Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 7 de noviembre de 2016

Mil horas


Lluvia de pasión


Lluvia de pasión,
empapada en ti
beso tus labios entre el agua que se desliza
por nuestros cuerpos.

Manto de agua dulce
que nos envuelve en nuestros cuerpos,
nos enlaza,
nos entrelaza,
entre abrazos y besos empapados de pasión.

Lluvia de pasión,
dejamos correr el agua por nuestra piel
que acaricia nuestro rostro y nuestro cuerpo
y embriagados de pasión
dejamos descubrir el tiempo

Vivimos en un Hoy
un romance insospechado
que nos invade la razón
y nos obnubila la mente.

Lluvia de pasión,
quiero vivir entre tus brazos.
Di, ¿te acuerdas de nuestros sueños
bajo un manto de tul de lluvia fina y transparente?
Nuestras miradas no se apartaban
entre pestañas mojadas
y nuestros cuerpos empapados se deslizaban uno con el otro.

Lluvia de pasión
nos entregamos alma y cuerpo
y sin ayuda del mundo,
de su bronce,
de su arena,
de su oro
tendrá forma en lo que ofrecen nuestros dos seres unidos:
La pareja bajo la lluvia de pasión y de amor.
Dos vidas viviendo abrazados
serán la dócil materia eterna
con que se labre el gran proyecto de alma
sintiendo la vida un como un sueño trémulo, eterno.

Y los dos con alas leves
bajo el manto de lluvia
nos amamos con gozo y pasión
entre besos y abrazos.
Lo fácil en el alma es lo que tiembla
al sentirla venir.
La lluvia es nuestro cómplice
para mostrarnos en este amor único y verdadero.
Hoy las gotas de lluvia
resbalan por nuestros rostros dejándonos unidos para siempre
con amor en el alma.

No estar contigo


No estar contigo,
 te desviaste
de la senda
 en la que yo te estaba buscando.

Te entreví soslayadamente,
 intuí tu venida,
te esperé con todas mis ansias,
mi cuerpo entero
clamaba por ti.

Viniste hacia mí
raudamente
como relámpago de luz
 iluminando mis mares internos
y te internaste con alegrías,
con ternuras
y deliciosas caricias
como un pájaro
picoteando un campo pleno
y fecundo
de semillas estremecidas
de ser encontradas.

Tu llegada
duró sólo instantes,
ya no estoy contigo
y te extraño tanto
que mi corazón se estruja,
vibra,
palpita
y se anega de lágrimas
 largas,
interminables,
la desilusión me colma
y los pesares
inundan mi alma
que confundida
y estremecida
no puede comprender
 los por qué
de estos tan sólo instantes
de felicidad total
y pródiga.

No estoy contigo,
no lo estaré nunca más
en esta vida del Hoy,
ni del mañana.

Mi afán ciego
por creer
 en tus promesas de amor
 no me dejaron ver
que ibas a ser
en mi camino
sólo una estrella fugaz.

Bañaste mi alma
de luz por un instante
y como un cometa raudo
y veloz
su estela
dejó marcas indelebles
en mi cuerpo
y en mi espíritu.

Contigo
 sentí el perfume
y la suavidad
de una flor recién abierta.

Suave curva
la entrega de nosotros
como pájaros
que en busca de lo soñado
hacia todas partes vuelan
 ensayando todos los cantos
de las aves
 que toda la Tierra pueblan.

No estar contigo
es sentirme
como colmena vacía,
sin zumbidos
ni latidos
 ya que mi alma está seca,
es como hundirme
en un mar de dolorosas tragedias,
me hiciste mal,
me hiciste bajar
a un abismo
donde la luz
no penetra.

No estar contigo
es sentirme atrapada
en un laberinto
de verdes follajes
donde los pájaros
 no responden
 y en un intangible ensueño
lejano
donde las flores
se esconden.

Y así
 dejaste mi alma triste
y abatida
viviendo
sólo en la bruma
donde mis ilusiones
se pierden.

Te pienso
y te retrato fiel
sobre el heliotropo
del crepúsculo
 idealizándote
con ímpetu alado.

Sólo eres ahora
 un triste recuerdo,
 un tesoro no conquistado,
un espejo
donde no se reflejan
 nuestras imágenes.

¡Vete ya!
 ¡No regreses!
No me encontrarás
en la inmensidad del tiempo,
ya eres una saeta
que se perdió
en el azul cielo.

Para ti
escribí los versos de amor
que no llegaron nunca al papel
 que los esperaba
con ansias
entre el olor de tomillos
y de madreselvas.

¡Qué dolor a mi pecho se derramó!
 Voy en busca
de la lluvia que limpia
y rejuvenece mi alma
e ilumina mi rostro
con una sonrisa
para el nuevo amor
que se acerca.

Todo de mí


Todo de mí,
soy tuya,
mi alma y mi cuerpo.

Te busco entre el follaje de tu prado
y en el fresco temblor del rocío
e indago por el mar
por mí cantado.

Todo de mí
te pertenece,
tu estás en el verde levantado del árbol,
donde pierdo mi albedrío
y en el viento caliente del estío
y en la orilla del mar enamorado.

Todo de mí
es para ti,
y así voy por veredas de la tarde,
perdida para siempre en tu embeleso,
sin sentir el cercado de tus ramas
ni ver tus fuegos que en los fuegos arde,
te llamo hasta quebrar mi voz
¡ven conmigo!
¡No me dejes!
¡Todo de mí es tuyo!
Ya que si no estás a mi lado,
mi corazón se desangra.

Tan de cristal y oro perfumado
que te cerca la garganta,
que temo despertar en tus pupilas
por no apoyar mis ojos en el aire.

Todo de mí,
me siento dentro de ti.

Tú arriba, ingrávido, leve,
salvado ya de ser vida tú mismo
para vivir en el cielo monosílabico
del puro arranque de sentirme tuya,
de la chispa que de la nada se prende,
vivirás.

Todo de mí,
siento que hasta tu sombra me pertenece,
ayer la acaricié
¡qué extraño fue!

Pienso en tus caricias,
mimos, suavidades en mi piel,
que corren hambrientas
para recorrer todo mi cuerpo.

Todo de mí,
hasta tu perfume, tu sonrisa
que está conmigo
y sigue siempre clavada en mis ojos.

Necesito que cada mañana
tu aliento de cigarra,
 anude mis ojos abiertos
en la penumbra quieta.

No estás,
pero sí en mi mundo interior,
todo unido a mí,
como un ovillo de amores vírgenes,
plenos de alegría y paz.

Todo de mí,
es una brizna viva
en tu letargo de cariño.

Quiero morir en tu calor
para nacer en tus atardeceres
bajo el canto de tus besos,
en la danza de tus brazos,
¡tómame, todo de mí es tuyo!