Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 28 de marzo de 2012

Tu silueta al desnudo


 Tu silueta al desnudo, ya no está a mi lado y pregunto por tu ausencia mientras mis ojos se acostumbran a la oscuridad.
Si eras un fantasma siente en las palmas de tus manos, en los labios, la cálida huella aún del abrazo en el que estábamos juntos.
Estamos al otro lado de los sueños que soñamos y tu silueta al desnudo me acompaña siempre.
Amo tu desnudez, porque desnudo me bebes con los poros, como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.
Tu desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas que te adivine, me toma de la mano como a una niña perdida que en ti dejara quieta su edad y sus preguntas.
Tu silueta desnuda se refleja en las sombras, en los espejos irisados de luces, azogados por el tiempo y como aromática lámpara me elevas a lo alto hasta las nubes desdibujadas del cielo.
No quiero que te vayas porque habrá humedad y frío hasta en la música, sólo quiero tu júbilo matutino y palpable, la concreta verdad que repartimos desde el fuego con el clamor de piedra que exigió la esperanza.
Tu silueta desnuda me lleva al susurro del bosque y me hace distinguir su lenguaje que no se lo que tiene que al oírlo sin límites, sus goces aumenta.
Tu amante voz, divinamente extraña, habla a mi corazón en los rumores de la tierra gentil de mis amores.
Tu silueta desnuda hasta hace que la flor se lleve y eche perfume en ondas que se levantan mientras se mece el tremolar florido y donde los mirlos, los zorzales, los chingolos, sus ensueños cantan.
Yo como tú amo el amor, la vida, el dulce encanto de las cosas, el paisaje celeste de los días de estío.
También mi sangre bulle y río por los ojos que han conocido el brote de las lágrimas.
Creo en el mundo del amor y que la poesía como puente, es de todos.
Tu silueta al desnudo hace que mis venas no terminen en mí, si no en la sangre unánime de los que luchan por la vida. el amor, el paisaje, la poesía.
Reboza, rebózate, de amar y de ser amado.
Tu silueta al desnudo a mi lado, ¿no sientes el tremolar del viento, bandadas de aves al vuelo, de caricias tenues y suaves como campo de margaritas rojas y blancas de perfumado chal?
Nuestras manos palpan, acarician, aman y guardadas quedan en el fondo de nuestras almas lo que tocan los ojos y palpitan las manos.
Tu silueta al desnudo, cerca, muy cerca, inmóvil, marmórea, clara, secreto fruto celeste suspendida en nuestro nido, en aquella rama alta.

Ya no te quiero


 Ya no te quiero, ya no necesito el beso vital de tus labios y tus cálidos abrazos.
Se escaparon los misterios y el encanto.
Ya no te quiero, es cierto, no añoro tu letargo, renuncié a la utopía y a los sueños en vano, ya no late en mis venas la ilusión del pasado.
Ya no te quiero, es cierto, ni cerca ni lejano.
Quiero que lo sepas, no te amo en pasado, no te amo en presente, ni te amo en futuro, es un amor que no existió, sin distancias ni tiempo.
Ya te olvidé, te dejé a la vera de mi camino aunque nada fue en vano porque ahora voy a un tiempo de paz, de ventura, de gozo, en búsqueda de la eterna fantasía que, al soñar el palpitar se desvanece y realizar espero todavía.
¡Mujer poeta, llegará tu día en que serás amada y amarás por siempre!
Acudo presurosa aunque llegue triste y fatigada a encontrar la fuerza y la alegría que tú me habías quitado.
Todo mi dolor se va con palideces de plata y se alza un himno cadencioso de frías notas calladas en los rayos de la luna, reflejando un ¡ya no te quiero más!
Al fin te fuiste de mi vida entre el ramaje dormido, en voz baja, sin rumores, sólo en silencio como un misterio escondido sin una palabra cortada.
Tan solo se oyen gemidos cuando los rayos son idos y la luna más palidece.
Hoy deseo volar alto, dichosa, viva y feliz, ya no estás más en mi vida, ni en sueños te quiero ver.
Ya no te quiero, es cierto, el sueño de amor no existe más, no quiero perder la paz, no volverme otra vez triste.
Muere el sol en el ocaso y llorando mis amores se desangra en resplandores, el silencio paso a paso limpia mi alma de resquemores.
Hoy sólo aspiro al aroma de un ramo con flores, de risueñas margaritas y pensativos tréboles que me inunden en sus matices cálidos pulidos por el sol y por la lluvia.
Ya no te quiero, es cierto, no deseo el viento del jardín de los recuerdos nuestros.
Desde el fondo, soplad, trayéndome las flores deshojadas ¡que las quiero olvidar!, escóndanme lejos, cerca del arroyo de tristes armonías y tu recuerdo desaparecerá.
Ya no te quiero, es cierto, no quiero más nuestras noches con sus astros, de tenue claridad, de aquellas noches llenas de poesía, música y canto porque ya hace frío al irse el amor con su intensa lobreguez.
Ya no te quiero, es cierto, aspiro una calma honda para que mi corazón lata sin prisa ni temores, sin hoscos recelos y sueños rotos.
Mi nuevo camino transformará en versos y poemas de amor el nuevo descanso de esta vida nueva, como centinela eterno de este mundo mío.

Relación incierta



Relación incierta, la duda en el umbral del alma no me permite calma y paz que necesito en mi existir y el cansancio y desencanto como un velo oscuro me envuelve todo impregnado en llanto.
Relación incierta porque no me deja vivir realmente lo que siento por ti, veo poco la tierra y nada el cielo, la niebla en humedad de sepultura que de un amor que ya fue y recién comenzaba.
La tristeza como cerrazón es débil a la luz crepuscular y opaca.
Relación incierta que duele en mi corazón con su latir lento de tedio y laxitud. ¿Por qué me equivoqué? ¿Cómo permití que entrara en mi vida en un segundo de aquel ocaso? y cuando un gran silencio imponente hace más honda la calma que desciende sobre el alma y se hunde profunda en mi mundo interior no encuentro las repuestas a las incógnitas que no me abandonan.
Relación incierta, ¡aléjate ya de mi vida! que mi pena se diluya en pensamientos claros y que ninguna lágrima pronta a desprenderse inunde mis pupilas.
Quiero levantar mi frente que inclinada estaba a la tierra deflecando al viento tristezas, penas, desilusiones.
Hoy quiero descansar tras una cortina de indiferencia y que callados momentos inunden mi pensamiento.
Relación incierta que rumbeó por camino equivocado, no quiero pensar en ti, no te quiero en mi presente ni en mi futuro y que el tiempo borre todo lo ya pasado.
Buscaré un mundo nuevo, no tan incierto y nada seguro, sí pleno de verdades, de amor total.
¿Qué barrera detiene la ilusión de la imaginación de mis versos?
Amor que llegó al alma y dolió, ahora lo siento muy lejos, en la distancia y ansiosa abro los ojos y ya se ha ido y empiezo a escribir mil versos nuevos de amor dulce y sereno.
Paradoja eterna, amor que llega al alma y corazón que sangra.
Relación incierta, ya no necesito más el aliento vital de tus labios, tus caricias y el calor de tus manos.
Se escaparon los recuerdos, los misterios y el encanto.
Ya no te quiero, es cierto, se borró el último verso para ti, ahora surgen otros nuevos desde el latido de mis venas, plenos de quereres por venir.
Relación incierta que se va de tu futuro incierto y de tu ayer abandonado.
Eres un náufrago del desierto, infinito del desgano, viajero infatigable, sin memorias ni recuerdos.
Voy en busca de milagros, de que un amor se acerque sin descaros, penas ni dolores, sólo con la alegría de vivir la vida a pleno.