Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 8 de marzo de 2017

Recomenzar a vivir


Tal vez mejor soñar


Tal vez mejor soñar
que vivir entre húmedas neblinas
en las que ningún árbol,
ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que me entristece
y no ilumina débil
 la luz crepuscular y opaca.

Soñando voy por senderos luminosos,
 hadas y gnomos iluminan mi camino,
 floto en la brisa fresca y pura
del espacio de la nada,
ingrávida y suelta sin pesares ni dolores.

Tal vez mejor soñar y no vislumbrar
desde la invisible altura
 bajo la luz que, demacrada, brilla
 a través de la niebla del vivir
que es un velo todo impregnado en llanto.

Soñando soy como un ave que,
con su ímpetu de vuelo,
su canto lanza por campos en flor.
¡Qué bien se respira,
gozan mis anhelos,
canto en la lira
y en el alma que sueña,
vuelos vibran sin par,
en un fragante edén!

Tal vez mejor soñar
que vivir en la ardua lucha diaria,
de cada instante,
que nos desgasta,
nos produce sufrimientos y dolores
entre tan pocos instantes de amor y alegría
que como un millón de notas nos subyuga
y en un millón de arpegios nos eleva
a vivir la realidad cruel
a veces una y otra vez.

Tal vez mejor soñar
con todo un paisaje que canta
y nos conmueve con notas misteriosas
en fantásticos pentagramas
plenos de dicha y luz,
en un alado idioma sin palabras
que vivir instantes presurosos
de amores fugaces
o de recuerdos nuestros.

Tal vez mejor soñar
con el númen del estío
donde se vierten en llanos y bosques,
 campos de girasoles, alelíes, azucenas
que como arcos de violín,
resbalan hacia el río
entre el cordaje del juncal sonoro.

¡Ya no caben más notas en el viento,
en mi sueño azul y mágico!
Tal vez mejor soñar,
no sentir el dolor frío de la realidad
que golpea a veces nuestro corazón
 llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando melodías de lejanas orquestas
 nos invaden y nuestra alma feliz
clama ante la esperanza
deshojando flores entre dichas y placeres sin fin.

Tal vez mejor soñar
y no vivir fugazmente momentos breves
como gotas de rocío
a quien le da la aurora
 para vivir su hora morada
en una flor conociendo las espinas
 que defienden su fragante palacio de color.
Y así la vida pasa
pensando en tener un mañana
como no tuvo un ayer.

Perdida en el tiempo


Perdida en el tiempo,
 mi memoria se pierde en pasados ignotos,
 perdidos en el olvido,
en ayer de ayeres,
de siglos escondidos.

¡En este hoy mío, cuánto ayer se vive!
Me encuentro envuelta
en poblados de antiquísimos regresos
y ahora aquí, frente a ti,
 toda arrobada aprendo lo que soy,
soy un momento de tu larga mirada
que me acaricia, desde ayer,
 desde hoy, desde mañana,
 paralela del tiempo.

El tiempo no existe,
aunque exista la templanza
y la experiencia de nuestras vidas
pues cada resurgir de nuestro nacimiento
es la consagración de nuevos acontecimientos
que nos llevarán
a nuestra auténtica realidad y destino.

Perdida en el tiempo,
en una interminable búsqueda
de la verdad, de la esperanza,
necesito escuchar el resonar del agua
para que caigan en mi sueño del Hoy
las palabras de amor
sobre las hojas que las esperan,
dibujando en mis ojos
mi mirada enamorada.

Perdida en el tiempo,
que me transporta a fantasmas impacientes,
a la nada olvidada,
a dudas disipadas,
a realidades que aparecen
en la luz del amanecer
que nos muestra la verdad
y el color del ayer.

Parece perderse en sueños
durante el día para volver a caer el sol
recordándonos que el mundo podrá cambiar
 lo exterior a nosotros
 pero nuestra realidad
interior exacta y pura
 nos acompañará siempre.

El tiempo ya no es tiempo,
el tiempo es oro,
pasando las horas, los días,
 luchan los nombres con las cifras,
 lo exacto triunfa de lo incalculable,
las palabras vencidas se pierden en el infinito.

Perdida en el tiempo, te busco a ti,
 el amor inconfesado entre mañanas
 sin neblinas ni misterios astrales.
Por el aire revuelan
 gemebundas voces apocalípticas
y rozan nuestras frentes alas
 venidas de tiempos lejanos
como profecías de regresos de ilusiones perdidas.

¿Qué haces alma mía perdida en el tiempo?
¿Vives en el pulso lento del existir sin tregua?
¿O en las grietas de ayeres pasados,
que vencen al futuro cercano?
¿O presientes las celadas,
traiciones,
mentiras que te aguardan?
Perdida en el tiempo,
te busco donde tú habitas
 escondido en el corazón del mundo
y viajo lenta en el espacio
mirando el lugar donde tú descansas.

¡No me dejes, no me dejes
que me pierda en el tiempo de la nada!
Necesito vislumbrar desde lejos
 tu lámpara encendida
entre las tranquilas sombras
 para saber que existes
y estás presente
en este perdido tiempo
de mi existir verdadero,
el que tú sólo comprendes
y que me salva de olvidos y tristezas.

Presagio


Presagio,
anuncian los tintineos
de los cascabeles de bronce o de cristal
que ha llegado el amor a mi vida.

¡Oh, loas de alegría y felicidad!
¡Con qué emoción sus frases hablan a mi corazón
con rumores de profecías escondidas
en los susurros del viento
que acaricia mi piel!

Presagio de amor,
resuman de nuestros cuerpos,
aromas de azahares,
de caléndulas que nos envuelven
en nubes de algodón.

¡Con qué emoción
sus tiernas y dulces palabras
me llevan a un edén,
el esperado!

Un alegre cantar de frescas notas,
augura el despertar de un nuevo amor.

Vaticinio de lo que vendrá,
se acerca con inocente ritmo,
con la suspicacia de besos,
brazos y mimos
y todo el paisaje canta.

La luz en los renuevos y en las nubes,
el viento entre las ramas,
las flores húmedas de fragancias y el cristalino arroyo,
anuncian la buena nueva del amor encontrado.

Presagio,
la música del alba con notas misteriosas
traen a mi alma fantásticos pentagramas
plenos de dicha y luz por la felicidad hallada.

Mi corazón en un rítmico latir en cadencia inspirada,
entre un millón de compases
subyugantes y arpegios cantarines
danza una melodía armoniosa y seductora.

¡El amor llegó!
La predicción se cumplió.

Presagio de paz que ilumina mi alma
y la del ser amado,
unidos en fuertes lazos
entrelazados para siempre.

Augurio,
la vida nos cambia en cualquier instante,
llevándonos en un alado idioma,
sin palabras a un sendero de luces
y ardientes deseos de fundirnos en el hoy
y en el siempre.

La predicción se cumple,
feliz augurio,
la claridad triunfa
y la calma inunda nuestras auroras,
en nuestro alrededor todo canta,
ríe y llora de felicidad.

Presagiemos juntos,
apostemos a más:
amar sin límites uno junto al otro,
todo es posible…