Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 30 de noviembre de 2018

Aun estas a tiempo


Déjame amarte

 

Déjame amarte,
amor, que tengo el universo para darte
y todo mi ser para acariciarte con una ternura infinita
que se hace más grande cada vez.
Amor, déjame encontrarte,
déjame descubrirte,
déjame ser de ti
como la luz del sol,
como la flor y su aroma,
como una paloma y el cielo azul.

Déjame amarte,
enseñarte a amar,
ser la sangre en tus venas.
Déjame ser una delicada cadena de flores
que aten nuestra libertad y seamos el uno para el otro.

Déjame amarte para toda la eternidad.
Soledad no más,
tú me acompañarás
y de mi propia pena me libertaras.
Sólo quiero oír tu voz,
aquí a mi lado
y si una boca en la boca me besa
la felicidad ligera me inundará
déjame amarte.

Llévate mi tristeza por la noche,
esa, la que era mía,
bien mía, pensaba decirla en versos
darle forma como dan las lágrimas,
forma tibia al dolor de adentro…
Pero estaba clara la noche
y el papel esperó en vano
anduve pensado en ti por las estrellas
y el aire y el olor de acacia,
todo era como un corazón tendido a la confidencia.

Déjame amarte
como tu secreto divino, ansioso
y torpe, a tu vera me quedo esperando
que tú me enseñes el lenguaje de tu amor
y me lleves a la claridad de lo incognoscible,
paisaje dulce pleno de vocablos de amor.

Déjame amarte con todo mi corazón
latiendo por ti
y espérame allí en ese refugio tibio
que son tus brazos
donde allí me esconderé  de por vida.
Déjame amarte,
¡serás feliz por siempre
con  mi amor intenso, ingenuo y verdadero!
Tu recuerdo serás tú mismo,
ahora ya puedo olvidarte
Porque ahora, estas aquí a mi lado.

Angustia


Angustia
se me remueve el alma,
destruyendo mi corazón en mil pedazos.
Sufrimiento, opresión,
Y el llanto aflora como un mar salado
Entrecortado, a veces reprimido otras.

Angustia
Porque me ha herido, lastimado,
no el cuerpo si no el alma
con críticas severas o indiferencias absolutas.
Bajo mi piel,
¡qué viento enloquecido por valles de la sangre
y sus colinas, me estremecen un rosal de más espinas
que de fragantes rosas florecido.
El amor que parecía verdadero
Era tan solo un aparente resquicio de afecto.

Angustia
ante las sonrisas vagas que ofrecen
un espejo al revés de lo que es diáfano y verdadero.
Amor al prójimo.
Recorro mis sentidos sin orillas,
dudas entrelazadas  entre   hiedras de desprecio,
de separación, del no querer estar conmigo.
Mi piel tiembla y la tormenta se vuelca en mi cuerpo.
Hay minutos en que parece que el firmamento cruje,
se desquicia y el camino se cubre de tinieblas.

Angustia,
nuestra alma mustia clama por amor
que me conduzca al sedero de la fe y la esperanza.
Si alguna vez la detracción me muerde
con rampantes odios de culebra,
en mi desprecio su ponzoña pierde su furia,
gasta y sus colmillos se quiebran.

Quien me hirió agote el arsenal de la impostura
y multiplique sus proyectos ruines,
Mientras las nubes vuelan en la altura,
Y se visten de fiesta los jardines.
Todo asciende.
Soñando con las flores,
despiértese la sabia milagrosa
y sonríe en la gracia de la rosa.

Y a fuerza de soñar la angustia se desvanece,
El amor con fuerza y poderío se adentra en mi alma
y soy feliz al tenerlo conteniendo mis dolores
y mis decepciones que cobardes
y falsas quisieron destruirme
pero no pudieron
te quiero siempre a mi lado mi amor,
te necesito, no te alejes mas de mí.

Tuya soy


Tuya soy,
tiéndeme tu abrazo,
¡ay!, ¡cómo te necesito,
apóyame, respírame,
grita que me amas!
Cascarón de hojas,
vahos de campo,
de vida, de viento,
de lluvia.

Hueles a cuerpo húmedo,
mi pasajero fugaz,
necesito tus besos apasionados
con sentimientos profundos y tiernos.
¿Cómo  puedo pensar o decir esto?
¿Casi sin respirar o atontada?
Cada día quiero más de ti.

Tuya soy,
hoy y siempre,
no te pierdas en lo venidero,
a ti me acerco en tu presente.
Ser es estar siendo.
Prisa, apetito de las lejanías,
torpe atropello
de las largas dulzuras del minuto,
da tiempo al tiempo.
¿A qué darle palabras de amor
al poema si lo estoy siendo?

Tuya soy,
mi amor es lento.
El caudal de mi dicha eres tú
y como el del agua fluyen parejos,
lo que ellos hablan
y la espuma dice suenan de acuerdo.

Tuya soy,
tan sencillo es quererte
que a veces se me olvid
a que vivo de milagro el amor fabuloso
que al cargar sobre ti ingrávido se torna
y como lo redimes de sangre o de tormento,
por fuerza de tu pecho,
con corazón de magia,
siento la ilusión de que estás conmigo,
muy cerca,
a mi lado.

Tuya soy
encuentro la ternura
en que se injerta el color de tu piel
que me soborna y adoro tu palabra
que trastorna y apura mis sentidos
buscándote siempre.

Pienso en acariciar tu pecho al descubierto
y todo lo invisible que te rodea,
me complazco en la luz que te contorna,
muerta de amor en lecho enfebrecido,
pasto de celo en huerto clausurado,
corazón por tus flechas percutido.

Tuya soy,
hambrienta de amor
soy una llama que por ti clama.
Un agua no pausada sí cantada,
se allega por tus manos a mi pecho,
¡oh ríos sin espuma,
tan alzado,
que moja las puertas de mi cielo!

Tuya soy,
los signos de tu grave y dulce voz
me reclaman a cada instante
y despiertas mi ternura
y mis requiebros.
¡Qué umbría en verde valle,
qué collados!,
¡qué rama sumergida en niebla y cielo!

Tuya soy,
tú eres la música de mi vida
en todo mi tiempo.
¡Te ansío ya!