Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 7 de noviembre de 2011

Turbulencia


Turbulencia, remolino de amor que regresa a mi vida, en un instante tenue, impreciso, que turba mis pensamientos cuando en la metáfora de la vida apareces meciendo mis recuerdos.
Vorágine de sueños, de nuevo dibujo tu nombre porque te amaba con total desespero y ahora se ha tornado una flecha sin retorno.
Turbulencia, algarada de sentimiento, a veces escucho las melodías del ayer, el dulce beso en mi boca, perdido en el tiempo, aquella ternura derramada en mi piel y ese amor tan intenso que nacía de ti.
Tu recuerdo y tu figura la tengo en mis ojos… llega la noche y bajo la lluvia te sueño moviéndose tu sombra inquieta, el viento la desliza como hoja caida porque son las turbulencias del amor.
El amor se levanta de sus cenizas, parece eterno, siempre regresa, cuando menos lo esperas lo tienes en mente, resurge de sus cenizas brotando como una flor y vuelve a desplegar sus alas ¡nunca muere!
Torbellino, perturbación de placer y gozo, deja que te invoque en la litúrgica hora de tus ansias al momento que calla el tiempo.
Algarada que me deslíe en piezas concéntricas como gotas de agua cayendo de la nada, abrazada al borde de la prisa… Turbulencia abstracta que no se separa de mis labios, puente levadizo permitiendo el paso del bergantín del amor al puerto seguro.
Manifestación de estrellas en el manto de la noche, un cúmulo de silencio, reverberando de pasión el amor encontrado.
No más vacío, como un oscuro vuelo repiqueteando la veta en mis pupilas, haciéndome ínfima en la elevada cumbre de tu aliento.
Turbulencias de ilusiones y esperanzas que se levantan hasta el cielo navegando con la luz de las estrellas, no traspasan el aire, no se envuelven con las nubes y con donaire claro el espacio llenan con amor de alas de seda y besos de colores.

El aquí y el ahora




El aquí y el ahora, ¡qué gran y sencillo milagro vivir en el hoy!.
Mi suspiros se detienen pensando en ti, ya no existen noches en soledad, tu voz me llega, sin cuerpo, leve, dulce, con ternura incontenible porque tu voz crea tu cuerpo.
El aquí y el ahora es nuestro, los labios y los brazos se buscan y por tu voz grave y sonora se hace la luz al oírla en este ámbito en que mis ojos no te ven y nuestras voces se besan.
Somos dos enamorados que no tenemos más días ni más noches que nuestras voces estrelladas, nuestras cartas de amor que como soles cruzan el espacio.
El aquí y el ahora nos lleva a entendernos con nuestras diferencias entre tú y yo que llaman a nuestro amor a la alerta, a probar que existe y que es verdadero.
En el espacio que nos separa, laten ávidas y puras las victorias de amor futuras, esperando el cuándo… de este amor que lucha por sobrevivir sobre triunfos floridos en besos de la nada.
Y atravesamos minas oscuras, tempestades amantes, fúlgidos resplandores, cálidos pensamientos.
El aquí y el ahora hace que delicadas, ardientes, nuestras almas se busquen por un camino donde no hay despedidas y al final, el hallazgo tan deseado, el contacto, la nueva separación vencida, la unión pura brotando intacta en el hoy.
Ya el viento aprendió tu nombre y te llama como un triste eco que se pierde y rebota entre la montaña.
En el aquí y el ahora, ven a mi, que aún no he aprendido como se vive sin que estés aquí.
Entre las flores rojas del framboyán, nuestros labios se encontrarán entre las sombras de nuestras pupilas graves y mis suspiros de amor y seremos dos, amándose con ansias de vivir.
El aquí y el ahora me llevó hacia ti y el viento dejó de pesar, el agua es dulce, sabe a vida, mis días ya no son lluviosos, no soy ya un pedacito de espejo porque reflejo tu imagen y la siento mía.
Aquí y ahora, en el infinito espacio que llamamos tiempo, tú llenas el hueco triste de mi existencia que ahora se ha colmado de risas y cantos.

Voz desconocida



Voz desconocida, se escucha misteriosa, serena, queda flotando en el éter, me envuelve y perturba mis pensamientos.
Quién es? ¿Qué quiere? ¿Por qué me busca? ¿De dónde viene? ¿A quién pertenece esa voz grave y acompasada?
Voz desconocida, acaricia mi alma, me apacigua, me hace vislumbrar un encuentro imaginario.
¿Por qué me perturba y me emociona tanto?
Voz desconocida, apareciste súbitamente, como viento de primavera, acercando aromas de cerezos en flor y rozando levemente mis mejillas dejando una huella de rubor.
¿Por qué me inquieta? No se quien eres pero espero volver a escuchar tu voz.
Te acercas despacio, con tu voz sensual y despiertas en mi, inquietudes impredecibles, deseos de saber quien eres.
Imagino tu rostro, tus manos, tu mirada, ¿de qué color son tus ojos?
Pasan las horas y me inquieto, quiero volverte a escuchar.
No desaparezcas, vuelve a llamar, cada instante que paso sin oírte son hora eternas, despiertas en mi, un fuego apagado.
¿Dónde estás? ¿De dónde vienes? Acércate, voz desconocida, cuando me dices corazón, me estremezco y cuando me pides que me cuide para ti, como tú te estás cuidando para mí, mi mente enloquece.
¡Llámame! ¡Apacíguame con tu voz!
El destino nos unirá para amarnos, no sé cuando ni como pero sí pronto, muy pronto.
Voz desconocida, inolvidable, de identidad secreta, de dulzura inefable, mi guardián invisible, mi caballero andante.
¡Ven, te estoy esperando!
Voz desconocida, llegaste sin darme cuenta, me siento en paz por saber que existes y que algún día compartiremos el mismo destino.
Mi vida cambió, la voz, esa voz esperada y deseada ya es parte de mí.
Los tiempos se acortan, tu voz se acerca, no quiero dejarla ir, el viento calmó y bajo el perfume del cerezo, tu voz y mi voz se enlazaron al fin.