
como recompensa
a todo lo que das
con ilusiones y anhelos.
¡Vida, mereces vivirla a pleno!
entre cálidos perfumes
de jazmines de fina espuma.
Arranco al cristal azul,
mil campanas anunciando
que vivir es recibir la luz del cielo.

La vida es un trofeo,
entre amores y desamores,
fidelidades, inquietudes,
dolores, sufrimientos, felicidades,
por todo es un don que recibimos
del más allá y debemos dignificarlo.
La vida viene de lejos

a despertar el alma
y en el cielo de las aguas,
mis ojos al horizonte lejano
las flechas disparan.
Me siento con una máscara
tapando el rostro
y mi papel aprendido
que me quita los disfraces
y exige razón de la vida
me lleva a vivirla sin trampas.

La vida es un trofeo,
todo cabe entre sus fuertes muros
contra vientos y lluvia levantados,
las ventanas del miedo y de la duda
en la paz de mi umbral se han quebrado.

La vida es un trofeo,
¡qué fácil es vivirla
en las altas cimas del cielo,
con tu mano entrelazada en la mía!
La vida es un trofeo,
sólo hay que vivirla
y dejar que te viva
entre alturas del mundo
sin sentir la fatiga
de haber subido
como recompensa de vivir amando.

Mi ser en proa,
en velocísimo viento,
atraviesa la vida en segundos,
minutos, horas,
sin que se caigan o destruya
todo lo que deseamos,
nuestros esfuerzos que cuestan
a veces sollozos,
a veces risas
que como hojas secas
te alfombran el paso
convirtiendo los días
en peligros en llamas
al vivirlos con toda intensidad.

Y entre galardones de éxitos,
triunfos, amores milagrosos,
prolongamos el hecho máximo
de amar con la pena
y el pecho conquistados
en afanosas lides,
entre gozos parecidos a juegos,
días, tierras, espacios fabulosos
a la gran disyunción que está esperando
hermana de la muerte
o muerte misma.

La vida es un trofeo,
medalla que merece recibirse,
cada beso perfecto aparta el tiempo,
le echa hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.
Ni en el llegar, ni en el hallazgo
tiene el amor su cima,
es en la resistencia, donde se le siente,
desnudo, altísimo,
temblando en la separación.

La vida es un trofeo,
pleno de laureles, de ilusiones,
de anhelos de vivirla enamorados de ella.
¿Qué es la vida?
¿Se le coge a puñados
como al mar
o cae sobre nosotros
como el sueño sin despertar ya más,
igual que la muerte?
Va suelta,
escapada va sin que se sepa dónde,
si pisando los cielos que miramos
o bajo el techo que es la tierra nuestra,
inasequible, incierta, eterna…
jugando con nosotros
a vivirla a pleno.



Preguntas sin respuestas



A la noche
empiezan a encenderse
desde recónditos lugares,
las preguntas.
Las hay distantes,
quietas,
inmensas,
misteriosas,
distraídas,
como astros que preguntan
desde allá siempre lo mismo:
¿cómo eres?.

Otras, fugaces,
diáfanas,
menudas,
querían saber
cosas leves de ti y exactas:
nombres,
lugares,
esquinas,
viajes donde juntos estaríamos.

Tú no las puedes ver,
pero tienes el sueño cercado,
todo él por interrogaciones mías.
Preguntas sin respuestas,
tú, dormido o semidormido,
alguna vez soñando,
dirás que sí, que no,
respuestas sin tino,
al azar y de milagro
a preguntas que no entiendes,
ignoras la mayoría,
que no ves, que no sabes.

Porque ignoras todo en tu dormir,
absoluto y profundo
y cuando te despiertas,
ellas se esconden,
ya invisibles, misteriosas,
escabulléndose en mi mundo,
se apagan.

Preguntas sin respuestas,
seguirás viviendo alegre
sin saber que en media vida tuya,
la del sueño,
estás siempre cercado
de ansiedades,
de afanes,
de anhelos,
sin cesar,
preguntándose eso que tú ves
y no puedes contestar.

Preguntas sin respuestas,
y mientras te duermes a mi lado,
¡qué paseo de noche
con tu ausencia a mi lado!
Me acompaña el sentir
que no vienes conmigo,
estoy sola,
cavilando qué otras preguntas
pueden surgir de mi mente,
atiborrada de dudas,
temores,
ansiedades.
Los espejos,
el agua,
el viento,
se creen que voy sola,
se lo creen los ojos de la luna,
sirenas de los cielos,
aún titilando estrellas.

Tú, antes de dormirte me dijiste:
!No te vayas!
Fueron tus tres palabras últimas.
Yo sigo aquí a tu lado,
estrechada a ti,
dentro de ti,
hablando contigo.

Otras voces
me contestan sin cesar,
son espectros,
sombras,
fantasmas,
sueños,
amores de otras veces,
compadecidos de mí,
quieren estar conmigo,
van a darme sus manos
pero no se dan cuenta que yo llevo,
estrellada,
cálida,
tierna,
viva,
la forma de una mano amada
palpitando en la mía.

Y entonces me dejan sola
con el beso
que en mis comisuras
tú dejaste antes de dormir.