Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


martes, 9 de octubre de 2018

Instante


Tiempo perdido


Tiempo perdido,
ya ido, no volverá,
mi alma no sufrirá por tu ausencia
y mi vida cambiará.
Siento cantos que cruzan mi alma,
en medio del tupido bosque de las sombras heladas,
traen el secreto del gozo
y la felicidad que creí perdida.
El miedo a sufrir ahuyentó de mis ojos ,
las palomas del sueño,
ya no siento la soledad helada,
ni en la frente, ni en los huesos,
ahora me llegan los clarines de la risa,
y la paz apurando,
en la breve llama la inmensidad del tiempo.

Tiempo perdido,
apago de los espejos,
los mezquinos recuerdos de mi blanda frente,
sostenida gozosamente sobre los lotos del olvido.
Ahora todo cabe entre fuertes muros,
que levanté sin darme cuenta para que la maldad no entrara más,
en mi vida
y contra vientos y lluvias,
levantadas las espadas del miedo y la duda,
en la paz del umbral se han quebrado.
¡Todo el cielo azul me acaricia!
Y espera entre dispersas nubes el amor,
que me busca desesperadamente,
para cubrirme con sus brazos, buscar mi cuerpo,
acariciarme toda.

Tiempo perdido,
con pámpanos de luz vivo ahora feliz
y mi boca los cantos y las risas se oyen por doquier.
Doy amor, recibo amor,
me envuelve una nube azul de amor para ser feliz
y la voluntad de hacer el bien me acompaña.
tiempo perdido no existe más,
mi rostro feliz, mis libres brazos
y todo cuanto tengo,
flores, cielo ancho y mis poesías de amor,
que corren presurosas al papel,
no son para tí,
nunca lo serán,
éstas a mi amado que me abandonó,
quedarán selladas en un cofre que no abriré más.
Todo cuanto en la vida gozo me pertenece,
nadie me lo quitará,
lo guardo entre espigas en mis manos.

Tiempo perdido,
miro los largos cercos cubiertos con el cielo,
de las campanillas azules
y el tupido naranjo cuyos pájaros daban cada tarde,
su lección de canto.
Mi corazón oloroso de jazmines,
tiene por cinturón los cardenales del río
y se viste con la verde túnica de los campos.
¡Ahora vivo feliz, sin crueles mentiras a mi alrededor,
ni dolores pesarosos!
¡El amor es único,
debemos darlo a todos nuestro semejantes,
para vivir en un mundo de paz,
solidaridad y no violencia!

Un día triste sin ti


Un día triste sin ti,
no quiero más la melancolía, el llanto,
la tristeza, por no estar a tu lado.
La vida es todo,
vivir amando es lo máximo,
todos nuestros semejantes, pero no es sufrimiento ni dolor,
porque si es así , el amor debe desaparecer.
Y no te espero más allá,
de los fines y los términos.
Miras de pronto a lo lejos.
Clava la mirada allí, no sé en qué
y te dispusiste hacerlo, ya tu alma afilada de saeta,
buscará otra mirada para conquistar.

Un día triste sin ti,
yo no te miro más a donde miras,
yo te estoy viendo mirar.
cuando te fuiste,
retorné a ese sordo mundo sin diferencia del grano,
de la gota en el agua, en el peso.
Una más seré yo al tenerte de menos y así  perderé mi nombre,
mi edad, mi señas, todo perdido en mí, de mí.
Vuelvo al osario inmenso de los que no se han muerto
y yo no tengo nada más que perder en esta vida.
no quiero que te vayas dolor,
última forma de amar,
me estoy sintiendo vivir , cuando me dueles,
no en ti, ni aquí, más lejos, en el año,
de dónde vienes tú, en el amor tuyo
y todo lo que fue.

Un día triste sin ti,
si no estuvieras en mí dolor,
tristeza irrefutable,
yo ya no te recordaría más.
esta verdad me asegura que nada fue mentira.
y mientras cada tarde siento en mí alma,
dolor, tristeza, se dan la prueba,
a lo lejos de que existió nuestro gran amor,
de que me amaste, sí de que yo aún te estoy queriendo.
Estoy sumergida en un mundo de desolación,
de que no tiene al lado otro ser,
un dolor ajeno, del que está sólo,
ya sea con su pena.

Un día triste sin ti,
queriendo consolar en tu quimera el gran dolor,
que es todo mío.
Aún estoy aquí- según creo- viva
y escribiendo estas cartas de amor,
que tú con tu huida inspiraste en mí.
¡ilusionista, inimitable, vendedor de tristezas,
el todo poderoso amor perdido!

Alas caídas


Alas caídas,
te fuiste volando raudo y veloz de mi lado,
sin una palabra de adiós,
buscando desesperado tu nuevo amor,
que te estaba esperando en el lugar equivocado
y fue tan raudo tu vuelo,
que caíste con tu cuerpo y mente en una mar de escombros,
donde creíste encontrar el amor que esperabas.
¡ pobre hombre desgraciado y tonto!
tus ojos no se dieron cuenta que te ibas de mi lado,
a una cueva profunda y maldita,
donde te iban a dejar en la ruina y destrozado.

Alas caídas,
la vida en sus múltiples facetas,
tú el que decías que me amaba se omnibuló sorpresivamente,
de otra mujer que tus ojos vieron como la belleza máxima,
quien te hirió y te engaño con sus ojos pardos
y maléficos.
¡pobre de ti mi amado ausente!.
Mi lástima te inundó y no te diste cuenta,
nunca más te vi
y ojala nunca te vea más,
pero mi dolor y pena sigue por tu ausencia,
sangrando las heridas de mi corazón,
que aún no han podido cicatrizar.

Alas caídas,
mi vida continuó sin ti
y surgieron mis poemas de amor
y estas cartas que te seguiré escribiendo,
porque el papel blanco me llama
y me pide que vuelque todas mis penas,
mis anhelos, mis pesares ocultos.
Y tú en volandas arremolinadas volaban hacia tu nuevo amor,
ese amor que te dejó en escombros de pobreza total,
te cambió en tu país al que la llevaste,
por otro amor y te dejó en crisis total.
Te lo merecías , tus locuras provocaban en mí,
el más grande dolor, mis manos quedaron vacías,
al quedarme sola.

Alas caídas,
por ti la tristeza me la ha robado la noche.
Era mía, bien mía, pensaba decirla en versos,
darle forma como dan las lágrimas,
forma tibia al dolor de adentro.
Pero estaba clara la noche
y el papel esperó en vano.
Anduve sin ti por las estrellas y el aire
y el olor de las amapolas,
todo era como un corazón tendido a la confidencia.
Y mi tristeza está ahora lejos, lejísimo, en las estrellas altas,
en esa brisa fresca,
que no puedo aprisionar aunque abro y cierro las manos,
está ya fuera de mí.
¡gracias, mil gracias!
soy feliz en mi soledad,
esperando el nuevo amor.