Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 10 de febrero de 2016

Revelación


Sed de ti


Sed de ti,
de tus besos dulces
y de tus caricias aterciopeladas,
de tus abrazos abiertos y afectivos.

Cuando pienso en ti,
mi rostro recupera perfil y mirada
y mi alma encendida y liviana
vuela con lazos azules
saltando árboles
en una rápida salva de pájaros.

Sed de ti,
de tu cuerpo desnudo junto al mío
entre rumores de palabras de amor.

Y en el filo de la madrugada,
mi sed se acrecienta
con partituras distintas
que emplazan casi siempre,
renovando el diseño.
la textura,
el color de la trama de mi sed por ti,
ahora que te nombro y te reclamo.

Sed de ti,
cuando el cielo se afina,
al conjunto de un sutil cosquilleo de flautas
la última estrella remisa,
abandona su puesto de guardia,
me gusta perderme en ti,
en todo tu cuerpo,
en tus ojos,
en tus brazos,
en tus dedos entrelazados.

Sed de ti,
me gusta sentir tu sabor,
tu aroma,
tu olor a bosque umbrío,
tu mirada intensa
que me traspasa el alma.

Tu eres mi hombre,
o el espejo y tu rostro,
donde se refleja la historia,
el aledaño del amor,
sin sombras furtivas y rumorosas
que crucen como un galopa antiguo
el umbral de mi cuerpo esperándote.

Sed de ti,
grito,
clamo,
sostengo mi mirada entre fulgores de ira
por no tenerte.

Sed de ti,
mi boca te busca
con un ansia certera e increíble.

Mi recuerdo eres tú


Mi recuerdo eres tú
(parece que flota…
es tan suave su ir y volver
bajo el fanal errante de la luna
confidente del bardo peregrino)

Mi última esperanza
(irradias en la sombra
todavía siguiendo un ideal
que no se alcanza,
merodeando en la sombra
la ilusión perdida que fue mi guía)

Mi recuerdo eres tú
(y hoy,
en este otoño que estoy viviendo
y que la vida empieza a declinar,
se encuentra mi corazón
solo y cansado,
sólo me hace feliz tu recuerdo
turbando el nocturno desasosiego)

Mi última esperanza
(tú, mi todo,
eres el que despiertas
con cada triste sonido,
lento toque de notas vagas
que el viento lleva
a flotar como doliente gemido
y de la noche en calma,
tú mi melancólico
me haces estremecer el alma
en vibraciones impredecibles)

Mi recuerdo eres tú
(fuiste mi mundo de venturanza
que me llevó a la plácida nota larga,
tu voz me sigue acariciando
y como un suave reproche
se desgrana en la calma noche
las perlas de las delicias vividas a tu lado)

Mi última esperanza
(¿es que acaso ya no estaremos más juntos?
Quiero flotar en el éter la aúrea nota
que nos unía en un bálsamo efluvio
de noche primaveral.
¡Ven a mí!)

Mi recuerdo eres tú
(¡qué instantes más frenéticos y voraces
vivimos tú y yo!
bajo cielos escarlatas
que se extendían inflamando mantos
sobre nuestros cuerpos)

Mi última esperanza
(no quiero que seas mi silencio total
en un viaje completo de la vida,
te quiero en su trayecto en bacanales,
algazaras, proezas musicales,
en una gesta al abordaje de la felicidad
y de la paz eterna)

Mi recuerdo eres tú
(por ti anduve en el mar,
altiva como una ola,
una ola desnuda y sola estallando
en cada cabriola y desgranándome
al recordarte en cada instante)

Mi última esperanza
(por ti,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en derredor,
un símil del paraíso
al pensar en ti)

Mi recuerdo eres tú
(serás siempre
un horizonte plomizo en mi vida
quedando siempre
un goce en mi corazón
y en mis manos desoladas,
entristecidas, marcadas,
donde mi piel te recordará siempre)

De nada me arrepiento,
pues la verdad de un momento
se grita como absoluta
aunque al final de la ruta
otra verdad la reemplace.
Viví desde la cima a la cumbre,
ardida en ardientes lumbres,
en un eterno recomenzar.

Aquiétame las ansias


Aquiétame las ansias,
yo no sabía que el amor es como
una llamarada que en el silencio
 quema todas las palabras  .
¿ Cómo pude olvidar que fosforece ,
ahogado en un gemido y en el
eco sin eco de una lágrima?.

Aquiétame las ansias,
me duele el alma como herida quemada de sollozos ,
tiembla como una flecha hundida
en las entrañas y ante el umbral,
enmudecido, habla.

Señor, ¿por qué no me dijiste que
el amor no se escribe con palabras?.
Vengo a ti como el viento del erial,
herido por los cactus,
como tierra sin agua.

He quebrado, a tus pies ,
 todas las metáforas y supe al fin,
con el sabor dolido de mi carne,
que el amor no conoce otra palabra
que la sangre hecha ríos y el
clamor  hecho llantos.

Aquiétame las ansias,
despierta mis deseos de estar junto a ti.
Señor, dame una gota del mar de tu silencio
y quemaré en la hoguera de tus aguas
mis tormentos entre espumas
que se rompen en la arena.

Ahógame esta sed.
Apágame este grito,
aquiétame esta llama.
Vísteme Amor la desnudez
de  mi cuerpo con túnica de lirios en el alba.
Desata con tu aliento el corcel de mis ansias
y ven antes que la noche
con sus dormidos pies de sombras a anegar mi morada.

Aquiétame las ansias,
ya que el amor no se escribe con palabras,
precisa de tu calma.
Soy mujer de inmensidades ,
de plenilunios, de profundidades,
de corazonadas ciertas y mi amor resuena en ti.
Quiero que seas refugio,
mi aldaba, mi copa con tu amor desaforado
y que  se extasíen mis soles con tus ríos claros.

Aquiétame las ansias ,
quiero ser tu todo,
 quiero que seas mi plenitud más íntima,
mí ánfora y mi cayado ,
mi brújula y mi designio.
Cálmame , aquiétame , apacíguame,
arrúllame, aquiétame las ansias.

No tendré más futuro ahora que ser con tu rosa,
mi rosa, vivida en ti,
por  tí  en su olor , en su tacto.

Aquiétame las ansias y pon tus manos
sobre mi cuerpo estremecido,
buscando el vino de amapolas
que borra las huellas del dolor
y nos lleva al panal de luz y música del alma.