Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 2 de agosto de 2013

Noche del adiós


Lujuria de amor

Lujuria de amor
entre dos seres que viven amándose,
entre dos cuerpos desnudos
en uno sólo,
enlazados por enredaderas del amor.

Se buscan,
se inundan de caricias aterciopeladas,
sensuales,
sus bocas como aledaños de amor
no dejan de buscarse.

Lujuria de amor
éxtasis, pasión, gozo, placer,
instantes que se viven
como almas encendidas
y cuerpos en llamas.

Mi sed de tí
me ahoga,
reclamándote a cada instante.

Te necesito
junto a mí.
Nuestra pasión de locura,
nos lleva al frenesí
del placer procaz y ardiente.

Nos enroscamos
entre sábanas sedientas de amor
y tu cuerpo,
viril y fuerte
aprisiona mis muslos
y descubren el suelo
por mi pie desnudo.

La sangre corre veloz por las venas
en una recorrida total
por nuestros cuerpos
donde los orgasmos
se suceden unos tras otros.

Tu lengua inquieta y veloz
va a dejar su aliento
en mi monte puro y virgen
que lo espera ansioso.

Mis pezones se excitan,
mi cuerpo se balancea,
baila al compás del amor sensual,
mis senos son tuyos,
¡ámalos!
como si fueran fuente de placer intenso.

Quiero mi nombre recogido en tu boca
para calmar la sed
de mis labios que ansían tus besos.

Tiempo del adiós

Tiempo del adiós
se me perdió el amor
ayer estuvo cerca,
muy cerca,
hoy ya no dijo ¡adiós!

Transitó por mí,
con sus caricias,
sus gozos,
sus sonrisas
su entrega.

Tiempo del adiós,
ahora sólo rescato tu rostro
del silencio ahumado
sin miradas.

Su silueta,
su porte fino,
elegante,
se ha filtrado en el tiempo
entre sordinas y esmeriles.

El recuerdo
 es ya olvido.

Tiempo del adiós
el fuego que era nuestro sustento
dejó sólo sus cenizas en mi aliento
no he muerto,
te he dicho ¡adiós!

Desvivida y realizada
me encontrarás en el durazno
presa, donde su piel,
estío enamorado
perfecciona el temblor
de cada beso
y hasta mi corazón,
multiplicado,
arderá entre las ramas del cerezo.

Tiempo del adiós,
ya mi voz
entre tímidos fanales de amor,
no enciende su ardor
ni su perplejidad eterna,
en movimiento continuo.

Creí que eras el esperado de siempre
con tu voz melodiosa
y seductora,
música para mi sangre,
harta de pájaros
o diálogos inventados.

Fuiste mi sueño creído
milagro realizado
el impulso que hacía arder mi sangre
y ahora ya estás en el pasado
en el tiempo del adiós.

De ti apenas sobrevive
una imagen difusa y estival.

Tiempo del adiós,
no deseo olvidarte nunca
quiero apresar la sosegada llama
que entibia mis ojos
pensando en ti.

Quiero perderme
en la enigmática y secreta
zona de la alborada
donde digo carmín,
azul,
violeta,
y al nombrarlos se esfuman
en fantástica pirueta airada,
llevándome hasta volver a alcanzarte.

Allí, en lo imposible,
pero, herida,
me desplomo
como golondrina lastimada y sola.

Tiempo del adiós,
en mi vida estarás siempre
entre mis sueños,
tu esencia,
no los contornos de tu perfil
sino tu sustancia
cuyo temblor hace latir mi alma.

Iremos juntos

Iremos juntos en la marcha de la vida porque tú eres el amor de mis amores, la luz de mis tinieblas,  la esencia de mis flores, mi segunda juventud.
Iremos juntos porque cada uno de fundió en el otro para tener como recinto definitivo de nuestra vida, un lugar en nuestros corazones plenos de amor.
Los dos subiremos las montañas para ver la luna, para ver el sol y bañarnos con las estrellas, llenarnos con la luna llena, iluminarnos con el sol.
Iremos juntos por las aguas del tiempo, por la noche, el mundo, que el viento que devanan nuestros destinos, por aquí, por allá, por acullá.
Vagarán nuestras almas y sobre la tierra veremos crecer la hierba del estío, nos rodearán palabras, músicas, rimas pero también la calma en el arrullo de nuestra velada voz.
Temblaremos en la víspera y en el alba y los dos sentiremos temblar nuestras almas al quedar desnudos, tensas nuestras fuerzas vírgenes que antes dormidas estaban en nuestro interior.
Lejos han quedado ya tristes historias de soledades y de dolores y ahora florecen nuestros amores carentes de edad cuando nos envuelven nuestros abrazos ardientes.
Nos iremos juntos por algún camino, vaya uno a saber hacia donde vamos, sólo caminamos por la amada senda de nuestro destino.
Iremos juntos, pon tu mano en la mía y amor, amemos por los que no pudieron ser amados  y soñemos en la dicha que quiere ser completa.
Atravesaremos el mundo y en la noche que brilla con gotas de purísimo rocío amémoslo, amparándonos sin confines ni tejidos, cobijándonos entrelazados porque tú vives en mí  y yo en ti.