Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 23 de febrero de 2020

Sueño contigo


Mi mundo eres tú


Mi mundo eres tú,
soy tu amada amante
que sueña despierta.
Amor de otoño
que hace huir el ocaso.

Amor…
¿oísteis?…
Amor
¿Acaso no ven
como arde todo a su paso?
¡Himno de fuego
que el sol levanta
y amor que todas las cosas canta!

Mi mundo eres tú,
quiero estar junto a ti,
la impaciencia me desborda la mirada,
se me parte la distancia buscándote.

Necesito el roce de tus manos
y tiemblo impaciente
por reconocer tu rostro
sólo con tocarlo.

Mi mundo eres tú,
voy haciendo surcos en el aire,
embelesada y llena de mágicas
palabras de amor
que la brisa lleva hacia ti
y se vuelcan después
en el papel mágico
que las esperaba anheloso
y dichoso de plasmarlas en frases,
palabras,
poemas, prosa,
que llegan por el aire
al orbe todo.

Mi mundo eres tú,
te he elegido a ti
con mi mano sobre mi pecho.
Frente a ti desnuda
como ninfa encaprichada,
no me envuelvo en sus gracias
más que ella,
negándome  a las telas,
brocados,
sedas que sólo cubren
tristemente las ajustadas
estrofas del amor.

Mi mundo eres tú,
la dicha contigo está segura,
ahí a tu lado,
la  vida que se para en el HOY
es la inmortal,
la que acepta vivirla a pleno.

Eres el elegido,
como al agua más clara,
más perfecta,
en la mínima esfera de la gota
que no es en infinitudes de océano.

Mi mundo eres tú,
había perdido por siempre
la esperanza de encontrarte,
tú allí lejos,
yo aquí,
esperándote,
pero al sentirte cerca
eres como una flor
de cielo dormida a mi costado.

Tendiendo en el follaje verde del campo,
mi cuerpo descansa,
me quita ligaduras del ayer y del polvo,
me levanto para el limpio canto junto a ti.

Mi cuerpo ha madurado,
como fruto mágico
esperando tus lentas caricias
que como abanico de espuma
me cubren suavemente,
deseando el beso cien veces repetido
que me cubrirán tus labios.

Mi mundo eres tú,
voy abriendo para ti
el tupido follaje de mi misteriosa
selva tras las calandrias
y rosas de primaveras lejanas.

Y me siento casta,
transparente,
serena,
como la inmensidad verde y azul
que me abraza,
mientras te espero convertida
en puente que al infinito
por las olas salta.

Imagen viva


Imagen viva,
gaviotas de luz
chisporrotean sobre tu cabeza erguida.

Mis manos te buscan
para acariciar la plata fina de tu pelo
en el que me cobijo y bruñe
como una luna de acero
cincelada en filigrana.

Imagen viva del amor
que refulge con luz propia
cuando estamos juntos
¿qué tejerá tu memoria madura
de andar los tiempos,
de dibujar los caminos
por donde viniste andando,
buscándome con prisa
para aprisionarme en tu pecho?

Imagen viva,
espejo atiborrado de recuerdos,
tu frente estirada en hilos y cenizas
que el amor colmó
cada segundo de nuestras vidas.

Imagen viva
de horas vividas
en las que nos buscamos,
uniendo nuestras manos
entre nuestros ojos confundidos
y caricias que juguetean
como viento escondido en el follaje.

Imagen viva,
estamos juntos
consumiendo nuestros temblores,
desde esta distancia tan presente.

Imagen viva,
entre besos de plata
y lágrimas encendidas de amor.
Enciende la leña de tus brazos
para recibirme entre tus manos.

Rezumas por mis tiempos vacíos
y mis sueños ocultos.

Imagen viva,
seduces mis formas de arco iris
iridiscentes al estar junto a ti
cuando me regalas el trébol
y el aroma de tus manos
y me sacudes con el aliento
de tu brisa azul y ágil.

Imagen viva,
la tarde de nosotros dos
se inunda en un fuego dilatado
donde se ahogan las ansias
sobre la nada y juntos,
muy juntos apagamos lejanías
entre suspiros y voces
de dulces y mieles floridas.

Imagen viva,
no es tu voz ni el espejo de mi voz,
es un canto de pájaros picoteando aleros,
jugueteando indiferencias.

¡Qué sensación tan profunda
de esta imagen viva
que nos trasporta a altas nubes
en vuelos de amor pleno!

Imagen viva,
entre los dos el silencio
en galopes de plata y música
nos inunda entre nuestros brazos
y manos.

Imagen viva,
donde amarramos nuestros ojos
a nuestras alas para volar,
volar lejos para ser llevados por el viento
a nuestro mundo de otoños
húmedos de amor.

Sin quejas ni llantos,
sí en dorados espejuelos de nácar,
nuestras imágenes vivas
elevarán nuestras almas a ámbitos puros,
sublimes,
luminosos donde las dudas
y temores de ser heridos
desaparecerán por siempre
y viviremos un presente
con pasados olvidados.

Desaire


Desaire,
palabra despectiva,
arrogante,
que no significa nada
si uno la encuentra
y no sufre por ello.

Pero de pronto
aparece en un poema,
en un verso de amor
y esto confunde mi pensamiento
porque aunque en mis prosas
la verdad encuentro miles de objeciones
resuenan en mis adentros.

Es verdad que en muchas estrofas
las palabras con desaire se claman,
más en el fondo
se sabe que son nubes de humo
para ocultar los verdaderos sentimientos.

Sentimientos que están llenos de dolor
por el desdén recibido,
el desgaire que nos llega,
la indelicadeza que nos roza,
perdemos lo más preciado:
el amor que nos rodeaba
y a pesar de que los versos
nos hacen pensar que lo que se
ha perdido no debe doler
ni llorarse amargamente.

En realidad
las frases que resuenan en mi mente
gritan lo contrario
porque encontrar en el camino
desatenciones no merecidas,
no es un instante para recordar ni sufrir.

Lo que se siente duele
tanto que es mejor convertirlo en coraje
para que el daño desaparezca,
se disuelva en la nada
hacia lugares recónditos del alma.

Voy tras el camino
tras una libertad absoluta,
allá voy con mis delirios
como una ciega luz
de una noche oscura.

Desaire,
enredado en hilos con el viento
para que deje de existir en mi vida.

Voy en búsqueda del amor
con miedo a amar
y dejarme amar,
miedo a pasión desbocada,
miedo a besos furtivos,
miedo a ser ramas entrecruzadas
bajo las ramas confundidas
de los ligustros anhelantes.

Miedo a ser naturaleza viva
en la naturaleza real que me rodea.

No quiero avanzar contigo en tinieblas,
sí claridades buscar juntos,
a ciegas
y nos hallaremos envueltos
en redes de preguntas
y ecos que contesten
en una entrega total,
en una plena donación de vida.

Desaire que se ha ido lejos,
sólo busco claridad
a través del misterio
nunca bastante claro por desnudo
que esté en las tinieblas sombrías.

En este tiempo medido con ensueños
¡al fin! te veo llegar,
vienes de la nada tormentosa hacia mí,
colmadas tus manos de ansias y caricias.

¡No más se acerque a mí el desaire!
en oleadas de vientos y nieblas
la esperanza de que vienes
se vislumbra y ya estás conmigo,
tu sonrisa,
tu mirada,
tus caricias que corren
hambrientas sobre mi piel dormida.

Me niego a despertar,
no quiero ver la soledad
detrás de tu perfume
que se negó a partir.