Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 28 de octubre de 2018

La puerta sin abrir


Sólo tú




Sólo tú, mi amor ausente,
me instas a que mi cuerpo y mi alma
se abran como un gran abanico
de sentimientos, risas, deseos,
gozos, alegrías sin fin.
Quiero estar contigo donde estuve.

Contigo, volver
¡Qué novedad tan inmensa ésa,
volver otra vez y repetir
lo nunca igual de aquel asombro infinito!

Sólo tú, en cualquier instante,
segundos, años,
 puedes golpear mi corazón
porque sé que donde estuve
sólo se va contigo, por ti.
Tus besos los beso yo por ti,
 saben, tienen sabor a los zumos del mundo.

¡Qué gusto negro y denso
a tierra, a sol, a mar!
Se quedan un momento en mis labios,
indecisos, imprevistos
y sin percatarme no se si son para mi,
 por ser algo irreal y mágico,
¡Son estelas, son signos,
son condenas o auroras!
Sólo tú, creas en mi rostro un velo de lágrimas.

Si tú supieras que ese gran sollozo
que estrechas en tus brazos,
que esas lágrimas que tú secas besándolas,
vienen de ti,
son tú dolor hecho lágrimas
más sollozos míos.

Sólo tú, el único,
traído por el viento crepuscular
y el silencio boreal,
 hizo latir aprisa,
acompasado mi corazón enamorado.

Dime el  porqué de nuestro encuentro
en la sintonía del existir
en este Universo que nos rodea
y nos envuelve en redes invisibles,
diáfanas, entrelazadas
con hilos de mil hojas verdes
 y capullos sin abrir de flores multicolores.

Sólo tú, es al que espero,
a nadie más esperaré nunca,
como Penélope tejiendo mil telares
frente al mar mirando
casi sin ver el horizonte
fruncido por la pena de la distancia.

Cuando tú me elegiste, el amor eligió,
salí del gran anónimo de todos, de la nada
y mi tristeza se trocó en alegría
más alta que las estrellas o nubes,
me elevaste.

Y mi gozo se echó a rodar,
 prendido a tu ser, en tu pulso.
Posesión tú me dabas de mí, al dárteme tú.

Viví, vivo, ¿hasta cuando?
Sé que volverás atrás,
cuando te vayas retornaré
a ese sordo mundo sin diferencias
de la gota en el agua,
del gramo en el peso.

Una más seré yo
al tenerte de menos
y perder hasta mi nombre.

Soplo de vida




Soplo de vida,
está entre una línea de fuego y misterio,
línea subrepticia,
 está también entre dos notas musicales
como una nota entre dos hechos,
es un hecho entre dos granos de arena,
 juntos en donde hay
una serie de espacios.

No es tan sólo un sentimiento
que se siente entre los intersticios
 de la materia primordial,
es el aliento del mundo,
 es el Amor
que como respiración continuada
llama al silencio.

Soplo de vida,
 que me lleve a soñar lo que deseo,
porque sólo tenemos una vida
y sólo tenemos una oportunidad
 de hacer lo que queremos
con plena felicidad.

No es de extrañar
que busque el camino hacia ti,
 con una letra mayúscula,
aferrándome ferozmente
para buscar el acceso directo
con refrescantes sombras
y la luz reflejada
 entre los árboles
 donde finalmente te he de encontrar
en mi puerto de llegada.

Soplo de vida, fugaz, leve, vibrante,
hasta calar hondo entre sollozos
por pensar en su final
 pero sin angustias y gritos,
 sólo pensar en el pecho vacío.

Un momento de amor y dicha
es suficiente para toda una vida
 porque nacen y mueren en un instante.

Soplo de vida,
 mi amor por ti
me hace sentir viva.
¿Será sólo por un momento?
¡No!, quiero la vida entera,
que este sentimiento dure,
que sea una pasión verdadera
entre placer y gozo
que nos una por siempre.

Soplo de vida,
 es el toque que mueve mi corazón,
 el latido de la emoción, los sentimientos…
Nunca, tú y yo, tan cerca,
 vamos a dejar de ser luz de luna,
la pasión y el placer de estar juntos.

Soplo de vida, largo, que acaricia,
 que excita, que agita
con suaves movimientos
el aliento que cuelga el sonido
 que se pierde en la sed pura,
 en el dolor y las caricias
 que nos conmueven.

Soplo de vida,
que habrá soñado anoche esta cabeza mía
que al despertarme con la luz del día,
 sentí a mi corazón tan pleno
y al apoyar mis manos sobre mi pecho supe,
 que era por ti que así latía.

Soplo de vida,
con estrías de luz
 haces maravillosos bosquejos,
 deslumbradores,
que rutilan por el agua
 como inventos con resplandeciente afán,
alegrísimo esfuerzo,
puro juego,
en ardoroso buscar la plenitud toda,
de éste nuestro nuevo amor.

Soplo de vida,
 que me hace verter en páginas nuevas
y en blanco mis metáforas consistentes
en buscar todo mi amor
y endulzar tu camino
esperando tus gestos únicos
de dulzuras y pasiones,
 transformando todo el paisaje,
tocando mi corazón, como luz.

Unidad del alma, se multiplican los destellos,
 lo que fue calma en fervor
de innúmeros espejeos
que entre la paz del agua,
 anuncian el encendimiento de una palabra,
otra y otra
 hasta llegar al verso.

Temor fugaz




Temor fugaz, breve, vacilante,
me enfrenté a él
reconcentrada y penetrante,
sola, muda, predestinada, esclarecida,
en mi aislamiento profundo, en mi hondo centro.

Mi sueño errante y mi soledad hundida
se dilataban por lo no existente,
hasta que vacilé
cuando la duda oscureció mi alma por dentro.

Temor fugaz,
que entre dos tinieblas me perdió
y me cobijó entre turbas alas,
sin riesgos ni desafíos
en una lejanía sin memoria
de encantamiento,
sin una presencia de deseo
 alejándome por un instante de ti.

Temor fugaz,
como un aterciopelado telón
se entreabre y deja pasar
una sombra oscura, de duda, de inquietud.
¿Por qué aparece de esta manera
misteriosa y solapada?

No quiero sentirlo,
trato de no sentirlo,
tengo la leve sospecha
de que me avisa
que en mi vida el amor se alejó despacio,
dejando tan sólo un rastro de recuerdos,
 un indicio de imposibles
que me fustigan la piel
con una impaciencia dominante,
con un hervor que calcina
 mi corazón desenfrenado
a encender nuevas fogatas
de amores renacidos
como las estrellas cuando brillan
con intensidad en el azul cielo.

Temor fugaz, me hace perder
en el medio de palabras diferentes.
No deseo dentro de mí, la ilusión
de la incertidumbre, la inconsistencia.

Deseo una nueva estación en mi vida,
 el viento del amor
 golpea a mi puerta
pero la pasividad me impide abrir.

La prevención
de un torbellino de emociones
 como una tormenta
puede lavar las heridas más profundas.

Temor fugaz,
pasó y no dejó huellas,
ahora revivo, canto,
creo en el amor que me espera
renaciendo en mi vida
 la alegría de vivir
con emoción, desorden, ligereza.

Necesito todos esos sentimientos
que vienen con sabor,
con una cierta mezcla
de un pedazo de soledad
sediento de amor.

Temor fugaz, 
se que nunca será demasiado tarde,
el dolor y el miedo,
 nunca serán mortales,
hasta la herida más profunda
se cura en el mismo lugar
 donde una nueva piel se formó.

El amor puede tocar en cualquier momento.
¡Estoy aquí!
 ¡Siempre voy a estar aquí,
esperándote, amor,
sin dudas ni sombras titubeantes!

Surgió la luz y me elevó
al cenital esplendor
donde todo está claro,
 no hay dudas ni temores.
Ya no estoy dentro de la niebla,
el tiempo eleva las anclas,
el silencio pleno de amor
echa al vuelo enmudecidas campanas
 y cumplen su juramento
los horizontes del alba,
la vida toda de día, pura,
 flota en el agua,
en el aire, en la nada.