Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 24 de octubre de 2012

Luz inesperada



Luz inesperada, las voces del mundo han levantado sus soles en el interminable laberinto de la tierra y nadie ha podido aún encontrar la esencialidad del existir porque habita en el invisible corazón de la eternidad.
Más allá de las palabras, de los sentidos y las ideas, en el territorio oculto de tiempos escurridizos, en los mares infinitos, se acuna la fuerza de las esperanzas agitando su melodía de fuegos, en las manos del arco iris.
Luz inesperada, corre libre donde habitan las sombras y en estos instantes el amor sueña en su soledad y las cruces desnudas diluyen su lenguaje de espumas recibiendo la sencilla vibración de los corazones puros.
El amor con su luz inesperada, cae en cataratas silentes, día a día por las curvas sencillas del viento, desplazando su caudal de perfumes en el tiempo, sin más banderas que el acento claro de la paz.
El amor es el secreto de los siglos en receso y abraza en silencio nuestros mundos profundos y luminosos.
Luz inesperada, que ilumina la transparencia de nuestros sueños y hace serpentear nuestro camino de sombras traspasando con la profundidad insondable del océano como la claridad del Sol en las montañas, con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Luz inesperada, eres como una blanca llama en mi alma despierta que te espera siempre con la alegría de cielos infinitos, porque sólo por Amor peregrinamos juntos hacia la dicha divina e inmortal.
Luz inesperada, que derrama alegrías, dichas, entra dulcemente por almas dormidas, sacúdelas suavemente por las alas, agita como trigales grandes campos de esperanzas, haz que el amor como el nuestro ni este día, ni esta noche, se acaben nunca.
Luz inesperada,  da ilusión a las bandadas del porvenir en las manos de arrebatos y de calmas.
Milagro de la luz, la sombra nace pero choca en silencio contra las montañas, se desploma sin peso sobre el suelo desvelando a las tiernas hierbas delicadas, llegó el alba…
Luz inesperada, única, con música celestial en una breve brisa armoniosa entre arpas ancladas, violonchelos dormidos, oboes apagados.
El paisaje se ilumina, el Amor inunda el todo hasta el horizonte lejano creciente en un espacio sin frontera, ese amor ya sin ti, me amará siempre.
Luz inesperada, eres la emoción de la sorpresa, iluminaste nuestro mundo tan dorado que ni el sol se encendió en ese instante, diste a nuestro amor el despertar del gran besar nocturno.
¡Ya la luz! ¡Luz inesperada! Dejamos atrás lo sufrido y sólo se nos revela transparentemente lo gozado en un trémulo presentarse jubiloso. 

En armonía con el viento



En armonía con el viento, los dos creamos la más pura armonía de reflejos en raudas ondas que flotan en el aire como una canción de amor.
Mis lágrimas trepan por la lluvia y el sol y mis estrofas, mis palabras, son mis letras de papel.
Busco en el viento, poemas que involucren todo nuestro amor en cualquier rincón del mundo con el alma siempre colmada de un amor sincero y puro.
En armonía con el viento, nuestros corazones saben guardar en el tiempo todos nuestros secretos de cada momento vivido sin penas ni lamentos como raíces y puentes de la vida en crecimiento.
¡Qué gozo que no sean nunca iguales las cosas que son las mismas! ¡Toda, toda la vida es única! Si el vasto tiempo entero, río oscuro, se escapa por las manos nos deja prendas inmarcesibles llamadas días, horas, en que fuimos felices.
En armonía con el viento, nosotros los amantes, nos prometemos los siempres con almas y con bocas, seguros de no acabar el amor que sentimos, el que llega a tocar el techo de la eternidad.
Amor al viento, en armonía de susurros soy pasajera de tus sueños, tus abrazos son mis viajes sin retorno, una mirada, un gesto y se desarman las voluntades de mi cuerpo.
En armonía con el viento, canto las odas de mi existencia.
Una sonrisa, una palabra y mis versos se someten a tus besos.
Quiero alcanzarte en mi penumbra, quiero posarme en la dulzura de tu calma.
Soy amante del viento y en las altas llanuras de su éter, te busco en el rocío de agua que al amanecer me baña, navegando por mi cuerpo en silencio en una tarde de invierno.
Por las curvas sencillas del viento, desplazando su caudal de perfumes en el tiempo, en armonía con el rocío cósmico en los atardeceres espirituales abraza al son de canciones de amor nuestros mundos profundos y luminosos.
Quiero volar con el ritmo armonioso del viento, hacia ti, hacia las alturas del amor, quiero elevarme contigo más allá de las cumbres terrenales hasta el reino de la paz, donde nuestra dicha no pueda ser perturbada jamás, unidos por siempre en amor inmortal.
En armonía con el viento, viajan las nubes, las sacude con sus viajeras manos y nuestros corazones laten al unísono sobre nuestro silencio enamorado, zumbando entre los árboles, orquestal y divino, entre acordes de canciones, risas y  cantos, llevando la hojarasca marchita lejos, muy lejos como sustancia sin peso y fuegos inclinados.

En las alas de tu cielo



En las alas de tu cielo, como una flor no lejos de la noche, mi cuerpo mudo se abre a la urgencia del rocío. Me has hecho volver a la memoria de mi cuerpo, a comprender lo que dice mi voz, a que flores amarillas constelen por doquier mi círculo de tierra azul y que el agua tiemble llena de enredaderas marchitas.
En las alas de tu cielo, vuelo hacia ti, buscándote y toda mi alma siente su curso como las estrellas que vivieron en valles floridos de la tierra y besaron tus labios amados.
En las alas de tu cielo, en la inmensidad, aún bajo la luna triste y taciturna, vago en pálida soledad como vagabunda del cielo y de la tierra, con la perenne inquietud de encontrarte y encerrarme en tus cálidos brazos.
En las alas de tu cielo, no me dejes en el profundo vacío donde languidece de sed el alma mía, esperando saciar mis ansias dormidas.
Ahora, sintiéndote mío, la noche se astilla de estrellas y mi alma se inunda de música celestial.
Eres el sustento de mis alas y yo para ti, las alas de tu vuelo, sé que sin ti, caería en un abismo hondo y sin retorno.
En las alas de tu cielo, la luz nos separa y alargando nuestras manos no se alcanza el cuerpo de la dicha, sólo se palpan soledades nuevas, ofertas de la luz.
Y la distancia en vuelo es distancia, son leguas, años, cielos, es la luz lejana.
Y vuelo hacia ti, pisando horas y horas para que nuestro encuentro gane al fin del día, la orilla oscura en que cesan las pruebas de estar sola.
En las alas de tu vuelo el querer se anida en la tiniebla y pienso que con decir un te quiero la felicidad contestaría con amor y luz en nuestras almas.
Tú eres las alas de mi fantasía, has retornado a tu cielo y apenas te has marchado, yo ya te espero.
Todos tus movimientos, pasos, latidos, ansias, quietud aunque arrastrar te quieran hacia una soledad celestial o terrestre, no te saben llevar de lo que estás queriendo, te vas pero en pleno vuelo te acercas, pronto, más tarde, luego.
Ahora tus alas te llevan a tu cielo pero tu corazón late en todas las vagas sombras, tenues que en la alta noche estrellan el azul del silencio, todas suenan a ecos.
Mi alma te espera, tú lo sabes y vienes solo hacia mí, en ese largo rodeo de vuelos que das para volver.