Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 17 de julio de 2017

Consternación de amor


Sin ti





Sin ti,
¿quién soy?
¿cómo vivo?
Soy una hoja amarillenta
llevada por el seco viento
del silencio
al silencio.

Tal es el viaje completo.

En el trayecto,
te pienso,
te extraño,
te busco
entre bacanales,
falsas algazaras
proezas musicales sin sonido,
pero en ambos confines
del paisaje,
silencios.

Sin ti.

Es viajar sin equipaje,
entre fauces abismales,
engañosas,
acechando entre mentiras falsas.
No puedo burlar
el férreo derrotero
para alzarme
y encontrarte.

Mis ecos están en el timón
el rumbo escrito,
un bandazo final
y naufrago
voraz silencio engulle mi grito.

¡Sin ti, no puedo vivir!
y me desangro entre mis venas
desnudas y sola
estallando en cabriolas locas
en un mar nocturno y volcánico
con un furor satánico
que azota mis senos
y todo mi cuerpo tembloroso,
a ciegas en la negrura
me disolví con la espuma
me remonté con la bruma,
me desbridé con el viento.

Sin ti,
un hondo sentimiento me recorre
y se aquerencia
en mi interior,
destella luz cegadora
en mi esencia,
como en un símil inverso
del paraíso.

Sin ti,
no duermo
 un horizonte plomizo
desembala mi mañana
y golpea mi ventana
creo que eres tú,
pero no,
es un pájaro
que presiente mi tristeza
y mira mis manos desoladas,
moradas
donde la piel es fría
por no tener tu calor.

Impaciente,
sin ti,
grito de dolor,
turbada toda con ideas
empecinadas
de muerte y mareas
que zarandean sin resuello
mi alma y mi mente.

Hechizos se alzan,
mis puños,
a costa de rasguños,
golpean todo,
y mi denuedo
es un total combate
conmigo misma.

¡Sin ti no puedo vivir!

Aquí estoy


Aquí estoy bajo la desgarradora
soledad de tu recuerdo consumiendo mis temblores,
devorándome mis gritos bajo tu piel
fantasmal y traicionera
que me ahoga desde esta distancia tan presente.

Te siento,
estás en mí
como una mariposa
de fuego y de tormenta.

Me ahogas,
me arrancas el alma en cada abrazo,
me desarmas el corazón en cada beso.
Ya no sé definir en la distancia
si estás presente en este Hoy
o en la lejanía de tu ausencia.

O si es  tu ausencia tan fuerte,
tan poderosa,
tan sentida y arrogante
que vives presente siempre
en mis formas afiebradas.

Aquí estoy,
te busqué en el horizonte,
en el cielo,
en el mar,
que activo como la ola,
la ola desnuda y sola que estalla
en cada cabriola y se desangra
al llegar y no te encontré.

Aquí estoy,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en rededpr,
creí que estabas conmigo y un símil de paraíso,
un horizonte plomizo,
desembaló la mañana y claveteó en mi ventana
un cielo gris y oscuro,
tú no estabas.
Aquí estoy,
el pájaro que crecía dentro de mí,
desangróse,
rastro quedó de su goce en mis manos desoladas,
entristecidas y moradas,
donde la piel impaciente,
incuba un día siguiente
que acaso no ha de tomar.

Aquí estoy,
esperándote,
mi memoria se pierde,
mi cuerpo pesa apenas
y hasta la sangre en las venas
más que andar,
se detiene.
Un mundo como de sueño
del mundo que se volvió
sueño desde el confín de la playa.

Aquí estoy,
aguardo con desespero,
con angustia,
atónita mi voz calla.
No ha de escalar
lo indecible y cuestionar lo visible,
excede mi entendimiento.
¿Por qué no vuelves?

Todo parece un paseo por un cuento y
¡fue duro el despertar!
Escribiré al borde de mis heridas,
escribiré cada vez que mi cabeza
recuerde que como piedras rueda por las calles
estas lágrimas que ya no tengo,
ahora que las tardes duermen
y las noches van de madrugada
al instante húmedo de mi único deseo.

Aquí estoy,
me iré a mi jardín convidador me llama,
cuando en rosas,
jazmines, geranios,
estalla o verdea,
dándome paz a mi alma
para que cante bajito,
sin ahondar las pisadas,
con un dejo de gozo y otro dejo de lástima
me olvido de ti,
me alejo,
ya no te espero,
no eres más mi desespero,
eres tan sólo un fantasma más.

Espero y desespero


                                                                           Espero.
En las noches silenciosas y oscuras,
 pienso en ti que te has ido a hurtadillas
entre secreteos malsanos y tristes
 a otros amores que te buscaban sin cesar.
Me olvidaste,
yo no te olvidé,
recuerdo cada instante de nuestro estar juntos,
amándonos con tal intensidad
que el día se volvía de noche y la noche día.

Desespero.
Sí,
 desespero por no haberte podido decirte
 ¡adiós!,
todo sucedió en silencios prolongados y dolorosos,
 sin una palabra aún fingida de falsos sentimientos,
dejándome adolorida y triste,
 mi corazón sangrante y las estrellas fugaces lo traspasaban
 llevándome a ese mar interminable de lágrimas tristes.

Espero.
Siempre te llevaré dentro de mí,
 recordaré los dolores y las alegrías
 mientras el mundo se me hace nada,
 te busco en mis recuerdos mientras te amo en mi soledad
y acuno las canciones
 que me cantabas despacito haciéndome sentir amada.

Desespero.
Y sueño que todas las noches vienes a poseerme
 y te pido que me digas donde acaba el hilo negro
y donde empieza el blanco
y para olvidarte aprieto los dos hilos con las manos
 en espera de que el negro se vuelva blanco
 y tú desaparezcas de mi vida
y poder reponerme de este dolor sofocante que me asfixia
y no me permite amar otra vez
sanado mis heridas aún sangrantes.

Espero.
Mientras espero nuevas ilusiones,
esperanzas,
amores nuevos,
escribo versos,
poesías,
prosas que desgarran mi alma,
 en intentos imprecisos,
 versos que simulan estrofas,
como el primer verso que tú inspiraste,
pero sin ti,
 mi numen vaga por altos horizontes
 porque tú eres la poesía que se perdió.

Desesperó.
Amor,
entre la magia y el misterio de la vida,
vuelo hacia ese pasado del cual ya estamos alejados,
deseo parar el tiempo,
me fundo con la oscuridad y no la veo,
 te imagino conmigo buscándome.

Espero.
Ya no con anhelos e ilusiones que vuelvas a mí,
 sólo espero con infinita paciencia
 que poco a poco te olvide,
te vayas de mí y así poder amar otra vez
con calidez de alma pura
y podré mirar el cielo llevando dentro de mí el silencio del mar,
el fragor de la tierra, la música del aire.

Mi pensamiento me llevará lejos,
 hacia litorales desconocidos, horizontes iluminados.
Percibiré el leve crujido de la naturaleza que me rodea,
 amaré y buscaré la paz
 como única esperanza y fuerza en mi vida
y te encontraré a ti,
la estrella que brillaba en el cielo para mí,
 la que yo no veía pese a que la noche era clara
y traía la luz a mi alma con un amor verdadero y único.