Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 1 de enero de 2018

Balada a mi amante


Caminante silenciosa


Caminante silenciosa,
mi paso leve, despacio,
viajando por la vida
va buscando el Amor que
anhelo tanto.

No me anuncian lúbricas ceremonias
ni sordas campanas
de ancestrales reflejos.

Mi ruta es la música salvaje de los pájaros
que sueltan a los aires
mi bondad en revuelo.

Caminante silenciosa,
en búsqueda, con sed ávida
y perenne del amante único,
y que también me busca sin denuedo.

Con gran esfuerzo tendida en playa firme
grita mi corazón vacío,
en la nave del mundo.

Caminante silenciosa,
elegante,
sobria,
aparenta calma,
 pero en su interior
bullen mil sentimientos
de nostalgias y desesperación
porque el amor no llega.

¡A veces, la vida me quiere estallar
en canciones de angustia inesperada!

Hay una sola puerta abierta
en mi camino silencioso,
¿A dónde va mi vida,
desconocida de sonrisas?

Busco su rastro,
como si el cosmos se hubiese concentrado
en su energía
y hasta ella fuese
mi emoción hecha pedazos
de mariposas destrozadas.

Caminante silenciosa,
con mi emoción que rueda ahora
por una de esas islas salvajes
de dolor y pena.

Me he sentido llegar allí,
donde se mueren las canciones felices
y el dolor se da cita
con la pintura transparente del cielo.

Sangra el dolor del atardecer
caído a mis espaldas,
la pena del crepúsculo que quizás
no podré encontrar el Amor
y seré como una margarita
pálida en el bosque.

Y de pronto, mi caminar se detiene,
porque vislumbro
vuelo de lirios estirando colinas,
llanto de arroyos enloqueciendo brisas,
furia de estrellas en un azul cielo,
El amor se acerca,
trae aroma de alelíes,
de azahares,
de junquillos,
trae un paisaje de un inmenso mar,
casi riachuelo.

Lo siento llegar,
mi corazón vibra, tiembla,
y mil poesías danzan en mi mente,
son para él, el esperado,
el que en una cita eterna
trae el beso enamorado.

En el pecho del viento
van diciendo los lirios
que en el horizonte del mar
dos auroras se besan.

Más allá de tus ojos,
mis crepúsculos sueñan
bañarse en tus luces.

Mi caminar en silencio
se hace más rápido,
va hacia ti
sobre un inmenso azul de sueños y alas.

Amor en vuelo


Amor en vuelo,
extendiste tus alas emplumadas
de seda áurea
y comenzaste tu búsqueda
desde las altas cimas
tratando de encontrar el amor,
el verdadero, el sentido, el profundo.

Avanza por los cielos,
acortas distancias,
viajas con el viento en total silencio,
a veces cantas canciones de ensueño,
 brotan de tu alma poemas
dejando puertas abiertas
para que yo entre en tu corazón
de almizcles y dulces.

Amor en vuelo,
te busco en el horizonte grave,
oteo distancias para encontrarte
y así abrazados
guarecernos en nuestra cueva de amor.

Prometo no esconder mis alas,
con ellas cubriré tu cuerpo amado
haciendo un nido cálido
y pleno de amor.
Nos encontramos
en las cimas del beso
sin dudas y sin mañanas.

En el vértice puro de la alegría alta,
 multiplicando júbilos por júbilos,
 por risas, por placeres.
Apuntando en el aire las cifras fabulosas,
sin peso de tu dicha.
Amor en vuelo, a ti se llega por ti.

Te espero.
Yo sí que sé donde estoy,
mi lugar, mi lar de por vida,
pero no sé donde estuve contigo,
allí me llevaste tú,
eres de otro mundo
y en tu devenir e ir me buscas
con febril ansiedad
y me depositas sin yo mirar nada
ni aprender el camino,
sólo estar contigo,
mi andar es el tuyo
y cuando tú partas otra vez
¿Qué puedo hacer yo
sin tan sólo verte partir?
¡Qué desterrada, qué ausente,
es estar donde uno está sólo!.

No quiero cielos nuevos,
yo quiero estar donde estuve contigo,
volver a tus brazos.
Amor en vuelo
y mientras no vengas tú
en mi búsqueda
yo me quedaré en la orilla de los vuelos,
de los sueños, de las estelas, inmóvil.

Porque sé que donde estuve,
ni alas ni ruedas ni velas, llevan.
Todavía van extraviadas
porque sé que donde estuve,
sólo se va contigo.

Sola en mis noches
escribiré para ti mis versos,
los compilaré quizás
 en un libro que tú nunca leerás
 porque no llegará a tus manos.
Cuando repaso algunas de mis estrofas,
el corazón se asombra
de tanto amor que ofrece,
las quiero por ingenuas,
piensan que vuelan
solo porque mi frente rozan
sus alas de mirlo.

Las quiero por audaces,
vuelan altos,
yo sé que en sus anhelos hay horizontes
para los mundos y los cielos.

¡Llevan todas mis ilusiones,
volando como insecto de luz 
en sus canciones!
Amor en vuelo,
búscame siempre como alma sonora
de armonía de flotantes alas,
tráeme silencio azul
en tus etéreas alas
que descienden hacia mí
por diáfanas escalas
entre ecos halagadores
y música de ritmo sin fin
entre inspiración única y sagrada.

Me extrañas


Me extrañas sin conocerme,
 sólo nuestras palabras
nos unen,
palabras viejas
como el mundo
que se llenan de alas
 y campanas
y suenan nuevas,
nuevas por completo
 porque han sido pulidas
y lustradas por la ternura,
la dicha de habernos encontrado
en un instante especial
y único
que nos cubre,
que nos rebasa,
que nos estremece.

Me extrañas,
dulces palabras
que se vuelven únicas
como por milagro
 y nos dejan suspendidos
en un momento de felicidad.

Tú y yo,
desde la distancia
somos pobladores
de la maravilla de extrañarnos
sin habernos visto nunca,
¿te das cuenta?.
Somos una canción,
dos aves en vuelo,
dos estrellas
de una constelación de amor.

Ya nunca seremos dos extraños,
porque tanto tú como yo
 tenemos en nuestras almas
nuestros nombres
unidos
por una invisible cadena
¡qué milagro!.

Tú no sabes,
 solitario sacramento del nombrar
que cuando te nombro,
te pienso
y el todo que nos separa
nos acerca.
Me extrañas
porque somos un amanecer,
 la llegada del sol
y del verano
 en una lluviosa tarde.

Me extrañas
y más me extrañarás
cuando tus manos
se posen en las mías
y tu beso encienda
esta cabeza mía
que caerá
como un fruto dorado
sobre tu pecho.

Porque eso es vivir…
 ¡vivir es renovarse cada día!,
 es extrañar
 sin saber por qué
a alguien que se cruzó raudamente
por tu vida
sin remotamente esperarlo,
dejándose caer
en tu camino,
 iluminando
creo otras luces,
generando expectativas nuevas
y curiosas
como una gracia
un poco endeble
pero arrobadora
como una flor nueva.

Me extrañas,
ser que entiende,
comprende,
siente,
en mis prosas de amor
lo que éstas guardan:
 temblores,
ansiedades,
emociones,
ese perfecto deseo de amar
y ser amada,
de esa realidad de amor
que nos hace inmensamente felices
y volátiles,
levitando ambos
 en ese otro espacio
donde sólo tú y yo
lo recorremos.

Me extrañas,
hablamos
 y nuestras voces se unen,
 se suspenden
en el aire como para volar.

Que extraño lo nuestro…
 cada vez que hablamos
parece que algo profundo
nos acerca,
algo con magia,
duendes,
hadas
que nos entrelazan
con hilos intangibles
que no se desatarán
nunca más.

Me extrañas,
te extraño
y la espera de encontrarnos
se hace larga,
quiero compartir contigo
sueños,
 penas,
alegrías,
canciones,
música.
Ser los dos
 la savia de un árbol,
las alas del alma,
el color del agua,
 las estrellas
en el fondo de los ojos,
la locura
en el pensamiento,
el calor de la piel.

Dejar que el amor
 nos inunde
sin miedos
y sin temores.