Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 30 de agosto de 2013

Sueño contigo

Traición inesperada


Traición inesperada,
que raya el silencio del espacio,
confié y amé
con alegría y felicidad
pero un viento huracanado,
violento,
azotó mi alma,
era la mentira,
el engaño
de tus palabras.
Como en una inmensa alfombra
de esmeralda,
el mar se ensanchó del espeso espacio
que cubría mi cuerpo
rodeando con caricias falsas
 las que creí verdaderas.
Inútil te busqué
y te perseguí
debajo de la piel
de mis sentidos,
te entregué mi espíritu
abierto a esperanzas
que tú hipócritamente
despertaste en mí.
Traición inesperada,
 te fuiste sin decir palabra,
moviendo la distancia
como las alas
batiendo por detrás de mis oídos,
fatigando mi corazón
y mi respiro
entre tus cantos de notas aterciopeladas
y poemas de amor
que me entregaste
con mentiras
ciertas y dolorosas.
Traición inesperada,
parecías un guerrero de indomable valentía
pero al falso golpe
de tu lanza
al polvo rodaste
detrás de mi camino.
Fuiste para mí,
 en un primer momento
un bizarro caballero
pero atacaste de frente,
a la perfidia a la traición.
¿Dónde,
dónde se han escondido,
 en que lugares secretísimos
la sinceridad,
la bondad,
 la solidaridad,
 la ayuda mutua,
 el frescor de las almas?
Busco
y vuelvo a buscar
y sólo se asoman
entre ramas oscuras
las mentiras,
las falsedades,
los malos
que acosan
a los seres buenos.
Traición inesperada,
lentamente
me sumerge en la nostalgia
de tu ausencia,
me ahogo en tu silencio,
 respiro esa presencia
 esquiva
que me niegan
tus manos
y tus ojos.
Extraño tus palabras,
tus canciones
y veo en el recuerdo
 tu imagen juguetona
 recorriendo mis cabellos
con tus dedos
 y haciéndome promesas
 vanas de ilusiones
que no ocurrirán nunca.
Traición inesperada,
 traición al fin,
desapareciste
ocultándote en la nada,
ya no eres nadie,
ya no eres nada.
El verso ahora
me hace resurgir
de las heridas
que tú causaste
 y mis pensamientos puros
afloran y bullen
como hirvientes imágenes
con esperanzas nuevas
y continúo
luchando en este mundo frío
que tú dejaste.
Renazco del orbe
donde me sumergió
la nostalgia de tu ausencia,
respiro en un nuevo aire
perfumado
seduciéndome en un arco iris
de sueños ocultos,
renovados,
donde hay mil caminos
para recorrer con pasos firmes
y agigantados,
sacudiéndome
con el aliento de su brisa azul
 y ágil,
naciendo amaneceres
con canto de besos
en brazos,
danzando un ritmo anhelado,
sin culpas ni desasosiegos,
sin rutinas,
sin miedo a amar

y ser amada.