Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 9 de julio de 2014

El desaparecido


Encuentro inesperado


Encuentro inesperado,
fortuito, sin esperanzas
de que el amor único
fuera el que se acercaba, acechaba,
con ímpetus de pasión y deseo.
Mi alma se sintió acongojada,
mi mente colmada de pensamientos
incoherentes y confusos.

¿Qué sucedió en mi vida
que el amor, el sentido,
se fue y aparece otro,
no deseado, no esperado?
¿Por qué, amor no esperado,
llegas sin avisar, sin decir nada,
como ladrón por la noche,
con tan sólo ansias desesperadas
de estar junto a mí
con promesas de hacer feliz
a quien no puede impedir que entres?

Encuentro inesperado,
llegas arrasando con todos los sentimientos
que están a tu lado
para después irte
y dejar vacío mi corazón,
y tristeza en mi vida, gris y sin ilusiones.

No quiero más
que llegues a tocar
ni un dedo de mis manos,
ni a respirar a mi lado,
ni a sentir el palpitar de mi sangre
corriendo por mi cuerpo.

Tú no eres ni serás
la luz de mi oscuridad,
a pesar de tu tenacidad
y paciencia por serlo.
Encuentro inesperado, no deseado,
te quiero lejos de mí, muy lejos,
que las distancias se muevan
como alas batientes,
llevándote al horizonte de tu vida, sin mí.

Vete moviéndote con el viento
en su susurrar, sosegado,
a montes que su verdor
sangra en el río.

Encuentro inesperado,
con el hombre que alguna vez
formó parte de mi vida
pero que un día cualquiera,
como todos los amantes
abandonaron el sentimiento,
se dijeron adiós.

Él encontró su camino,
yo encontré un nuevo sentido
a mi manera de construir mi sendero.
No hubo propuesta ni un acuerdo,
todo se entregó a la nada,
a lo inconcluso,
sin palabras,
uno marcó una ruta,
yo hablé con un suspiro.

¿Por qué regresaste a mi vida?
No quiero que ni roces mi cuerpo,
ni me mires a los ojos,
mi amor por ti se acabó,
sólo dejaste un zumbido en mi alma,
palabras sin prefijos,
vocablos inentendibles,
una dicción no percibida.

No regreses más,
vete más allá de la lejanía,
sin distancia,
que desaparezca mi nombre
recogido de tu boca
que antes era el color
en la música del viento.

Encuentro inesperado,
con sabor insípido y roces furtivos
como dagas en mi pecho.
Necesito salir corriendo, agitada,
mojada en frío, huyendo de ti,
el que me hizo sufrir,
desgarrando mi corazón.

Voy hacia el camino
a una libertad madura,
con sabor a un amor de mariposas frescas,
hacia la luz,
a saborear la paz
en espera del verdadero amor.

Tal vez mejor soñar


Tal vez mejor soñar
que vivir entre húmedas neblinas
en las que ningún árbol,
ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que me entristece
y no ilumina débil
 la luz crepuscular y opaca.

Soñando voy por senderos luminosos,
 hadas y gnomos iluminan mi camino,
 floto en la brisa fresca y pura
del espacio de la nada,
ingrávida y suelta sin pesares ni dolores.

Tal vez mejor soñar y no vislumbrar
desde la invisible altura
 bajo la luz que, demacrada, brilla
 a través de la niebla del vivir
que es un velo todo impregnado en llanto.

Soñando soy como un ave que,
con su ímpetu de vuelo,
su canto lanza por campos en flor.
¡Qué bien se respira,
gozan mis anhelos,
canto en la lira
y en el alma que sueña,
vuelos vibran sin par,
en un fragante edén!

Tal vez mejor soñar
que vivir en la ardua lucha diaria,
de cada instante,
que nos desgasta,
nos produce sufrimientos y dolores
entre tan pocos instantes de amor y alegría
que como un millón de notas nos subyuga
y en un millón de arpegios nos eleva
a vivir la realidad cruel
a veces una y otra vez.

Tal vez mejor soñar
con todo un paisaje que canta
y nos conmueve con notas misteriosas
en fantásticos pentagramas
plenos de dicha y luz,
en un alado idioma sin palabras
que vivir instantes presurosos
de amores fugaces
o de recuerdos nuestros.

Tal vez mejor soñar
con el númen del estío
donde se vierten en llanos y bosques,
 campos de girasoles, alelíes, azucenas
que como arcos de violín,
resbalan hacia el río
entre el cordaje del juncal sonoro.

¡Ya no caben más notas en el viento,
en mi sueño azul y mágico!
Tal vez mejor soñar,
no sentir el dolor frío de la realidad
que golpea a veces nuestro corazón
 llevándonos a pesares de remotos ayeres,
Soñando melodías de lejanas orquestas
 nos invaden y nuestra alma feliz
clama ante la esperanza
deshojando flores entre dichas y placeres sin fin.

Tal vez mejor soñar
y no vivir fugazmente momentos breves
como gotas de rocío
a quien le da la aurora
 para vivir su hora morada
en una flor conociendo las espinas
 que defienden su fragante palacio de color.
Y así la vida pasa
pensando en tener un mañana
como no tuvo un ayer.

Te amo en silencio


Te amo en silencio.
Salgo a la noche y me sorprendo,
pocas veces me había ocurrido,
extasiada la contemplaba
sin dar crédito.
Unos segundos más y
la duda comenzó a desvanecerse.

Quede sorprendida,
su brillo fue dejando ver tu rostro,
lucias en tu tez fuerte y viril,
espléndida,
el hombre más deseado para Amar.

¡Qué belleza!
¡Ah!
LUNA, LUNA, LUNA.
Gracias por este momento,
gracias por este numen,
gracias por verte e imaginar que estoy a tu lado
y por tenerte abrazado en mi lecho,
estrechándonos con pasión.
Aun no has alcanzado
la gloria de tenerme,
perdiendo el sosiego cuando te alejas de mi.

Te amo en silencio.
Esta hoguera que hemos encendido,
que hemos gozado con pasión y fuego
por estar unidos en una sola carne.

Te amo en silencio.
Quiero tenerte a mi lado,
en nuestro nido de amor,
eres mi amado amante,
el único,
el verdadero,
el diáfano.
El amor sí se nutre jamás muere,
es inocente y puro.

Afanosamente te busco,
sin discreción,
eternamente,
no desesperes que algún día te hallaré.

Te amo en silencio,
sin ecos,
sin sombras,
sin misterios.
Soy tuya y quiero demostrártelo
con caricias, besos, mimos,
adaptando nuestros cuerpos como uno solo.

Te quiero tal cual eres,
trasuntas transparencia,
diafanidad,
sigilo.
Tu discreción aflora
cuando te vas acercando a mí,
la distancia se acorta y sin disimulo
nos miramos a los ojos profundamente
con deseos de estar muy juntos,
sin secretos,
en paz,
la paz del amor.

Te amo en silencio
y te pregunto ¿que sientes cuando me intuyes?
¿de quién eres?
Y abres los lazos y me enseñas
la alta imagen de ti y me dices que mía.

Te veo como un cóndor, aguerrido,
con tus garras afiladas
buscando llevarme entre tus alas
como una presa entregada
a los altos abismos del mundo, donde
la soledad nos hará sentir
que por fin estamos juntos.