Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 13 de julio de 2019

Para ti


Cercana ilusión


Cercana ilusión,
quiero estar contigo,
no te encuentro en horizontes sin fin,
mis pasos resuenan en la acera solitaria
y se pierden en la cinta del eco
enredada en la cabellera de los árboles.

Ha de haber una puerta sin cerrojos,
una ventana sin vidrios,
un espejo caído en mil cristales,
por las que podré entrar
y encontrarte amado mío.

Cercana ilusión,
como un ladrón de cielo,
buscando la raíz de los quebrantos,
la razón terrible de por qué te has marchado.
Creo haber hallado el verdadero sendero
por el que nos encontraremos,
aún en sueños
donde los seres se desnudan íntegramente,
no hay sonrisas falsas,
gestos ocultando intensiones equívocas.

Cercana ilusión,
si pudiera gritar para encontrarte lo haría,
las palabras serían testamentos para repetir libres de mentiras,
la hazaña del día.
No te perderé,
estoy llena de ti,
llevo conmigo tu esperanza invicta
y los diluvios de nuestros cuerpos
empapados de amor.

Te encontraré para amarte más,
déjame entrar a tu íntimo alfabeto
para saber lo tuyo por su nombre
y a través de tus letras hablar de lo que permanece
y también de auroras y de nieblas.
Cercana ilusión,
déjame entrar para aprenderte
y girar en tu órbita de voces
hablándote de lo que me acontece
y descubriéndote a ti, mi amado amante.

Y en el perenigraje lento
de las horas que resbalan
coloreándose hacia el alba
mi cercana ilusión se cumple
y tú vendrás hacia mí
haciendo eterna nuestra unión
como faz que se dobla
en el arco haciéndose durar.

Cercana ilusión,
plenitud total,
sin quebranto ni inclinaciones inciertas,
centro donde el esplendor
se esparce entre instantes a la deriva.
Al fondo de nuestros secretos,
los dos sabemos que nos amamos,
que tuya soy, que tú eres mío,
nuestros ojos develan sus brumas,
nos miramos frente a frente,
tejiendo un manto de niebla
para ocultarnos
de aquellos que niegan lo nuestro.

Cercana ilusión,
el deseo en nuestros cuerpos nos acerca,
nos empuja a estar juntos en ritmos,
balanceos de gozos y danzas.
Seremos como dos llamas
que apagan su calor
cuando están más fundidas
y tienen más desolación
cuando parecen más unidas.
Ya estamos cerca, muy cerca,
nuestros cuerpos se buscan con fervor.

Estamos en el borde del sueño
y nuestra desnudez
absorberá la luz de los espejos
y eres tú y soy yo
y es un caminar en círculo
dar a nuestros hechos dimensión de arco
y a solas con un impulso loco
decirte
“Te amo”.

Magia de un día


Magia de un día,
mi amor tu eres magia,
en cada instante de mi vida
en mi cielo resplandeces
y son tus ojos que me iluminan
con un fulgor de estrellas que me cautivan
y me ocultan sin quererlo en tu mirada.

Magia tiene tu voz,
tu dulce acento,
el cual lo escucho dormida y aún despierta
que me dice dulcemente con el viento,
me confiesa y me repite:
“que me amas”.

Mis pinceles más leales
se han propuesto apresar tu verdadero rostro:
desentrañar las esenciales líneas
donde tu fuero el aire acata y el aurea alba,
espiar el múltiple venero
donde emerge a raudales toda la luz
que quiero para tu piel,
tus ojos cenitales.

Magia de un día,
en la que la recta se espírala,
la curva se endereza
y por la emoción y el sentimiento
sin acertar el rumbo ni la escala,
la alta luz tropieza o en su ímpetu resbala.

Magia de un día,
estás a mi lado,
entre mis brazos,
cubriendo mi cuerpo con calor y caricias.

¿Cómo apresar la sosegada llama que te entibia los ojos?
¿O el frenesí que tu mirar proclama
cuando se incendia prodigo de rojo?
¿Cómo apresar la tímida piel que en tus mejillas convoca?
¿O la mañana asomada a tu boca?

Magia de un día,
mi afiebrada plata se anubla enamorada.

Se pierde en la enigmática y secreta zona
de la alborada donde digo carmín,
azul,
violeta
y al nombrarlos se esfuman en airada,
fantástica pirueta.

Magia de un día,
en tu silencio eres un volcán
que se activa aquí en mi pecho,
cuando llegas y desciendes a mi lecho
y en tu ternura me abrazas.

Mágico es este momento cuando respiro tu aliento
y mi alma se entremezcla con la tuya
para volar por los cielos
y marcar el universo entre suspiros,
siendo uno,
envuelto en hilos,
envuelto en hilos de plata.

Magia de un día,
con este nuestro amor
que no se acaba nunca
porque prolongando
de que uno y uno sean dos
ya que el amor es el retraso milagroso
de su término mismo.

Con los besos, con la pena
y el pecho se conquistan en afanosas lides
entre gozos parecidos a juegos,
días,
tierras,
cielos abiertos,
espacios fabulosos,
a la gran disyunción que está esperando
hermana de la muerta o muerte misma.

Magia del beso perfecto,
aparta el tiempo,
échalo hacia atrás,
ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía.

Ni en el llegar,
ni en el hallazgo tiene el amor su cima:
es en la resistencia a separarse
en donde se le siente,
desnudo,
altísimo,
temblando.

Magia de un día
que se va en una despedida larga,
clara,
con lo más seguro que es el adiós…

No sé quién eres

 

No sé quién eres,
ser anónimo,
desconocido,
que quiere entrar por resquicios
 de mi entreabierta vida
 para escudriñar mi alma
que como alba nube se eleva hacia el infinito.

En los duros biseles del silencio,
 inmóvil como águila señera
no permitiré que hurgues mis deseos
 ni roces el llamado de mi voz.

No sé quién eres,
 te desconozco,
 tu voz es extraña para mí,
te desconozco en mis miradas,
desnuda o disfrazada.

Eres el desconocido
por estas tierras de mi hoy
 y de mi mañana.

No quiero tener cerca el aire
que te cerca la garganta ni despertar
 en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el aire.

Tus llamadas son nada para mí,
 tú no estás en el verde levantado del árbol
donde pierdo mi albedrío
 y en el viento caliente del estío,
 ni en la orilla del mar enamorado.

No sé quién eres,
tú estás contra un muro hablando
y mis sentidos crecen a tu espalda,
 flamígero cipreses en hilera
y por los aires un círculo amarillo
 huye demudando mi casta y pura alma.

Quieres hurgar la raíz de mis sentidos
 vedando con tu figura con un cerco de jóvenes olmos
 mis poemas de amor que se esconden de ti,
el desconocido.

No sé quién eres,
muda su verdura el monte nuevo
 con un temblor tocado de rocío
 y tú el anónimo como un árbol doncel
quieres irrumpir en mi vida
con un viento por vientos perseguidos.

Crece en mí una hiedra pálida
de dudas ahogando en desazón al pensamiento
 y buscas de tener las horas de la espera
en la ramazón elástica del viento.
No sé quién eres,
sólo sé que estás rezagando mi camino
como cruz que aprieta las nubes
contra el cielo.

Es inútil que me busques me persigas con tu voz,
 tú pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu anhelo,
 yo soy vagabunda del cielo,
 tú un vagabundo de la tierra.

No sé quién eres,
no me busques,
no me podrás hallar,
la luna es una nota errante
que se extravió de su cantar
y con su luz agonizante me esconde
 y entre secretos me cobija
para que tú no me encuentres jamás.

No sé quién eres
y prefiero no saberlo.