Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 30 de julio de 2012

Cenizas de amor



Cenizas de amor, ¿qué guardó mi corazón, palpitante y crujiente del intenso amor que por ti sentí?
Se siente tu ausencia, no te he olvidado, aún te sigo amando entre las cenizas de amor que me envuelven, te siento dentro de mí y en las sombras nocturnas del éter, en la inmensidad, aún bajo la luna triste y taciturna, vago en pálida soledad como vagabunda del cielo y la tierra con la perenne inquietud de encontrarte y encerrarme en tus cálidos brazos.
Cenizas de amor, he pasado por la senda estrecha de los grandes zarzales de la vida, desgarrando mis blancas vestiduras entre dolores y penas.
Sentí tu desdén y tu abandono, tu olvido y yo como perdida en mí, no dejé ni un instante de sentirme tuya, siempre tuya.
¡Qué dolor, es como arrancar la luz del alma!
Cenizas de amor, sólo quedan resquicios de un fuego apagado, te fuiste de mi lado para siempre y sigues en lo hondo de mi sangre y yo como escudo que resguarda mi pecho te enlazo en las venas abiertas de mi sangre.
La muerte tiene silencio y olvido piadoso, la traición, la mentira, se hace ortiga sobre el corazón despierto y algo de mi luz en el polvo se ha perdido.
Cenizas de amor, tantas noches con sueños desvelados entre sombríos y tristes pensamientos, con llantos, quejidos y penas de dolor acrecentadas.
Cenizas de amor, el pecho malherido sufre y el luto cierra todas mis ventanas.
¿Hasta cuándo esta pena inundará mi alma?
No quiero más el llanto en la noche pegado a mi piel como tul de agua, no quiero más tristezas oscuras frente a las tinieblas.
Quiero gritar mi dolor fuertemente en el aire para despertar limpia y serena en mi nueva aurora única y calma.
Cenizas de amor, que caigan en un valle de nieblas para no sentirlas más en mi triste sangre, para poder recorrer el océano de verdes amapolas angustiadas.
Sufre mi alma estremecida por no tenerte, quiero alcanzar y gozar de la paz anhelada como panal de luz para que se agote mi devorante sed de no sentirme amada por ti.
Cenizas de amor, necesito hundirme en el mar tras los corales liberadores del tedio y salir airosa, pura, limpia y casta, llegando a aquellos lugares donde jamás cruzan las crueles aves del tiempo y sentir mi cuerpo y mi espíritu liberados, llevándome a un mundo nuevo.
Quiero ahora seguir la travesía de las nubes entre redes de hojas perfumadas y entre brazos del mar que asaltan, impacientes la serena dulzura de una espera que hace cantar el alma toda. 

La desconocida



La desconocida, la que desapareció tras sus huellas, a su lugar escondido y misterioso.
¿Quién es ella, la innombrable, la sin nombre, la que huye del mundo disipándose en las tinieblas vagas y temblorosas?
¿A dónde se dirige con su paso cansino y torpe?¿Por qué sus hombros se inclinan hacia el suelo y sus ojos no se vuelven a mirar el cielo?
La desconocida, la que un día se sintió vencida, la que no encontraba escape de su laberinto de amor, que no comprendía nada por tener tanto temor.
Vuelve sin pronunciar palabra alguna, es aquella, la que viste llorar, en su mirada se ve que no cree en nada, su corazón de tanto sufrir se tornó de hierro fuerte.
¿Cuál fue la razón de su cambio, de su soberbia figura ahora cabizbaja y apocada?
La desconocida, la que sólo conoce la noche,  con sus ropajes oscuros, negros y grises, su rostro oculto con un manto de enredaderas mustias, se acerca despacio, con su paso cansino, buscando lo que dejó atrás, sus amores ahora ya ocultos, su felicidad perdida en mil vericuetos hondos y secretos.
Su alma fría la atormenta con hondos dolores de nostalgias ya idas.
Camina sin saber adonde dirigirse y a veces, fugazmente, en un breve instante, distingue una luz que la lleva a su destino perdido del cual ya no tiene memoria.
Se desliza entre dos mundos, regresa del submundo donde estaba sumergida para encontrar su yo perdido.
La desconocida, para salvar su mundo y limpiarlo de espadas viene en busca de la antigua luz, de la lámpara olvidada, envuelta en la noche cruel de sus pensamientos.
En una túnica de lentos llantos, donde nadie la ve, se envuelve en sus ropajes y camina sin cesar, asoman a sus ojos recuerdos de amores pasados y sus brazos se mueven como ramas del agua y entre sus dedos largos aprieta sus puños, su bastón como báculo la guía hacia el sendero que busca, que se le escapa y se aleja de la luz avizorada entre el aire y los sones en que arden las cañas.
¡Aprieta su cuerpo envejecido y leve! ¡Qué hambre de soles a su frente asalta!
¡Aprieta y no sueltes, palmera alta, con hojas secas y raídas, que el alma y la carne se van con la vida yerta y desolada!
La desconocida, de sus dolidos huesos y la raíz de su pasado se va consumiendo.
¡Álzate de tus escombros, que la vida vale vivirla con amor y esperanza! ¡Espera el nacimiento del nuevo día desde el polvo de tus muertos, déjalos ir a los vientos entregados!
¡Quítate ahora, desconocida, los disfraces oscuros del ayer, de los días amargos y recupera la vida que quedó flotando bajo tus párpados!
¡Vive, respira, canta, nada de fuera debe preocupar tus sentidos!
¡Todo se pierde en nieblas de humo y de incienso! No recuerdes nada de tus tristes y pasadas jornadas, vive el presente, la fuente de la eterna luz, el futuro mañana caminará hacia ti.

Sinfonía en no



Sinfonía en no, romance trunco, deshilachado entre acordes sin fin, dormitando en el silencio sin ecos, como fuegos en llamear cabalgando con los cometas.
Sinfonía en no, amor que se hundió en el mar, buscando la obertura perfecta que lo hiciera renacer de entre pavorosas tristezas, volviendo las superficies, engalanado de preludios.
Sinfonía en no, en instantes breves, casi sin darnos cuenta, bajamos al abismo donde la luz no penetra y donde millones de ojos nos sorprenden y contemplan como en un acorde no alcanzado, sin notas afinadas en músicas sin armonías.
Sinfonía en no, su punto de encanto se astilló en mil cuerdas de liras y laúdes que se consumieron en el aire todo sin que una frase musical la inspirara a escribirla.
La composición toda de las alas de los sueños, frotó en cada estrofa en una nube de grises partituras y sólo con ímpetu alado al ideal asciende en un concierto de risas y lloros en flor.
Sinfonía en no, en pentagramas sin notas, vacíos e ignorados, se buscan y no se encuentran, sus notas ciertas se reconocen apenas en el sonido leve de un viento suave.
Pero las notas no responden, ni en ninguna parte aparecen, ¿en qué lejanía se encuentran?¿bajo qué frondas se guarecen?
Sinfonía en no, encubierta, no se encuentra en este mundo ni está en claves, ni en signos, tallados en visiones que la están buscando.
Sinfonía en no, no se escribió aún, inútilmente noticias de sus acordes se buscan en el viento, en las aves, en las flores, en el agua de las fuentes, en los astros del firmamento.
Sinfonía en no, aparecerá improvisada surgiendo en un violín entre acordes flotando, en sus líricas composiciones.
Las notas claras, redondas, tibias, despacio se van a su destino, se van a la nada, son eso nomás, su curso en preludio perdido, una huella a lo largo que se borra enseguida.
Sinfonía en no, maravilla, milagros, desde lejos se oye el trepidar de sonidos y en los sueños resuenan graves, bajas y sin tonos.
Sinfonía en no, vuelve invariablemente, exacta a ti misma, deshaciéndose en tiempo, polvo, dejando sólo vagos rastros fugaces, recuerdos de armonías escuchadas en leves recuerdos que por el aire vuelan, portadoras de fusas, semifusas, corcheas que se entrecruzan sosteniéndose solas en pentagramas vacíos.

Amor compartido




Amor compartido
¿Cómo podemos vivir compartiendo nuestro amor sin esperar nada a cambio? ¿O tan solo instantes breves de felicidad para luego sumergirnos en nuestra soledad íntima?
Amor compartido
¿Podemos recibir, tan solo una pizca de ternura en fugaces instantes, sin sonrojarnos o sentir culpa? ¿Por qué, como una marca de la vida, el amor traspasa mis umbrales, hurgando la raíz de mis sentidos?
Amor compartido
¿Cómo hacer para olvidar que tu amor no es todo mío, que muchas de tus miradas no se encuentran con las mías, que parte de ti se haya en otro lar y que no llegas a encontrarte con mi luz que te espera ansiosamente?
Amor compartido
¿Por qué llegar a sentir que la felicidad de haber sido dos no se logra siendo uno?¿Cómo lo ha logrado alguien, portador de sueños mudos, germinados bajo el dulce sabor de besos húmedos que ya no se acercan, sólo distantes llegan sus reflejos?
Amor compartido
¿Aceptado o no?¿Cómo soslayar la infelicidad que nos hace llegar a libar de la tortura su crecida ira desatada en la corriente de la vida?
Amor compartido
¿Cómo ascender por los peldaños del deseo hasta alcanzar la cumbre de tu nombre en un grito sólo, desgarrador y único sin morir en el dolor y su agonía logrando la paz y bonanza?
Amor compartido
¿Podré estar ya siempre pensando en tus labios, en tu voz, en tu cuerpo, que yo misma te arranqué para poder, ya sin ellos quererte?
Amor compartido
¿Por qué este afán mío de hacer posible lo que tú no serás nunca: mi amor entero y único?¿Podré vivir sin tenerte a mi lado, en tu cuerpo todo mío o es sólo el gran deseo inútil de tenerte conmigo, a mi lado, en todo lo que haces, verdadero, visible?
Amor compartido
¿Te seguiré esperando por siempre, con mi corazón de poeta, después de volar por todo el universo, regresando con las flores inmortales que dejaré caer en tu regazo en presencias de lo imposible, de tu querer vivir conmigo, siempre?
Amor compartido
¿Te encontraré entre las dudas inciertas, calando en lo más hondo para ver si, al fin, estabas entre la angustia desgarradora, hiriéndome sin dolor, sólo por señas y sentir que me perdiste en las últimas tinieblas del olvido?
Sé que estarás en las cimas de mis besos, sin dudas y sin mañanas, en el vértice puro de la alegría alta, entre júbilos y risas, por placeres y gozos, apuntando el aire nuestro.

El color de los sentimientos


Vivimos en la luz de los sentimientos, en un arcoíris iridiscente donde los colores nos inundan, nos acunan, nos arrullan, nos hacen vibrar y amar hasta lo indecible.
La pureza, la inocencia en la albura del blanco nos permite creer en la belleza interior, la que se trasmite en la mirada cálida y tierna.
Y viene despacio la esperanza, en verdes delgadas bocas virginales, nos trae paz y sosiego al alma,  nos inunda de música con sones de violines y laúdes al viento,
quedando bien oculta pero necesitada siempre.
Con insólita impaciencia, con frenesíes y pasiones el rojo nos atrapa en lujurias de amor, es violento y tierno a la vez, nos envuelve a veces en la noche, otras en el amanecer de auroras, nos atrapa, nos arrolla y sin darnos cuenta no queremos dejarlo ir y el corazón palpita titánico en un espejo sin fin.
La niebla gris nos lleva hacia dentro de sus huecos y el gris de la melancolía nos hace cerrar los ojos abiertos, no vemos, si miramos no se aclara nada, la tristeza se cuela en cada resquicio de nuestro cuerpo, con las manos la empujamos para que nos deje ¿para qué? 
Sin la voluntad es inútil, no nos abandona.
Y de pronto todo se oscurece, se hace la noche del submundo, el negro tachona el cielo y el amor muere lentamente.
Su agonía es dolorosa, desolada y triste. ¿Por qué te mueres amor? ¿es por la búsqueda de otros cuerpos, de otros ojos, de otros lares donde morar?.
Y la luz nos inunda, el sol con su prodigioso poder nos hace amarlo, el amarillo le rinde pleitesía, lo homenajea, le rinde tributos, girando y girando a su alrededor.
Amarillo, color de la vida, eres todo para mí, mi cuerpo te anhela y no quiere dejarte escapar.
Y el azul nos rozó nos tocó sin darnos cuenta y nos trajo el amor que sin querer nos da como gotas de felicidad en espacios limitados del tiempo.
La pasión por la Vida, vivirla a pleno, cada Hoy, cada mañana, cada instante en una anaranjada red de sentimientos donde todos nos conducen a vivir a pleno.

La voz de olvido


La voz del olvido, es irme tras el ayer, te pido perdón, tan torpemente, te imploro que no me busques más.
Siento latir tu corazón, intensamente y en un eco de castigo rompen los cristales de mi alma, sé que no me corresponde tu amor porque ya no eres parte de mi ser, no merezco tu mirada porque en mis ojos tu mundo ya no se refleja, quisiera volver a soñar contigo, volar como antes por el Universo entero con la fuerza que alimentaba nuestro amor.
Acudí a la voz de olvido, quise encontrar una salida, te grité en silencio, ya no sabía cómo actuar para eludir el momento de decirte la verdad, pero tenía que decírtela ya.
Grité en la voz del olvido, imploré ya que el espíritu de tu amor no quiere marcharse, busco la manera de que logres olvidarme y trato de cerrar las heridas que te causaron mis palabras cuando te dije ¡olvídame!
Tus ojos desbordaron por mi des amor y tu llanto llegó a invadir mi alma, me sentí insensible, me llamé culpable y te pedí perdón, perdón por no amarte, perdón porque ha llegado a su final la historia de nuestro amor y ahora al separarnos y ya no nos oigamos más, te diré todavía ¡Qué pronto! ¡Tanto que nos amamos, años de diálogos angustiados por saber que todo principio tiene un fin!
Pero yo igual me marché a pesar de sentir despacito tu: ¡No te vayas aún!

Hoy


Hoy la palabra iba suelta, leve, suspirada en el aire, tan sin alma y sin cuerpo, sólo con color y besos que pasó a mi lado en el mañana.
¡Hoy!, palabra vibrante, tensa, de alma, cuerda de arco que se vive y aguda y veloz, cruza los minutos, segundos, de vida y como flecha segura rasga el tiempo en mil sutiles tules de aromas, tristes y desolados.
¡Ay! ¡Cuántos deseos guardados en este Hoy preciso y único!
Hoy, sola palabra que trasunta lo que se está viviendo, locuras, imposibles, lo callado y lo tantas veces dicho.
Seguros estamos por un día, hoy nada más que hoy, de los no apariencias, no retrasos, sí la inocencia que está madurando al compás de este ansia del hoy.
Vivo de la luz y por la luz y en ella el HOY me tiende su mano y el vivir es total y único, sin prisas, ni ansiedades.
Hoy, entre mi vigilia y el sueño, escribí líneas sin saber que lo había hecho, es que mi HOY está hecho de milagros, de fantasías, mis ojos brillan y buscan el disfrute pleno del instante, del HOY.
Vivo el presente, éste, el irrepetible, el que me acuna y me mece entre estallidos de risas y canciones, con músicas que me llevan al otro mundo, el revés de este HOY.
Siento que mi alma se fue a galopar en el viento, corriendo por llanuras, inmensamente libre en este HOY donde no hay muros, ni cadenas, ni cercas, no hay nada más que vivir este presente.
Vivir este HOY con afán, hasta el último instante.

Sólo un instante


Me queda poco tiempo, quizás sólo un instante, me estoy muriendo de amor y te necesito, siento la casa de mi cuerpo vacía, silenciosa, fría.
Sólo un instante te espero para que vuelvas a habitarla, sólo te veo en mis sueños, recorriendo las calles de nuestra historia, mirándome con una inmensa dulzura que hace destruir todo el miedo que hay en mis ojos, pero cuando me despierto me ahogo en un llanto que me recorre íntegra.
Como se hace en sólo un instante, arrancar este dolor que siento, para no querer sentir el sabor agridulce de tus labios, para tener de nuevo tus caricias o para no vibrar cuando te pronuncio.
En un solo instante, un día sin   darme cuenta puse una barrera indestructible entre tú y yo.
Era lo esperado con miedo, lo inevitable y ahora me estoy muriendo de amor, la vida se me escapa, me siento asfixiada, y a pesar de todo me queda el último aliento para decir te amo.
En solo un instante, veo vagar sin rumbo y sin torpezas, caricias, largos goces iniciados, abrazos no dados como si aún no se supiera en qué lugar de los cuerpos el acariciar se acaba y anduviéramos   buscándolo en lento encanto, sin ansia.
Te quiero y me lo digo y es como un despertar de un no decirlo, sin designio de qué no sepa nadie, ni tú siquiera.
En solo un instante, lo escribo en los papeles tan en blancos, inspirada por las músicas casuales que  se encuentran al abrir los secretos de la noche.