Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 13 de abril de 2012

Atracción musical



Atracción musical es la que por mis venas corre como caudal armonioso de río sonoro y sereno, te siento dentro, muy dentro de mí, haciéndome sonreír el alma con voz dulce y amorosa.
Es el amor que, paciente, tranquilo pero con fuerza, crece y crece entre tú y yo porque somos dos seres en uno que caminamos por la vida enamorados, sin edad ni años.
Atracción musical, de amor ideal que fluye, corre, late, uniéndonos en un sin fin de emociones que al horizonte y al mar nos conduce a nuestro lecho de amor en aquella playa distante y lejana donde nuestras huellas se desdibujan al paso de nuestros pies en la arena blanca y espumosa.
Atracción musical, escenario de seducción, atracción musical de pasión y deseo, el clamor del agua nos une como lazos invisibles en una trama de hilos plateados que saltan, trepan, en nuestro amoroso encuentro entre sueños y desvelos.
Atracción musical, cadenciosa, continua y sin tiempos para contar, en un vivir, en un tiempo de rosas como nido que moja y nos une entre lágrimas alegres de amor.
Estamos juntos y el viento con luces brillantes nos cobija mientras nos besamos y sin besarnos, nos acariciamos sin tocarnos, nuestros cuerpos son uno sólo en este tiempo colmándonos y dándonos paz y sosiego.
Sin dolores ni sufrimientos porque juntos enfrentamos en este mundo con pasión y querer las adversidades que se presentan casi sin saberlo.
Atracción musical, caudal de vida y esperanza goce perpetúo y plácido.
Bajo la luz de la luna, nuestro amor en su plenitud se llena de encanto y ventura y en su alada claridad el agua en su cauce musical nos conduce a nuestro espacio de amor.
Atracción musical, cantos en la lira y en el alma vuelos en nuestro fragante edén donde nada se puede igualar.
En la amable brisa que besa mi frente oigo tu sonrisa fugaz y clemente como el reír del río y el azul del cielo.
Atracción musical, en un concierto de notas aterciopeladas donde se esconden las palabras de amor, de ti, mi amado en su remanso de agua suave y dulce y en su centro fulguraciones de fragua.
Atracción musical, con olor a rosas y en ellas me miro en sus espejos de agua y veo mi sombra ilusionada de que te encontraré muy pronto en mi afán de estar a tu lado.
Siento agua fría en mi piel, zumo de mundo inédito en mi cuerpo pero un cansancio feliz por tibios presagios que tú encontrarás el rumbo hacia mi soledad que te siente ya en ella.
Atracción musical, vivir entre peregrinaciones de surtidores de agua esperándote, esperándonos, ya que tú eres mi destino, lo sé por  temblores, por nubes, por soplos de agua cerrando trabas y  abriendo jubilosa otras para estar siempre en unidad contigo, radiantes de vida los dos en un milagroso final de besos lentos.

Desarraigada



Desarraigada, su significado profundo y hondo hiere y lastima el alma, trastorna mi mundo interior, confunde mis amores en desamores.
¿Por qué me siento apartada, alejada del mundo que me rodea? Soy una emigrante itinerante, mi lar está fuera del real, mi imaginación me transporta a un mundo donde vivo dando amor, traspasando barreras, cadenas, prejuicios, críticas, ¿cómo no sentirme perturbada al vivir desconectada, descuajada de la rama alta del ciprés verde y frondoso, cima en la que creí vivir, levantando vuelos cortos y veloces para regresar al lugar que creí era amada?
La vida tiende sus redes y en un instante me siento dañada pero, ¡ya no más! No pueden arrancarme de la luz que me conduce a un orbe nuevo y maravilloso, desprendiéndome de lo que el amor me hace escribir, inundar páginas en blanco que me buscan desesperadamente con ansias de volcar en ellas mis inquietudes, mis sentimientos, mis deseos de escaparme a otro lugar distante y vacío donde encuentre la paz ansiada en mis ideas locas de estar enamorada de la vida.
Desarraigada, desterrada de este mundo real y poder irme al mundo mágico, puro y límpido donde nacen mis prosas poéticas vírgenes y sin causas ni porqués.
Desarraigada, me voy, no tengo tiempo de volver a empezar, de regresar a ese pasado cercano y lejano a la vez, debo volver al hoy, plenamente, entre cielos azules y nubes de algodón, entre desprecios de lejanías, mares transparentes, turbulentos y calmos, entre rojizas puestas de sol en el horizonte lejano, las nubes danzan  a su alrededor, en silencios y vientos calmos.
Desarraigada, ¿por qué ocurrió? No lo sé, son diferencias de vida, de sentir el amor y de ser amados, como ídolos de mármol, duros, impenetrables, rígidos y no con el corazón abierto para dar lo mejor de mí, de sentir cálidos sentimientos y brisas frescas y limpias en mi mente.
Ya me desprendí de todo el manto de llanto, ahora sólo correré tras la música, las risas, las bellezas del verde bosque, el azul del mar y los corazones tibios y verdaderos que se me acercan y me acarician con sus miradas dulces y palabras tiernas buscando en mí el amor que aflora sin saber por qué.
La pesadumbre se fue lejos, no quiero pensar en los recuerdos que me hicieron mal, busco la luz, quiero sentirme envuelta en ese capullo que me protege entre palabras de amor en mi ser entero y que la alegría me invada entera, no sintiéndome desolada y triste, si no plena de amor para dar a raudales por el mundo que me rodea y lo quiere recibir.

Desilusión dolorosa



Desilusión dolorosa, de a poco, despacio, sutilmente, inundó mi alma y con miles de saetas acrisoladas, rompió la paz y el sosiego de mi alma. ¿Dime tú por qué debo sufrir en cada instante de mi vida dando sólo amor por doquier? ¿Cuál es el error que surge de estos sentimientos puros y profundos que me embargan y me desarman en flores deshojadas por la tristeza, la desilusión, el desespero? Como estrellas fugaces, en períodos menos esperados me golpean, me hieren, me lastiman. ¡No quiero sentirlos más! Mi vida necesita del amor  puro y límpido, sin mentiras ni falsedades.
Desilusión dolorosa, esos grises tonos oscuros de tormentas menos esperadas, los rayos golpean mi alma y me dejan agonizante y temblorosa, miedos ocultan afloran a mi piel y la verdad inconmensurable y execrable surge de improviso, aquel a quien amamos con intensidad y pureza nos clavó una flecha envenenada en pleno corazón y la sangre dolorosa junto con la llovizna de lágrimas que inundó mi cuerpo me llevó a momentos de desasosiego y desorientación.
¿En qué me equivoqué?  ¿Por qué deposité mi fe, mi esperanza, mi amor en quien no lo merecía? Éste mi amor puro se elevó tras el horizonte lejano, dejando tras de sí, sólo desilusión dolorosa.
Quiero encontrar el camino recto, verdadero, duradero y no fugaz y falso donde sea comprendida en estos mil sabores amargos y crueles.
Desilusión dolorosa, apenas en un segundo, mi espíritu que libremente se elevaba entre las nubes de algodón y campos de cipreses, cayó, llevándose a su paso marchitas flores de azafrán y floridos vergeles en la tierra seca, cenicienta, rojiza por la ira y oscura por el desamor.
Desilusión dolorosa, fueron tras de mí rumores falsos, envidias desopilantes, intrigas traicioneras, buscando hurgar en mi alma para que el sufrimiento aflorara.
¡No!, ¡no lo permitiré jamás! ¡Soy libre y feliz conmigo misma! Mi espíritu vibra al compás de música sincopada y de palabras, frases de amor hilvanadas como perlas de rocío en un collar sin fin de caracoles enlazados por la espuma del mar.
Desilusión dolorosa, se que como enigmas indescifrables se irán de mi vida, afrontaré con actitudes enhiestas y verdaderas el nuevo sendero abierto, florecido, en un bienestar en un campo de amapolas abiertos sus pimpollos al cielo azul y allí te encontraré a ti, mi amado nuevo, que me traerá en sus manos cálidas mi nuevo destino.
Desilusión dolorosa, las esperanzas renovadas y límpidas cerrarán las heridas abiertas  y el olvido que se acerca sin ser llamado golpeará mi corazón dejándolo límpido y claro como agua que golpea la tierra con desesperación, a veces o con dulzura otras, sin tristezas sin fin, ni fríos, ni grises golpes, sólo sueños entre luces de amor bajo la luz de luna en el agua con quietud y calma.
Desilusión dolorosa que no impida mi vida intrépida, de aventuras continuas, rodeándome como un manto de aterciopelados pétalos las ideas, las frases de amor, las prosas poéticas que dan sentido veraz y feliz a mi espíritu inquieto y avasallante, pleno de ansias de ser amado y querido, sin límites, truncos, ni herrajes oxidados por el tiempo, sólo aires tibios y dulces donde flote mi corazón entre aromas de pitangas, burucuyá en flor, azahares volando en el viento suave llevando la buena nueva de mi llegada a mi vida emprendida sin sobresaltos ni fatigas. 

Sabores y aromas del amor


Sabores y aromas del amor, nuestro amor florece entre la lila buganvilla, la blanca, amarilla y roja de la gracia que, pensativa, en el conjunto de pétalos, lleva su aroma al viento y la cala que tiene la forma y el declive de una lágrima, pronta a desprenderse de unas grandes pupilas invisible.
Nuestro gozo es intenso, la luna empalidece al contemplar la naturaleza que nos ofrece, en un estremecimiento contemplativo, en una mullida alfombras de tréboles y el manantial su espejo donde nos mecemos suavemente.
Al morir el sol, en el ocaso, nuestros anhelos se desangran en resplandores de sabores y aromas del amor entre alpinas rojas y heliconias naranjas, rojas y multifacéticas.
Néctares de amor, sabores que inundan nuestros poros y llegan con deliciosa ternura a nuestras almas anhelosas de amor entrelazándonos entre labios húmedos de perfumes, entre carambolas suaves de sabor y color diferente, verdes y blancas.
Sabores del amor que nos llevan a ser dos, unidos por la acidez del maracuyá, la dulzura de la melancia, lo agridulce del abacaxi y la frescura de la Eugenia.
Sabores que inundan como ríos nuestras venas y nos llevan por senderos ondulantes, transparentes, a nuestro nido de amor.
Amantes de colores nuevos y aromas de blancas bromelias, rojas equisorias que como una sola flor une sus pétalos en un gran resplandor rojizo y entre estos aromas vivimos entre gozos y dichas, lejos del mundanal ruido y ecos repetitivos que nos permiten comunicarnos hasta lo hondo del alma.
Silencios sin ecos, entre perfumes envolventes y sabores deleitantes nos transportan en tan sólo instantes a sentirnos más unidos en verdes hojas del follaje del bosque, moviéndose al compás del viento que nos arrulla y acuna en este paraíso único que vivimos.
El tierno mangostán une nuestros labios con gusto a manga y a cacao.
Sabores y aromas del amor que como gotas minúsculas invaden nuestro cuerpo y nos hacen amarnos con total intensidad.
Nuestra intimidad secretísima, trémula de dicha se rinde ante tanta belleza, colorido, hallazgo necesario para que nuestros besos sean más lejos, estrechados y plenos.
Lo dulce del gusto y la vertiente de los olores arriban a nuestra carne transcorpórea del cuerpo y ya quedan en nuestras almas como campos florecidos entre azahares de frutos esperados.
Y el zumo vital es el agua nuestra, que fría corre desde nuestra boca  por nuestra piel, haciendo que el amor, renazca cada día con nuevo y renovado sabor y aroma.

Llegaste sin aviso


Llegaste sin aviso,
lentamente, en secreto, despacio,
poco a poco saliste de la oscura noche
en un milagro misterioso.
Te esperaba ansiosa, anhelante
desde el tiempo del ayer, no creía en tu llegada,
no te esperaba,
vivía tan solo en una memoria lejana
del amor sin tiempo ni recuerdos.
Llegaste sin aviso,
como corre el río sinuoso en ondas oscilantes,
entre calmas de manglares,
entre orillas sin principios ni fin
que se nos acercan misteriosas e insinuantes.
Entre estrofas amantes surgen las letras,
las palabras dulces y acariciantes para ti,
mi amado amante.
Llegaste sin avisar, cantando con dulce cadencia el yarumi,
poema eco poesía como elogio a la naturaleza.
Yarumi, planta que nace después de la quema del suelo,
como enviada de la naturaleza
para recuperar al hombre puro
contra la insolencia y la ignorancia
que destruye todo a su paso.
Llegaste sin avisar,
y me dijiste que el amor es el secreto de los siglos en receso
que va dibujando su invisible rocío cósmico
en los atardeceres temporales del espíritu
y tus palabras con sonrisas
abrazaron nuestros mundos profundos y luminosos.
Llegaste sin avisar,
limpiando mis tristezas, te llevaste mis llantos,
fuiste alegría junto a tus palabras con sonrisas,
trayendo de a poco la vida
con colores brillantes y límpidos.
Nuestro amor es como un anochecer
y un despertar junto a ti
impregnando nuestra piel
con la suave y cálida brisa de un nuevo día
Llegaste sin avisar,
haciéndome un hueco
en la inminente llegada de la luz,
soy voz al fin, hermosa y afinada,
pura y descansada
pudiendo confundir mi mirada
con mil estrellas fugaces,
tocando una eterna melodía inolvidable,
salvándome del olvido

Tropiezo


Tropiezos oscilantes, ondulados, deslizantes que me llevan a un mundo nuevo cada día, exhausta de ir tras aventuras nuevas en mi diario vivir.
Caigo, me levanto, vuelvo a caer y a empezar otra vez la interrumpida danza tras lo inesperado, lo imprevisto que se presenta tantas veces sin ser buscado e interrumpe con suavidad, con ternura, instantes plenos de amor.
Tropiezos que siempre me conducen a lugares misteriosos entre hadas mágicas y gnomos y duendes furtivos que me guían para poder volverme a levantar, bien alta mi frente y no inclinarme ni resbalar de a poco hacia el suelo arenoso y oscuro donde yace la soledad sufriente.
Tropiezos, sin tregua, los tiré en el aire diáfano para que vayan en volandas por el cielo haciéndolos agua para que llenen los cauces del mundo con espuma desatada y áurea.
Tropiezos, deslices que me llevan a abandonar mis esperanzas pero no mis prosas poéticas de amor, las que dejaré que llenen miles de páginas vírgenes como bandadas de pájaros al vuelo.
Tropiezos tambaleantes, callados pero sentidos, guardados en el fondo de lo que mis manos palpan y mis ojos tocan.
Tropiezos vacilantes, vulnerables, aparecen súbitamente en cualquier instante, en el menos esperado y los dejo pasar sin resistencias ni resquemores.
Suspendidos quedan, ingrávidos, buscando un pequeño resquicio para hacerme vacilar y sentir esa opresión en el pecho que sólo el amor puro puede hacer que los deje atrás, en el ayer pasado.
Tropiezos, resbalares sin culpa, dificultades que afloran como cactus en el desierto o como racimos de púrpura salvaje que cuelgan en el ceibal.
Poco a poco los pimpollos van apareciendo como el amor en mi alma y el canto suave y sonoro abre el sendero a la esperanza sin vacilaciones turbias, sólo con certeras creencias de que todo, ya pasó.
Querer vivir anhelando amores en infatigable sed de calmas sin tropiezos, con ilusiones de vida, sin cansancios, tan solo con un poco de felicidad en instantes inolvidables plenos de ilusión, ideas, fe, imaginación, creando siempre sueños de amor.