Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 29 de julio de 2013

Anhelo frustrado


Quisiera estar

Quisiera estar muy dentro de mí, en ese espacio secreto, íntimo, donde conmigo misma juego y me deleito con monosílabos, ideas, palabras, frases de amor, que necesitan volcarse con frenesí en pergaminos en blanco o minúsculos trozos de papel que vuelan con el aire cual aves veloces surcando los cielos.
Mi alma trasluce amor, lo siento muy dentro de mí, me conduce suavemente por sinuosas colinas verdes o mares azules transparentes y cálidos.
Quisiera estar sumergida en hondos y misteriosos recónditos de mi alma, sintiendo la soledad mía, tan mía, que me embarga con mi dulce ternura envolviendo mi yo todo.
Quisiera estar llegando  hasta horizontes infinitos, en las auroras plenas de colores o en los crepúsculos tardíos que iluminan con diferentes matices el cielo azul.
Quisiera estar buscando sin afanes, ni prisas, ni ansias, el amor que me espera en los confines del orbe.
Ese amor fiel, verdadero, único, incomparable, lejano pero cercano, el cual anhelo con todo mi espíritu casto y puro.
Quisiera estar en ese lugar inimaginable, resplandeciente de ilusiones cual verde follaje de cipreses altos y campos florecidos de amapolas, lirios, alelíes, azahares entre tus fuertes brazos en un nido tibio de ternura y amor.
Quisiera estar rodeada de mantos brillantes en una noche iluminada por una luna resplandeciente que baña nuestros cuerpos con su luz de plata.
Quisiera estar tendida en tu regazo, envuelta en tus brazos, mi rostro inundado por tu mirada, tus labios pronunciando mi nombre, los míos acercándonos aún más.
¡Cuánta felicidad nos enlaza uniendo nuestros cuerpos y almas!
¡Loor a ti, Eros, Dios del amor! La poesía nos invade, recorre los cielos y las nubes, la esparcen por doquier, uniendo corazones sensibles por una eternidad.
Quisiera estar volando alto hacia nubes viajeras para encontrar aún lejos el destino cierto, inolvidable, único, donde las horas en silencio pasan como estrellas fugaces con un ritmo lento y acompasado.
Quisiera estar en es día en el que nos encontremos, frente a frente, tristes en el camino de la vida y así ofrendarte todo mi ser.
No transitar por senderos equívocos, oscuros, misteriosos, las huellas largas y angostas, sí por amplios horizontes claros y resplandecientes donde el amor renace cada día.
Quisiera estar reconfortada y calma haciendo danzar en una danza sin fin mis versos de amor sinceros y diáfanos, uniendo tu alma con la mía, solos tú y yo en noches nostálgicas.    

Caminaremos juntos

Caminaremos juntos, los dos a escalar montañas, para ver la luna, para ver el sol y nos bañaremos con las estrellas, nos sumergiremos con la luna llena y nos iluminaremos con los rayos del sol.
Caminaremos juntos, donde nunca hemos ido, fortaleceremos nuestro amor, apuntaremos hacia la luna, la bajaremos con nuestras manos, para que sienta nuestra ilusión.
Los dos, desplegaremos nuestras alas, para volar y volar por las nubes eternas.
Iremos juntos, siempre adelante, en la marcha de la vida, en la marcha del amor, construyendo la esperanza con fragancias nuevas y aromas virginales.
Caminaremos juntos a playas desérticas, sin reposo porque el mar se resiste, ola tras ola a que duren las huellas en sus arenas, iremos a primeros caminos alegres sobre el mundo sin límites, al gozo de amarnos con sublime pasión.
Iremos juntos, tu amor y el mío como fuegos de una misma hoguera y volaremos a cielos oscuros a escondernos tras las estrellas que fugaces nos dejan en otros mundos.
Caminaremos juntos, al caer nuevas lluvias tras las espumas de barcos que se alejan como pasiones convertidas en sueños sentidos y en caricias extraídas de un pozo de ternura.
Y seguiremos juntos, unidos por este amor tan profundo, tú serás mi guía, yo seré tus ojos, tú serás mi risa, yo seré tu sollozo.
Iremos juntos cual penumbra que muere en el ocaso, yo seré tus huellas, tú serás mis pasos.
Seremos las riveras del más angosto río, donde nos uniremos en sus orillas en un arrullo de amor.

Alegre desilusión

Alegría de estar juntos.
(En nuestras manos depositamos nuestro destino, en nuestras alas cobijamos nuestro amor, estábamos juntos y palpitaban nuestros corazones, naciendo poemas pero no sabemos la causa, la lejanía nos cercó).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(El amor con desamor candoroso llegó a nosotros con un pasajero con augurios del mensajero a la estación del olvido, separándonos aún sintiendo ambos una pasión encendida).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Estando juntos, mirándonos, nos sentíamos en un paraíso guardado más allá de virginales jardines pero sin darnos cuenta nos marchamos, se deshizo el abrazo, se apartaron los ojos, dejaron de mirarse para buscar el mundo donde nos encontráramos).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos hallamos tras nuestras huellas de un vivir todo transido entre alegrías y penas pero amándonos y hoy nos encontramos solitarios, viendo la lejanía del pasado con un adiós que llegó a ocultas cual fantasma en noche silenciosa).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos vimos en espejismos, puros y diáfanos y nuestros labios se buscaban para besarse en noche de encanto, entre suspiros de noches de plenilunios, apartándonos de a poco, sin adioses, en una trilogía de melancolías que fatigó nuestros corazones).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nos esperamos en el momento exacto, en nuestro anhelante querer de estar juntos, en ese día tan claro que las presencias de siempre no bastaban y nuestros besos se quedaban a medio vivir de sus destinos y nuestros llantos nos separaron).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Nuestro encuentro fue un choque de materia y materia que a fuerza de contacto se convirtió en victoria gozosa de los dos en prodigioso pacto de amor pero nos dejamos de ver sin entender el porqué y quedamos los dos con nuestras soledades sin compartir).
Desilusión compartida.
Alegría de estar juntos.
(Alzamos los ojos y nos miramos y el amor nos unió, iba yo hacia ti y tú venías hacia mí y la identidad nos unió entre éxtasis y alegrías intensas que nos condujeron a separar nuestras vidas para siempre en tristezas profundas y agónicas).
Desilusión compartida.
Los dos sentimos ese dolor de adentro al separarnos y ya nuestras manos no se aprisionan, nuestros cuerpos no se sienten, las sombras nos envuelven en una tierra seca, en una noche oscura, entre incógnitas palabras sin sentido en un lenguaje que no es el nuestro, vamos rumbo a lo incognoscible, en busca de vocablos de amor desconocido.