Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 9 de septiembre de 2016

Mil horas


Palabras al viento


Palabras al viento,
se fueron tras la cálida brisa,
dejando en su eco,
susurros en mi alma.

Palabras al viento,
se llevan mis monosílabos,
mis frases, mis palabras quedas,
mis versos de amor,
 ¿a dónde llegan?
¿qué buscan?

Se maduran los mundos a su llegada,
nada se puede ver ni tocar,
sólo están arremolinadas,
sueltas, desmadejadas,
deshilachadas, destejidas,
pero aún frente a todo,
son Amor, Amor único
que recorre el orbe,
dejando estelas
y perdurando en corazones
puros y embelesados.

¡Santas palabras!
Bajan por los tiempos milenarios,
necesitadas por almas
como tenues alas
viniendo del ayer hasta el hoy
 y yendo al mañana.
¿De qué lejos, misterioso su vuelo arranca,
nortes y sures, orientes, horizontes sin fin?.

Palabras al viento,
como innúmeras sombras calladas
llegan a ti, mi amor,
cada día más sentidas,
cada día trasmitiéndote más
 mi todo entero,
nunca desaparecen
ni se escapan.

Y entre temblores de risas,
como voz de vigía gritando
 ¡Tierra!
llegan una a una
a acariciar tus labios,
tu rostro, tu cuerpo
que siento ya mío.

Palabras al viento,
 todas en un sol tras otro
se vuelven claras, soñando,
cantan delante, detrás de ti,
ofreciéndose sin guardarse nada,
onda tras onda,
 rompiéndose en mil,
cien sílabas en tus brazos.

Palabras al viento,
se esfumaron de mi vida
como la niebla al amanecer,
para llegar a ti, mi amado amante,
así es su destino y
¡qué confusión,
sin ellas me siento perdida,
mis sentidos se bloquean
y mi cuerpo empieza a temblar!

Pero… sueño o realidad,
las palabras no se han perdido,
 fueron hacia ti, en secreto,
en suaves movimientos,
llegando a tu mundo interior,
 bloqueando tus sentidos
y haciendo que tu cuerpo temblara
tan sólo de escuchar sus susurros.

Palabras al viento,
 libres, airosas, juguetonas, necesitadas,
atraviesan cielos y cantos,
mares y horizontes,
ecos y silencios,
fronteras y murallas,
van a encontrarse,
a inquietar o a asombrar
al revelar lo sentido y expresado
 en todas las emociones
que ellas conllevan
pudiendo fundir tu corazón
en un profundo acto de amor.

Palabras al viento,
en volandas te envían belleza,
alegría, paz
que trasmiten en su canto
 la verdad de nuestro existir.
Palabras al viento,
 vírgenes, radiantes,
van como fulgores en monosílabas,
 trisílabas, frases
 en busca de la aventura
de estar en ti
entregadas una a una
en tu corazón apasionado.

Caricias de amor


Caricias de amor
¡Qué caricia larga
de acción
me sube por las venas
anchas de re correrme!

Sublime sentimiento de amor
que mi alma no puede alcanzar
el silencio de poemas sin palabras
y salta por mis labios
hecha de polvo
de vibraciones íntimas.

Nuestras caricias recorren nuestra piel
y nos unen en un abrazo tan íntimo
que somos un sólo cuerpo.

Cuando estamos juntos,
rueda en mi rostro
la enternecida claridad que sueñas.

Para mirarte, amado,
en mis ojos hay público de estrellas.
Cuando me tomas, trémulo,
hay lirios naciendo por mi tierra
y nuestras almas,
como ávidas gaviotas
se tenderán al viento de la entrega
y yo,
fuente de olas,
te haré cósmico.

¡Hay tanto amor
nadando en mis estrellas!

Caricias de amor,
que en cada alba desharemos juntos
y escribiré un poema
exaltado de la espera
deteniendo de emoción el mundo,
al regalo nupcial de auroras nuestras.

Caricias de amor,
que hacen volver a la vida en un destello.

Las tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde que hallé tu corazón
en la ventana de mi rostro enamorado.

Caricias de amor,
esta noche se ha ido,
casi aurora
casi ronda entre montañas,
como una sensación de golondrina
al picar su ilusión en una rama.

Amanecer, sin alas,
para huirse,
con plena emoción entre mis  manos
que asaltadas fueron por tus caricias
que antes eran castas.

Noche rasgada al tiempo repetido,
detenida en esencias altas,
como una claridad rompes mi espíritu
circundas mi emoción con alegría.

Caricias de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así te quiero
sin saber las puertas del mañana,
entre juego de luces, casi alba.

¡Amante,
tus caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy un sueño remando por tus aguas!

Caminante silenciosa


Caminante silenciosa,
mi paso leve, despacio,
viajando por la vida
va buscando el Amor que
anhelo tanto.

No me anuncian lúbricas ceremonias
ni sordas campanas
de ancestrales reflejos.

Mi ruta es la música salvaje de los pájaros
que sueltan a los aires
mi bondad en revuelo.

Caminante silenciosa,
en búsqueda, con sed ávida
y perenne del amante único,
y que también me busca sin denuedo.

Con gran esfuerzo tendida en playa firme
grita mi corazón vacío,
en la nave del mundo.

Caminante silenciosa,
elegante,
sobria,
aparenta calma,
 pero en su interior
bullen mil sentimientos
de nostalgias y desesperación
porque el amor no llega.

¡A veces, la vida me quiere estallar
en canciones de angustia inesperada!

Hay una sola puerta abierta
en mi camino silencioso,
¿A dónde va mi vida,
desconocida de sonrisas?

Busco su rastro,
como si el cosmos se hubiese concentrado
en su energía
y hasta ella fuese
mi emoción hecha pedazos
de mariposas destrozadas.

Caminante silenciosa,
con mi emoción que rueda ahora
por una de esas islas salvajes
de dolor y pena.

Me he sentido llegar allí,
donde se mueren las canciones felices
y el dolor se da cita
con la pintura transparente del cielo.

Sangra el dolor del atardecer
caído a mis espaldas,
la pena del crepúsculo que quizás
no podré encontrar el Amor
y seré como una margarita
pálida en el bosque.

Y de pronto, mi caminar se detiene,
porque vislumbro
vuelo de lirios estirando colinas,
llanto de arroyos enloqueciendo brisas,
furia de estrellas en un azul cielo,
El amor se acerca,
trae aroma de alelíes,
de azahares,
de junquillos,
trae un paisaje de un inmenso mar,
casi riachuelo.

Lo siento llegar,
mi corazón vibra, tiembla,
y mil poesías danzan en mi mente,
son para él, el esperado,
el que en una cita eterna
trae el beso enamorado.

En el pecho del viento
van diciendo los lirios
que en el horizonte del mar
dos auroras se besan.

Más allá de tus ojos,
mis crepúsculos sueñan
bañarse en tus luces.

Mi caminar en silencio
se hace más rápido,
va hacia ti
sobre un inmenso azul de sueños y alas.