Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 27 de julio de 2016

Desierto


Amor sin dueño


Amor sin dueño,
quiero que mi alma se eleve hacia lo alto
entre suspiros entrecortados y anhelos de amar
con total intensidad
haciendo palpitar el corazón con ritmos placenteros
y sin ansias ni afanes,
sin que un ser me esconda entre sus brazos
y no pueda sin límites amar hasta el infinito.

Necesito que mis armoniosas
y pequeñas risas y lloros en flor
se congreguen al son de las alas de mis sueños.

Mis frases,
mis estrofas de amor,
son nubes que flotan
y para ello hay que tener luz de estrella
para iluminar mi vida en silencio plácido y sin fin.

Amor sin dueño,
quiero ir por veredas de la tarde perdida y sola,
sin sentir el cercado de ramas
que quieran encerrarme con trabas ni cerrojos.

No quiero que nadie pase por mi mente
como un aire domado con ramas verdes
que cercan mi sosiego.

Amor sin dueño,
no se atreva ningún ser
a entrar en el plato sonoro de mi silencio
queriendo quemar la llama hirsuta de mi frente
como un ave de marfil en primer vuelo.

No quiero ser un pentagrama vacío,
me quiero llena de notas
que palpiten en mi alma encontrando los versos,
las prosas,
que abren las alas
y vuelan levantando un remolino de cadencias
que como ecos lejanos llegan a horizontes cercanos.

No deseo que mi corazón
de poeta sea un rojo sol prisionero,
quiero sentirme libre para amar
con todo mi espíritu por doquier,
aquí, más allá,
lejos,
en infinitos espacios.

Necesito cruzar el éter
dormitando en el silencio blanco de la luna llena
o como en potros de llamas
cabalgar en los cometas.

Hundirme libre en el mar
o bajar libre al abismo
donde la luz no penetra
y donde millones de ojos
me sorprenden y contemplan,
son los diamantes
que el gnomo amontonó en sus cavernas.

Amor sin dueño,
vuela, corre,
descansa,
se lo coge a puñados como al mar
y cae sobre las almas que me rodean
en un sueño eterno sin despertar ya más.

Suelto,
escapado va,
sin que se sepa dónde,
sí pisando los cielos que miramos
o bajo el techo que es la tierra nuestra,
inasequible,
incierto,
eterno jugando a existir siempre
y a su paso en las altas madrugadas
unas alas invisibles lo golpean,
lo llaman,
lo necesitan,
es el amo seguro que se cierne
volando a ras de tierra
para todos en un enamoramiento total de la vida.

Vives para mí


Vives para mí,
esas palabras tuyas
traspasaron los límites de mi alma
y muy a lo hondo llegaron
como un preludio del alba
entre copos de rocío.

Vives para mí,
escribiste en una de tus cartas de amor,
hace mucho tiempo,
que te doy paz,
tranquilidad,
amor y sanación total
de cuerpo y alma.

Mi amor por ti se filtra de mi cuerpo,
de mis sentidos
y hace feliz a todo aquel que está en mi esfera,
a mi alrededor.

Vives para mí
como yo para ti
y me haces dar en el ir,
en un ser desprendido,
ligero y sin raíces sintiéndome ansiosa
por percibir la plenitud que nos rodea.

¿Cómo me vas a explicar
la dicha que no sabemos por qué es?,
ni de quien ha sido,
si es pura dicha de nada,
si aún no nos hemos conocido.

Imagino tu mano sobre mi mano,
paseando miradas y caminando amores,
imagino mis sueños siempre en tus sueños,
rindiéndome ante tus pasiones,
sucumbiendo sin resistirme.

¡Vivir para mí!
porque tus besos son ya míos
con sabor a placeres
e imaginando que muero por amarte,
porque ya te amo.

Vivir para mí,
palabras aladas que llevan mi alma
a lugares secretos,
remotos,
nutriendo mi ser que recibe,
se entrega, s
e va encontrando contigo,
tú,
mi amado.

Vivir para mí,
tú lo dices y me das alivio
necesario para soñar,
aliento profundo para continuar
y permites que nuestra flor de la esperanza,
crezca y se alce impoluta hacia el infinito.
Vivir para mí,
palabras que le dan deleite a mi corazón
como una voz pura,
íntima,
con caricias,
que como largos goces iniciados
me dejan caricias no terminadas.

Vivir para mi,
sé que esta noche pensarás
en nosotros y tu ser,
tu memoria,
todo,
te descansa y disuelve en mí.

¡Toda la vida es única
si se que tú vives para mí!

Desde un ala de mariposa
hasta un grano de arena,
mi alegría de que existes
te llegará al vasto tiempo,
entero,
que se escapa hacia el amor nuestro.

Isla lejana


Isla lejana,
inaccesible,
en medio del mar,
entre arrecifes.

Allí llegamos tú y yo,
a solas,
en la inmensidad del mar.

Sus murmullos nos acunan
y la arena tibia y pura,
sin huellas,
es nuestro lecho de amor.

Entre su verde follaje
y el trinar de sus pájaros
que quiebra la paz callada
nuestros besos dejan su vibrar sonoro
pleno de caricias y embelesos.

Isla lejana,
nuestro lar de amor,
sus aguas nos esconden desnudos
en sus profundas cavernas.

¡Qué felicidad entre música de arpegios
y clavicordio el amor florece!

Las olas rompen en el arrecife
con ritmos continuos,
como hechizos mágicos
y tú y yo adormecidos abrazados
flotamos en el agua como seres únicos
en todo nuestro mundo.

El amor es único,
todo ser lo guarda en su interior
sin saber que existe
y lo tiene para dar a todos
y en especial al ser amado.

Isla lejana,
perdida, misteriosa,
solitaria,
su entorno rezuma sólo amor,
tú si no amas no la encontrarás jamás.

Nosotros estamos en el paraíso
donde las almas y los cuerpos se unen.

Isla lejana,
entre palmeras que se mueven
al son del viento,
tú y yo en silencio
nos acunamos bajo su techo
de hojas verdes y frondosas.

Se hunde el sol,
rápidamente en la arboleda velada
y desde el horizonte nubes oscuras
y saetas de rayos iluminan el cielo
pero nosotros muy juntos estamos protegidos
por hilos tejidos por nuestro amor por siempre.

Isla lejana,
que es para dos seres que se aman el edén,
aún tan sólo soñando que estamos juntos.