Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Mi Verso es un Canto
Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.
La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.
Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.
Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.
Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.
Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.
La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.
De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.
Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.
Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.
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martes, 7 de febrero de 2012
Enigma
Decepción
Allá muy lejos
Allá muy lejos, tú el esperado, estás en lo lejano, eres dulce como un colibrí y la selva virgen, bajo el viento, te cobija, te ampara.
Quiero amarte tal como eres, mi alma afín y desde el instante en que me sienta amada desde tu inmensidad lejana, mi vida oirá tu canto y los bosques reverdecerán, los arroyos desbordarán de sus cauces, así como mis ojos que te sueñan embelesada se extasiarán ante el inesperado milagro y me volveré dulce y hermosa.
Allá muy lejos, el paraíso con aurora virgen, con nívea albura, con sones primeros nos espera en delicias de ternura.
Ya el crepúsculo nos envuelve y de los tiempos del alma yo te llamo a mi vida, a tu vida, con mi boca en tu oído, pero tú apenas lo percibes, estamos lejos, muy lejos.
Allá muy lejos, tú me esperas y mi espíritu se engrandece y en el recibir se alegra, en un virginal reflejo.
Vayamos tú y yo juntos como el viento, nómades del viento y transitemos por la expansión del Universo.
Pienso en ti esta noche y todos los días, no era pensarte con mi pensamiento yo sola, desde mí. Te voy pensando conmigo, exactamente, en el ancho mundo tuyo, allá tan lejos.
Allá muy lejos, detrás del horizonte, sé que tú me esperas, nadie puede encontrarse allí contigo, pero yo iré por el aire, con alas largas y leves y me posaré en ti con una red de caricias y encendidos ensueños que ni el alba desvanecerá.
Allá muy lejos, alumbrando nuestro paso nos encontraremos bajo cielos estrellados en las fronteras últimas de este mundo donde el amor se consumirá en una solitaria cita de dos, de besos y alas enlazadas…
Yo he de quererte
Vivo ausente
Vivo ausente, estoy detenida en un concierto de otoño escuchando como los violines agitan un mar de hojas, esperando que tú llegues con tu sonrisa breve y feliz disipando para siempre las neblinas que me envolvían como un velo transparente, como tul de novia.
En un manto de estrellas en la noche de estío me encuentro entre tus brazos y vivo ausente del mundo que me rodea en un glisar de brisas, de ternuras intensas y hondas.
Vivo ausente, tú alumbras mis sueños con tu alada dulzura, vuelo hacia la dicha en horas venturosas.
Viajo en una carroza de sueños, vestida de lluvia y con un broche de ensueños que tú con tus manos pálidas pusiste en mi pecho.
Vivo ausente, contigo somos jinetes del aire, canto de lluvia y nostalgia, inventando alquimias.
Somos solitarios pensadores y en ráfagas de pensamientos profundos, afloran entre nosotros los poemas del hoy que esta mujer poetisa te entrega a ti, hombre único, inspiración y rumen de siempre.
Vivo ausente, en un idilio sublime que en geométricas figuras nos lleva en savia que renueva a un espacio donde las ansias de amar son quimeras de fuego y la espera que era como una tormenta que asolaba mi alma, se dispersó en el más allá donde se esfumen las perdidas calmas que asolan corazones sin amor.
Vivo ausente, feliz y plena, fundiéndonos de amor. ¡Qué paz de amor! En este hoy nuestro, ¡cuánto ayer se vive!, en este ahora mirándonos en una larga y profunda mirada vivimos esperanzas nuevas en un etéreo abrazo sin final.
Preludio
Preludio, comienzo de un amor, yo te reconozco entero, sendero tras sendero en la altiva luz de la aurora.
Inicio de emprender un querer como trueno que ilumina el cielo encapotado, como viento desatado en la montaña, fuerte, tumultuoso, desencadenado.
Preludio que nos llega hasta el alma como una obertura de compases musicales, sincopados, sincronizados que nos hacen vibrar entre espacios del tiempo.
Nuestro amor recién iniciado es como si el aura de cada uno rebotara bañado en vocales.
Preludio, palabra estrenada, que jamás se asomó a nuestro idioma cantado de preguntas, esa que se pronuncia en el aire de tu voz, como una respiración de flautas , un aire de vidrio , evaporada ,envuelta en brumas de magnolias.
Preludio, como signados por una profecía, nos unimos para vivir entre risas y cantos, el amor que esperamos desde el ayer lejano que se nos anunció entre señales de humo, desde lejos por valles y montañas.
Por este vivir, como entre ecos de nenúfares, nos damos enteros, uno al otro, entre te quieros y besos de pasión.
Preludio de poemas aún no escritos que entre letras de círculos juegan como la piedra arrojada al agua a expandirse en una esencia misteriosa y regresar a la lisura del papel que las espera.
No somos una quimera sin hoy, sin mañana, somos un incesante devenir de frenesíes y esperanzas…
Hojarasca de besos
Caricias guardadas
Invocación
Busco la luz, te suplico, tengo sed de visiones, afán de mirar más allá de letanías y ruego por ansias de vivir entre esperanzas e ilusiones.
Soy peregrina de paso contra la mentira en pos de la verdad. Vienen como ráfagas memorias pasadas, elogios sin fe, retahílas truncas.
Despierta en mi espíritu la alegría de vida, adormece los tristes que inundan mi alma. No permitas que cuando parezca que he caído porque me han derribado sólo esté de pie un poco inclinada.
Que si alguien, a quien amo en demasía, me golpea muy fuerte, Sólo sienta la brisa del mar, el murmullo de la fuente serena.
Suplico con ansia, paz y calma y se disuelvan en la nada la pena, el desconsuelo, la aflicción.
Invoco la sintonía espontánea con mi entorno para nutrirme, entregarme, saber recibir y expresarme abiertamente.
¡Hoy quiero luz! ¡Aléjate desespero! Invoco el aliento profundo para continuar, la flor de la esperanza para seguir, para poder percibir la plenitud que nos rodea.
Suplico el camino sinuoso que nos lleva hacia el descubrimiento del …¡amor!
Hoy…me fui de lágrimas, ¡ ya no más ! Ruego el poder darme en el ir para llegar a ser un ser desprendido ligero y sin raíces. ¡Fluyen musitando las ideas! sobre todo las que se dan ,las que se quedan, se enredan, se hacen ovillos o madejas.
Ruego estar muy cerca de las señales, los signos, las casualidades, las suertes, los imprevistos… que nos dejan entrever el lenguaje Divino. Suplico que en vez de desesperarme, me congratule con lo que amo, con lo que quiero, ¡por siempre así!
Alquimia
Busco en mi yo íntimo, en la mina del amor donde tú has excavado y dejaste en mi céntrica felicidad todo lo que estaba buscando, pero ese misterio insondable no pude encontrarlo.
Y como ningún alquimista obtuvo aún el elixir, yo aún espero por el despertar de un deleite pleno y prolongado en el que sueño todas las noches porque en tu presencia mueren todas mis palabras.
Necesito de esa ciencia oculta para obtener una noche de estío, de apariencia invernal, porque tú mi amado anidas en mi pecho y un sendero de fuego me lleva hacia ti.
Busco una vana sombra de amor eterno y pido a Hermes me ayude a encontrarla sin tener que entregar a cambio mi bienestar, mi esfuerzo, mi honor y mi vida.
¡Crisopeya, te invoco!, debo hallar el tiempo de pensar y de reír también porque la risa es la fuente de poder más grande del mundo, es la música que hace vibrar el alma sin burlas ni sarcasmos.
Si la alquimia, ciencia oculta, buscaba la vida eterna, yo sólo necesito el poder dar, que es el secreto de la eterna juventud.
Yo a tí, te inventé con la alquimia de mis sueños, te vestí de imposibles, en tus pupilas inicié un poema que acarició levemente las páginas en blanco y en lo más alto entronicé tu imagen.
Eres el inaccesible, el esperado pero no llegado y por ti siento un deseo atávico que me induce a un loco y extraviado frenesí.
Te inventé en todas las formas, tus miradas, tus sonrisas, las encontré rielando en el espacio junto con tu voz, única, seductora, y yo te aspiro y te gozo, sin pronunciar jamás tu nombre.
Alquimia, ciencia oculta, crisopeya de lo que no se ha encontrado, pero yo igual te amo aunque no existas, no espero que aparezcas, ni que el roce de mi tacto te defina y sólo percibo el nítido esplendor que irradias aún careciendo de luz propia.
¡Sigue alumbrando mi vida!, no quiero que desaparezcas en la oscuridad, quiero que tu fina línea turbia que rodea tu pupila siga siendo un destello y que tu voz siga acariciándome con melodías de inmortales…