Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 22 de septiembre de 2017

Amor clandestino


Mis huellas en tu mar


Mis huellas en tu mar,
 mis marcas en tu piel,
entre estrías de luces,
entre maravillosos perfiles
que rutilan por el agua
entre festejos y júbilos
al velar el ardoroso buscarte
 en la plenitud del acierto
de este amor por ti.

Dejé mis huellas
en tu cuerpo de mar,
 entre un oleaje
 resplandeciente de ardores
que te recorren
como finas plumas del aire,
cubriéndote de besos, caricias,
en las puntas de las olas
 intentando cubrirte
con mis ansias locas.

Mis huellas en tu mar,
iluminan mis intentos
de que no me olvides nunca,
entre clamoreos festivos,
jubilosos, inocentes,
plenos de relumbres, de fulgores,
proclamando cómo te estoy queriendo
 y dejándote ante tu orilla
 mi cuerpo virgen y puro
que alegremente se te entrega.

Las olas van formando
con monosílabos
palabras de amor
que te susurran entrecortadas
 para que las descubras,
 sirviéndote a tus deseos
de que tú y yo formemos
un doble espejo
donde nos refugiaremos
para amarnos.

Mis huellas en tu mar
casi desaparecen,
se desdibujan,
 las olas en la arena
 las van llevando
entre la espuma hacia la espesura del mar,
donde tú me esperas,
ansioso y desesperado
por tenerme entre tus brazos.

Mis huellas en tu mar
se adentran entre las aguas
en una actividad a veces frenética
y a veces pausada,
fluyendo hacia ti, mi amante,
porque eres amado.

Muestra en tu hacer,
¡que eres un afluente
del gran fluido que es la vida!
Mis huellas en tu mar,
 como magia de amores,
viviéndolos, sintiéndolos
en grandiosos momentos de belleza
y gozo sin par,
entre imágenes de desbordantes fantasías
 y percepciones en torno a lo Divino.

El mar nos ciñe, más y más,
como un cerco de alegría,
colmándonos de asombro
al mirarnos entre espumas
que desfallecen en la orilla.

Mis huellas en tu mar
se hunden de a una,
de a cien, de a mil,
 las incontables pisadas cristalinas,
que como figuras de blanco mármol
quieren estrecharte entre sus senos,
de una  en otra,
evadiéndose ligeras
y permaneciendo siendo ninfas.

Son juego de raudo amor,
entre tú y esta ninfa rápida
que apenas erguida cae
entre tu espuma desfalleciendo en tu orilla
 entre verdes curvas,
con luces vagas
en un gran hervor
de cuerpos en proyecto.

Se enlazan en las ondas
en altas quejas estremecidas
de gozos y placeres,
entre deseos que se alzan
 en ligeras crestas de ondinas,
entre ansias
que se mueren
en blancuras de amores nuevos.

Manto De Flores


Manto de flores,
me envuelven
con su fragante aroma
y su cadena de colores,
rojos,
amarillos,
blancos,
 lilas
y su dulce perfume
perturban mi alma plena de amor.

Entre rosas,
nenúfares,
amapolas,
azahares,
 azucenas,
almendros en flor,
dalias,
tulipanes,
calas,
aterciopelan mi cuerpo
y me inundan de dulzura y paz,
aureolan mi ambiente.

El amor es como la flor
 todavía en capullo bello
donde ha brotado pureza,
suavidad,
delicadeza,
pasión.
Manto de flores
que a su través
me lleva al mundo de tus brazos,
me siento cobijada,
amada
entre colores y perfumes.

En el aire sensual
y tibio de la tarde
me acarician sus pétalos,
es un manto dulce,
mágico,
 luminoso,
que nunca se olvida.

Como el arco de los cielos
sus olores llegan
 y crecen
y luces me envuelven
y el ángel verde
de la esperanza
me llena de alegría.

He perdido el miedo
en tus brazos
que me estrechan poderosos
con la fuerza del amor.

Manto de flores,
 el lirio de la ternura crece
en la pradera celeste
 del agua
como los nenúfares en flor
 quietos y anhelantes
que parece que esperan las canciones
que alguien los acompañe
en su danza de círculos.

Los camalotes cándidamente se asoman,
castos y libres
y las aguas nos brindan
 sus vestiduras de melodías
haciendo que nuestra total entrega
sea duradera y dichosa.

Mantos de flores,
 la lluvia se inicia ya,
 las nubes
en su tránsito lento
hacen brotar los retoños luminosos,
que crecen libres
en las ramas perfumadas
haciéndonos sentir
entre vergeles floridos,
caricias nuevas.

El radiante césped trémulo
 se viste de perlas de agua,
dando a nuestro amor
frescura
que espera botones,
capullos
y tenues lazos
que entre grises y rosas
se entrecruzan.

Manto de flores,
en la calma
de unos pétalos
nuestro amor resurge,
se retrata fiel,
entre rosales
y madreselvas
con comunicativa ternura.

Olor de nube en la flor celeste,
en la tierra verde,
en tus brazos
mis manos leves
encuentran los carmines que busco.

Manto de flores,
 feliz la nube de mayo,
que es ésta
o aquella rosa,
déjenme vivir feliz
con mi amado
entre guirnaldas florecidas,
 límpidas y libres,
y entre enredaderas
de campanillas azules
aquellas que allá se asoman.

Bajo la esmeralda temblorosa,
amado mío,
te veo
y te siento
con corona de jilgueros
y pétalos de amapolas,
siguiendo yo
alegre tus pasos
 hacia las islas
y los bosques florecidos
 del sueño.

Soy feliz,
estoy en el valle perfumado
de tu ágil cuerpo
y en tu regazo
me dejo caer
cual frágil flor
recién nacida.

Contra viento y marea


Mi vida se mece entre rencores,
falsedades,
 traiciones,
saliendo airosa,
 flotando sobre el mar
limpio y puro,
derramando con ansias
y anhelos,
 amor por doquier.

Me siento vapuleada,
zarandeada,
movida
a lugares siniestros
donde los celos,
las envidias,
los terribles males de espíritus torvos
 quieren hundirme en la oscuridad
 pero contra viento y marea
saliendo a la luz de horizontes rojizos,
me elevo
 colmada de amor
 a mundos lejanos
donde la esperanza
y la felicidad
me esperan.

Contra viento y marea,
 vivo deshilachando dolores,
furias,
desamores.
¿Por qué vivir
sembrando amor por doquier,
desafiando la sombra de una idea
con el alma encendida
por anhelos y esperanzas?.

Contra viento y marea,
voy hacia ti
en volandas de luz,
entre las luces brillantes
de las luciérnagas
que iluminan el sendero
donde nos encontraremos para mecernos,
acariciarnos,
amarnos.

La pasión y el deseo
 surgen como llamaradas vivientes
con chispazos rojizos
que nos unen
y vertiginosamente
nos conducen a un mundo mágico
e irreal,
donde el amor imperioso
y exuberante,
escribe en el cielo azul
y abierto:
¡Vivir amando contra viento y marea!

Ya no nos separan
distancias ni falsedades,
ni envidia,
inagotables fuentes
que sin poder no nos rozan,
sólo nos acechan
 para desunirnos pero no lo logran.

Contra viento y marea,
nuestro amor abre sus alas
y se une en el lejano horizonte,
allá,
muy lejos,
 en un impactante vuelo de amor
 que con nuestra imaginación
recorre cielos recónditos
unidos en un abrazo sin fin.

Contra viento y marea
nos mimamos abrazados
en un profundo intercambio
de energía pura,
casta,
imprescindible
para nuestro existir,
nos recorren bailando
una danza inesperada,
leve,
ingrávida
 que nos deja exhaustos
 uno en brazos de los otros,
 como dos seres
en uno solo.

Contra viento y marea
 plenos de vida,
recorremos el mundo entre risas,
cantos
y lágrimas de amor.