Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 2 de mayo de 2019

Alegría y amor


Susurros Del Alma


Susurros del alma,
están en mí,
como una lluvia de suavidades indefensas,
íntimas
que claman por sacarme
de mi rutina diaria y solitaria
para arrastrar mi sed de verme
en el silencio de tus miradas grises.

Susurros del alma,
calmos, cálidos, íntimos
 que como una brizna viva
me acercan a tu lejano letargo de cariño
para nacer en tus atardeceres
bajo el canto de tus besos
en la danza de tus brazos
en el ritmo de tu anhelo en flor.

Susurros del alma,
 encienden la leña
de tu cuerpo de mármol perfumado
para recibirme
entre las lenguas encendidas de tus manos,
pero son sólo sueños,
son pasados tibios
porque son futuros limpios.

Pienso en tus brazos de estatua,
esculpidos por la pasión fresca
de mis formas tuyas.
Susurros del alma,
murmullos sutiles, dedicados,
 que llegan de improviso,
 rumoreando frases de amor
 entre jacarandaes madurados en la distancia.

Los siento llegar como mariposas
al vuelo de fuego y de tormenta 
en mi alma juglaresca,
 en mi mente de fantoche apabullada
y me arrullan en mis horas muertas
 esperándolos donde busco
tu figura desdibujada y deslineada.

Susurros del alma,
los quiero junto a mí,
sintiendo las caricias
 no  como un viento indiferente,
sí con besos ardientes y apasionados,
jugueteando en mi carne muda de cariño.

Susurros del alma,
 los siento aflorar en todo mi ser,
esperándolos expectante en mi silencio
colmado de ti,
como un juego puro, sencillo.
A veces se me olvida
que vivo de milagro el amor fabuloso
que me inunda ingrávido sobre tu recuerdo
con corazón de magia
sintiendo la ilusión de que nada nos cuesta nada.

Que el hecho más simple,
el primero y el último del mundo
 fue querernos.
Susurros del alma,
viven en mí como luces extrañas
que buscan el amor,
ese, el anhelado, el verdadero,
el que busco torpemente
con una cálida fuerza extrañada.

Los espero tropezando con el cielo,
entre papeles que esperan
mi prosa de amor inspiradas por ti,
 mi amado amante.
Susurros del alma,
los abrazo tiernamente,
se acercan con gracia,
con un querer ansiado,
traen un sueño, un sueño único
que siento todo trémulo
por haberlos esperado siempre.

Susurros del alma,
entre tibias memorias, sin contornos,
entre lirios y verdes valles,
 tientan mi recuerdo y mi albedrío
haciendo nacer en mi suelo
hasta tu frente
una hiedra de amor enternecida.

No me olvides


No me olvides,
pedazo de mi alma,
sensación del alma mía,
mi ritmo de la noche,
hechizo de melancolía.

No me olvides,
sangre de mis venas,
constelación de milo estrellas,
manantial de nueva vida,
origen de la cadencia.

No me olvides,
eres mi aurora virgen,
 dueño de mis sensaciones
y en el silencio que nos llega
hasta el alma
sin saber de que ausencia de ruidos
está hecho.

¿son letras,
son sonidos,
son vuelos inspirados y cortos?
No me olvides,
milagro divino,
 príncipe del lejano mar,
 soy tu claridad en la inocencia,
relámpago de cristal.

Vivamos en el paraíso,
sones primeros,
vírgenes tanteos de labios
estrenando los goces
de los tiempos del alma.

No me olvides,
ternura de la tarde,
nostalgia de la luna,
 esperanza cantada,
ilusión nocturna.
No me olvides,
suspiro en madrugada,
encanto de la naturaleza,
obsesión del amanecer,
impresión de la belleza
reflejada en nosotros dos.

No me olvides,
delfín de los cielos,
 fulgor del arte innato,
eres el aire que respiro,
yo te amo tanto…

No me olvides,
te buscaré por lugares ignotos,
sin que lo percibas,
te llamaré en instantes nítidos,
claros,
 momentáneos
 y tú, mi amado,
 escucharás mis suspiros,
 mis frases de amor.

No me olvides,
pienso en ti,
 ésta y todas las noches,
pondré a vivir en cada rosa
y en cada lirio
que tus ojos miran
y en cada trino
cantaré tu nombre,
soñando que no me olvidaste.

¡Qué sosegadamente
se hacía la concordia
entre las piedras,
 los luceros,
el agua muda,
la arboleda trémula,
todo lo inanimado
y el alma mía
dedicándotela a ti!.

No me olvides,
entre las luces y las sombras,
a la luz de quererte
por la tierra y el cielo,
planos suaves de nubes,
 iré hacia ti
con mi cántico dulce
que en mi cantaba.

No me olvides,
pintaré de rosa el horizonte
y de azul los alelíes
y doraré de luna
 tus cabellos.

No me olvides,
así la vida
pasará feliz entre las flores,
los cantos
 y fulgores
de un amanecer único,
sin que enturbiar consiga
su transparencia ufana,
 el no tener mañana
como no tuvo ayer.

No me olvides,
de nuestras fugaces dichas
es el fugaz emblema
y cuando las hojas de la flor
esconden su perfume
se extiende como el canto
pero nuestro amor
es más fuerte
e inextinguible,
y con su encanto
da fulgor
 a la alborada recamada
de oro matinal.

¡ No me olvides,
óyeme en mi susurrar sonoro:
te amo cada instante más!

Desarraigada


Desarraigada,
su significado profundo y hondo
 hiere y lastima el alma,
 trastorna mi mundo interior,
confunde mis amores
en desamores.

¿Por qué me siento apartada,
alejada
del mundo que me rodea?

Soy una emigrante itinerante,
mi lar está fuera del real,
 mi imaginación me transporta
a un mundo
donde vivo dando amor,
 traspasando barreras,
cadenas,
prejuicios,
 críticas,
¿cómo no sentirme perturbada
al vivir desconectada,
descuajada
de la rama alta del ciprés
 verde y frondoso,
cima en la que creí vivir,
 levantando vuelos cortos
 y veloces
para regresar
al lugar que creí era amada?

La vida tiende sus redes
y en un instante
me siento dañada
pero, ¡ya no más!
No pueden arrancarme de la luz
que me conduce a un orbe nuevo
y maravilloso,
desprendiéndome de lo que el amor
 me hace escribir,
inundar páginas en blanco
 que me buscan desesperadamente
con ansias de volcar en ellas
mis inquietudes,
 mis sentimientos,
mis deseos de escaparme
a otro lugar distante
y vacío
 donde encuentre la paz ansiada
en mis ideas locas
de estar enamorada de la vida.

Desarraigada,
 desterrada de este mundo real
para  poder irme
al mundo mágico,
puro y límpido
donde nacen mis prosas poéticas vírgenes,
 sin causas ni porqués.

Desarraigada,
 me voy,
no tengo tiempo de volver a empezar,
de regresar a ese pasado
cercano y lejano a la vez,
 debo volver al hoy,
plenamente,
entre cielos azules
 y nubes de algodón,
entre desprecios de lejanías,
mares transparentes,
 turbulentos y calmos,
entre rojizas puestas de sol
en el horizonte lejano,
donde las nubes danzan
 a su alrededor,
en silencios y vientos calmos.

Desarraigada,
 ¿por qué ocurrió?
No lo sé,
son diferencias de vida,
de sentir el amor y de ser amados,
como ídolos de mármol,
duros,
impenetrables,
rígidos
y no con el corazón abierto
para dar lo mejor de mí,
de sentir cálidos sentimientos
y brisas frescas
y limpias en mi mente.

Ya me desprendí
de todo el manto de llanto,
ahora sólo correré tras la música,
las risas,
 las bellezas del verde bosque,
 el azul del mar
y los corazones tibios y verdaderos
que se me acercan
 y me acarician
con sus miradas dulces
y palabras tiernas
 buscando en mí
 el amor que aflora
sin saber por qué.

La pesadumbre se fue lejos,
no quiero pensar en los recuerdos
que me hicieron mal,
 busco la luz,
 quiero sentirme envuelta
en ese capullo que me protege
entre palabras de amor
 en mi ser entero
y que la alegría me invada entera,
 no sintiéndome desolada
y triste,
 si no plena de amor
para dar a raudales
por el mundo que me rodea
y lo quiere recibir.