Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 23 de junio de 2013

Preguntas sin respuestas


Contigo soy feliz

Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta por caminos anchos y altos muros para guardarlo, escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás, si tú no estás ausente te siento conmigo, veo tu cuerpo alto que se termina voz como en humo la llama, en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos que abren las alas y vuelan levantando un tembloroso remolino de cadencias que nacen de mi amor por ti, son frases nobles, cláusulas marmóreas, blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une, el hondo que nos hace llegar a lo profundo en nuestras almas quebrando surtidores delicados, en la tierra de lluvia recién mojada llamándonos con su húmeda voz desde un mundo muy remoto a otro mundo muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas, versos que empezaron tallos hasta el jardín más quedo va floreciendo por el amor insólito que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío, seguro que hoy, que aquí, que tu evidencia es el filo con que me hiere tu abrazo, se gastarán tus caricias en días y noches blandas y poco a poco te voy queriendo más, amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil cuando los cristales duplican el blanco disco de marfil de la luna, nos unimos y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad y muchas veces, misteriosas frases de amor vuelan como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer, te quiero, el estar juntos… tiene saber a poco, siempre que estoy a tu lado cada día quiero más de ti, eres mi silencio azul en las etéreas alas que descienden por diáfanas escalas a las aguas turbulentas y profundas que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche por el campo abierto. Los astros nos observan con tenue empeño y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno, aspiramos la calma que nos une, con perfume a trébol mientras se alborozan todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos y la luz nos ilumina de puntillas, en el alba lanzándonos a las nubes para amarnos siempre como voces.

Palabras del hoy y del mañana

Las palabras, me llegan a mi alma, las milenarias, las que bajan por  los tiempos ¿de dónde vienen y me buscan huestes calladas pero sentidas a ofrecerme sus poderes sin exigir nada más que escucharlas?
Vienen a mí, de muy lejos y desde el arco de los cielos luces me llegan, para escribir sin palabras lo que siento y necesito decir.
Sin palabras, tenues alas del tiempo vienen del ayer, escondidas, secretas, hasta el hoy y van hacia el mañana.
No me abandonen nunca, os lo ruego, giren y giren sin parar hasta que en un rapto de alegría y pasión las vuelque en el papel desnudo que las espera con ansias de escribirlas y leerlas.
Palabras del hoy y del mañana son tan ciertas, tan sutiles, no dejan papeles en blanco, me hablan y no sé si alguna vez en el tiempo se acaben y no regresen ni hoy ni mañana y no quiero que en el fondo recóndito de mí desaparezcan en la nada de cristal y de oscuros azogues.
No quiero inútiles noches ya que mis palabras del hoy y del ayer me acompañan, se entregan a mí, no deseo un quehacer de no hacer nada, de estarse como agua pura, ni río, ni torrente, quiero ser agua quieta esperando que lleguen a mí.
Mis palabras del hoy y del mañana me llevan a otros mundos, a otros amores, a otras esperas de almas que pasen cerca de mí y me acaricien, me den necesidades íntimas de escribir, un escribir tan hondo que poco a poco lo tengo empezado y se cumple en el no acabar.
Palabras del hoy y del mañana no se vayan de mi interior, no dejen esta alma sedienta de sentimientos que aparecen de una nada y me cobijan, me protegen, me dan su calor, su pasión, su gozo.
Palabras del hoy y del mañana sigamos juntas por siempre, mientras la vida late y se sumerge en un mar de letras, de abecedarios vírgenes, fértiles y sentidas.  

Vigilia de mis noches

Vigilia de mis noches, una eterna velada, vuelta al plenilunio en mi silencio he escrito cartas de amor.
Nunca me había sentido tan aferrada a la vida tendida junto a ti, mi amado ausente.
Vigilia de mis noches, cercanía de cuerpos y espíritus, viajamos próximos, nuestras manos se cruzan por el aire y dejan vorágines de amor en la creación.
Sin palabras, nuestras voces se entrecruzan en el infinito.
Vigilia de mis noches, eres la armonía de tu canción de amor y llevas mi alma en un vaivén sin fin a rodar sobre el eje de mi mente por no poder dejar de pensar en ti.
Escribo mis poemas de amor y dentro de cada letra que te busca, mi pensamiento sin desvelos no sabiéndolo va hacia ti. 
¡Quiero estar a tu lado! ¡Yo, nada más! ¡Nada más yo!, amando el blanco mármol de tu frente, besando tus manos pálidas y buscando el amparo de tu pecho.
Vigilia de mis noches, buscaré tu figura en los ríos del tiempo para llevarla lejos a la tierra de nadie. ¿Llegan a ti las voces de mi alma?
Vigilia de mis noches, respirabas en mí, en mí, pero muy dentro, como los tiernos brotes de una planta pequeña.
El aire de tu vaho llegaba al pensamiento dándole vida al canto del pájaro que sueña.
Vigilia de mis noches, me sujetas las manos he impides que me derrumbe y no dejas que mis ojos cansados por el peso del tiempo armen espejismos pequeños.
Estás en vela siempre, me cuidas, me proteges, me envuelves en embrujos de prismas para que nada ni nadie me deje olvidada en el reino de los versos.
Vigilia de mis noches, desvelo de mis días quieres que mis minutos se hagan más anchos y estiras el tiempo en retoños pequeños para que nada me hiera, ni el más distante dolor.
Y por ti entre nosotros dos…surgió la densa nube que separa la noche de radiante mañana y nuestra cercanía creció deprisa dejándonos unidos por fin entre luces inocentes y conjuros de pájaros trinando al aire puro de una tierra nueva y nuestra.