Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 12 de febrero de 2016

Gracias


El Fin


El Fin

Siento agua en mis ojos y nueves de viento en mis manos.
Siento en mis pies enloquecidas alas y jilgueros de música en mi garganta,
siento que todo en mí  quiere volar.
Quiere ir a un arroyo rumoroso, quiere enredarse en un balcón de arrullos grises.
Y perfumes amarillos tipas y palomas.
Me atraen desde la distancia que es verde y es planicie pura,
me llevan en sus brazos de hojas frescas y de aguas de espejos cautivantes.
¡Al fin me ponen en los tuyos!
Me ahogan tus ramas de piel caliente.
Me sacude el elixir de tus caricias, cual sublime pájaro de fuego.
Quiero que aturdas todos mis sentido, quiero sentir un cerco,
que confunda mi cuerpo con tu carne me aliento con tu boca, mi piel con tus ojos,
de humo y de miedo son final.
Comúlgate conmigo, apaga el viento que delira.

“Es tu voz un bálsamo dulce
que me busca,
en oscura lejanía” 

¿Por Qué?


¿Por Qué?

¿Por qué sin darme cuenta busco tu mirada y no está?
Busco tus besos y no me besas, busco tu cuerpo y se hizo traslucido.
Y tanteo todo a mi alrededor  y me encuentro un alto muro que,
que me impide avanzar.
Lo recorro y no tiene salida, estoy encerrada sola conmigo misma.
¿Qué pasó así de pronto?  ¿Por qué sucedió?
Me alejaste tras un muro para que no pudiera encontrarte nunca más,
todo mi calor, mi amor, mis caricias vuelan tras estos muros.
Que ahora son por tu ímpetu de locura, amparadas para mi,
como ramas de árbol en cuya sombra cantaran los mirlos, para darle paz a mi alma.
Para dejar mi pecho libre de quebrantos, para que no piense más en ti.

Todo cabe entre entre estos,
 muros que construyó con amor mi brazo,
 para no verte mas ni sentirte. 

Lejanías


Lejanías

Cabalgando en vientos de perfume y oro consumí tus besos de mariposas y de miel,
tus lejanas caricias me ataron a la sombra de tu fuego y en la sal de tus palabras,
hechas de crines doradas e impetuosas, enredé mi alma para siempre, aunque mi cuerpo no puede ir hacia ti, hasta tengo celos de la lejanía.
No estoy a tu lado pero siento el amor de tus manos y tus brazos.
Acaricio el silencio de tu ausencia, porque desde otra, tu lejana ausencia siente las caricias,
dislocadas que en galopes de metal y oro llegan a mi cuerpo nostalgioso.
Aún desde tan lejos añoro en el silencio tu presencia amada y mi piel añora tus suaves manos,
para cobijo y amparo.
Tengo celos, siento celos, si lo siento, porque no estás a mi lado.
Lejanía, triste palabra no impide que del otro lado del orbe dos personas se comuniquen a través del éter y se amen.

“Sentí su silencio,
silencio vivo,
bullicioso del papel”