Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 30 de diciembre de 2016

Muy cerca


A través del cristal


A través del cristal, mis ojos te buscan sin cesar,
te necesito a mi lado, junto a mí,
extraño tu cuerpo apasionado.
El viento golpea el cristal
y nuestras palabras como en un milagro se entrelazan,
 se tejen en hilos dorados
y nos amamos.

A través del cristal espero
el regreso de un suspiro tuyo.
No quiero llorar porque
Las lágrimas deben llover
sobre las mejillas de la tarde.

A través del cristal espero tu retorno.
Yo estoy ausente pero en el fondo
de esta ausencia,
ahora aquí yo estoy y no estoy.
El cristal se quiebra en miles
de pedacitos acrisolados
como puñales quemantes
que buscan herir mi alma y mi corazón.

Angustiosa lamentablemente
me escondo en un recóndito
lugar secreto
para que tu alma me busque y no me deje más.
¿Acompañan las almas?
¿Se las siente?
¿O lo que te acompaña son
dedales minúsculos de vidrio?

A través del cristal nos encontramos
y en una desatada prisa, este pecho eligió
para romperse en él y estar unidos para
Sentir el amor, besarnos,
abrazarnos sin término,
buscando uno más detrás de uno más,
otro cielo en su cielo.

¿Serás amor un largo adiós que no se acaba?
Vivir, desde el principio, es separarse
 en el primer encuentro con la luz,
con los labios y el corazón percibe la congoja de
tener que estar ciego y solo un día.

A través del cristal nos vimos
y el amor nos tocó
como un retraso milagroso
de su término mismo.
Es prolongar el hecho
mágico de uno y uno sean dos,
en contra de la primer condena de la vida.

La magia y el ensueño apartan
los cristales puntiagudos
que cayeron al suelo apisonado.
La poesía llora en la punta del alma,
como un milagro que ilumina
el fondo de nuestros mares íntimos,
como el barco que se hunde
sin apagar sus luces.

Las palabras del poeta dan
 un marco celeste al cielo sin nubes,
epidemia de rosas en la eternidad.
El cristal desmenuzado nos unió
y ahora tú y tu canto me acarician
con notas aterciopeladas y tiernas
en medio de nuestra desnudez anclada.
¡No te vayas!
¡Ven pronto, amor viajero!

Tengo


Tengo las manos colmadas
de deliciosos momentos vividos
con intenso amor,
plenas de recuerdos inolvidables
y de penas ya olvidadas.

Tengo mi cielo de día
con un vestido azul y un botón de oro,
de noche con un vestido de luto
y un botón de nácar.

Tengo de día
todo el esplendor y el brillo
por que es cuando llega el amor,
de noche me sumerjo en la invisibilidad
porque es cuando el amor se aleja.

Tengo todos los encuentros fugaces
entre luces distantes
y azares sin respuesta.

Toda mi vida me palpita
encendida entre tus brazos,
cuerpos finos y delgados,
todos miedosos de carne.

Tengo,
desde que naciste,
al son de mis deseos viola de amor,
altar en el Olimpo,
cintura cincelada en nácar verde
y perfil modelado en blanda cera.

Tengo el calor de tus hombros enlazado,
apretado en mis brazos
y me siento en la cima de los cielos
con la tierra.

Crecías hacia dentro de mis dedos
cuando herías mi piel con tu belleza
y al roce y al llamado de tus ojos
tengo en mi alma
todos los poemas alzados
desde mi sangre.

Te tengo en el verde follaje
levantado del árbol
donde pierdo mi albedrío
y en el viento caliente de estío
y en la orilla del amor enamorado.

Tengo mis sentidos
creciendo a tu espalda,
flamígeros cipreses
en hileras por los aires,
un círculo amarillo
me inundaba de cuerpo entero.

Tengo tu figura vedada a mis poemas,
a mis prosas de amor
como un cerco de jóvenes olivos.

Tengo en mi boca tu nombre
y llevando las manos a tu pecho,
amor,
desnudándote,
caminas sobre el muro
que cerca mi silencio.

Tengo un aire domado por donceles,
ramos verdes que rodean mi sosiego
posando un viento en mis labios
que te acercan más a mi
y soy feliz.

Eres mi sol y mis cánticos unánimes,
el brillo de mis bienes ya logrados
y el aire para el vuelo de mis ángeles.

Tú conservas los labios
sobre el musgo
y tu nombre en el silencio,
riela,
espero que no te apartes nunca
y siempre nazcan de tus ojos
el verde azul que refresque mis sentidos.

Tengo,
te tengo,
tengo todo en mí,
eres mi luz en el zócalo del viento
rezagando mi camino,
ancla de oro y cadenas de mis anhelos.

Eres mi música del viento,
tan leve en extensión
al amparar su son
tan breve tiempo.

Te tengo y al tenerte
¡qué sensación tan profunda arranca
de mis entrañas!
¡qué grito de amor
desgarras de mis poros
y mi sangre!

Contigo soy feliz


Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado
y en mi duermevela
busco tu alma clara
y abierta
por caminos anchos
y altos muros
para guardarlo,
escondida sólo para mí).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás,
si tú no estás ausente
te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina,
voz como en humo la llama,
en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos
que abren las alas
y vuelan levantando un tembloroso remolino
de cadencias
que nacen de mi amor por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas
que lentas pasan
al pensar en ti).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace llegar
a lo profundo en nuestras almas
quebrando surtidores delicados,
en la tierra de lluvia recién mojada
llamándonos con su húmeda voz
desde un mundo muy remoto
a otro mundo muy lejano
siempre unidos).

Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer las flores acaban en rimas,
versos que empezaron tallos
hasta el jardín más quedo
van floreciendo por el amor insólito
 que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me hiere tu abrazo,
se gastarán tus caricias en días
y noches blandas
y poco a poco
te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil
cuando los cristales
duplican el blanco disco de marfil de la luna,
nos unimos
y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad
y muchas veces,
misteriosas frases de amor
vuelan como visiones
que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
 tiene saber a poco,
siempre que estoy a tu lado
cada día quiero más de ti,
eres mi silencio azul
en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
a las aguas turbulentas y profundas
que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso
nos lleva en plena noche
por el campo abierto.
Los astros nos observan
con tenue empeño
y las lomas echadas de bruces
nos miran en silencio).
Juntos somos uno,
aspiramos la calma que nos une,
con perfume a trébol
mientras se alborozan todos los recuerdos
de nuestra vida juntos
y la luz nos ilumina de puntillas,
en el alba,
lanzándonos a las nubes
para amarnos siempre,
como voces.