Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 9 de abril de 2019

El ciprés solitario


Envuélveme en tus sueños



Envuélveme en tus sueños,
enlaza como una enredadera mi alma con la tuya.
Aquí, ahora, mientras expande la fantasía azul de la aurora
brote de amor circunscribe una pasarela
hacia la escalera del cielo.
Enlazado tu cuerpo con el mío
siento en mí a la humanidad bucear
el cuadrado negro de un no existir total.
Juntos, muy juntos, el deseo se posará en tu hombro
como paloma de seda y flores
 y nos mirará volar envueltos en perfumes y suspiros.
Envuélveme en tus brazos,
gotearán las estrellas de mis sienes
para hundirse en tu fértil surco de ansias,
barro dulce de esperanzas calmas.
Temblor de hojas de adolescente sauce
asomará por tus pupilas aladas.
Una canción susurrará tu piel,
instrumento solista de deseos a cumplir,
de anhelos fervorosos de vivir juntos por siempre.
Ámame envuelta en tus sueños,
seré la sal de tu camino
y el verde de tu sombra acogedora.
Envuélveme en tus sueños,
¡oh perfume de flores abiertas!.
¡Oh de girar de desnudas espaldas!
¡oh carencias de valses que mueve torbellinos de tules y gasas!
Sí estoy contigo temblando y callada,
cerca de ti mi corazón late a prisa con inquietudes de primaveras lejanas.
Lo nuestro no fue solo pasión,
fue también una ternura vaga,
lo que inspiran los tiempos idos y las noches pálidas.
El espíritu sólo al conmoverse canta,
cuando el amor lo agita poderoso,
tiembla,
medita,
se recoge y calla.
Envuélveme en tus sueños para que feliz escriba
frases,
metáforas,
poemas de amor,
que inundarán hojas blancas
para que lleguen a corazones tibios que los esperan ansiosos.
En este tiempo feliz escribiré estrofas sin una sola lágrima
y el verso será así un pensamiento puro,
brillante de imágenes con burbujas de amor pleno.

“No todo es poesía
pero en todo
hay poesía”





Recuerdo mágico



Recuerdo mágico, el nunca olvidado,
el instante de que tú y yo entre el follaje de umbríos bosques de sauces llorones y ceibos florecidos,
nos vimos por primera vez.
Tú mirada azul intensa y llameante
iluminó mi alma que estaba desprotegida y asfixiada
por la pena y anhelos no cumplidos.
Pero de pronto, en ese preciso momento,
nos encontramos en un entorno pleno de ruidos no escuchados,
de conversaciones amortiguadas,
de complicidades no deseadas,
fue la magia pura que ángeles, duendes o gnomos ,
no lo sabremos nunca el por qué nos hizo encontrarnos.
Nuestras mentes se hablaron,
sentía tu voz cálida y tibia en mi corazón
y tú recibías mi alma pura y casta
que nunca había conocido al amor.
Sorpresivamente el aire se pobló de arrullos,
derramando el fulgor de luciérnagas
y de miles de aves que nos llevaban lejos,
al lugar nuestro, sólo nuestro.
El instante fue el Hoy esperado desde nuestro eterno pasado.
¿Cuál fue la causa de este recuerdo mágico?
Ser tu amante de siempre
en la hiedra de los besos apasionados, placenteros.
Tú me llamaste sin sonidos
en un blanco sendero pleno de besos de nieve
que en tus manos portabas.
Y me apoyé en tus hombros de juncos
hasta pasar de una vida sin destino
y pleno de sombras que me habían herido con feroz lanza
a esta luz nueva contigo
en nuestra, sólo nuestra alta morada.
Recuerdo mágico, con los ojos nos buscamos, penetrantes,
en un instante preciso y único en el que ambos estábamos viviendo una vida traicionera y falsa.
Ahora la blancura vacía se puebla de recuerdos no teñidos,
la recorren presagios sonrosados
y brota en ese lapso inmortal
una masa de sueños que inventa tu figura
que esperé en vano.
Recuerdo mágico que jamás desaparecerá entre nosotros como una siembra soterrada y suave en nuestros instantes del existir.

“Allí en la oscura noche
cuando el silencio lo permite todo
aparece la vida
como suspiro en eco”

Llorando de amor



Llorando de amor, despacito latiendo mi corazón,
un mar salado inunda mi alma,
recordándote a ti, mi amado ausente.
Me enamoré en el instante en que te vi,
turbaste mi mente y con deslumbrantes colores
no pude impedir que tu amor llegara a mí.
Tu hechizo hizo calmar mi voz y traté de defender tu embate pero no pude y de nada me arrepiento, fui muy feliz hasta que un día sin mirarme sin siquiera despareciste despacio en la noche de la nada.
Ni una palabra, ni un requiebro, ni un por qué,
otra te había robado el corazón y llorando pasé minutos, segundos, horas, días, años, recordándote siempre.
Hoy, nuestro beso, nuestro lecho están sólo en la fé.
Nuestra vida no parece vivida, desliz, resbaladora, ni estelas, ni pisadas dejó detrás.
Llorando de amor, de un amor que se bastaba él sólo para el querer más grande, no debo mirar tu alma, ni recordar tus labios, ni tu mirada azul como el tiempo.
No sé si encontraremos nuestro beso,
¿será en un lecho de nubes, de vidrios o de arenas?
¿será este minuto próximo o el mañana o el siglo por venir o en el borde mismo del nunca jamás?.
¿Vivos, muertos?
¿Lo sabes tú?
¿Con tu carne y la mía, con mi nombre y el tuyo?
¿O ha de ser ya con otros labios, con otros nombres y siglos después, esto que está olvidado ya?
Llorando de amor, dolor y sufrimiento que deben terminar, la esperanza está allí,
en ese sendero luminoso y diáfano esperando con calma y paciencia a que ofreciera sus brazos para cobijarme y protegerme.
Encontré ahora un nombre adherido a un rostro nuevo,
una silueta que transita por mí, para llevarme lejos, muy lejos, acurrucándome en sus brazos viriles y fuertes.
¡Se acabó el tiempo del llorar eterno!
Los poemas de amor encerrados en la nada, surgen ahora, ávidos de placer, al papel en blanco que los esperaba ansiosos.
¡Al fin vuelven las sílabas ,las frases monorrítmicas y febriles a inundar los papeles ansiosos del placer de la escritura!
El placer y el gozo inundan ahora mi lecho, el que estaba vacío, ahora ya no más, sólo besos ávidos y ansiosos, brazos envolventes, cuerpos tibios de gozo y placer
                                                                                   
                                                                                                     “El sueño-inasible colibrí-
                                                                                                     -se me volaba de las manos
las lágrimas se perdían en el tiempo”