Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 23 de febrero de 2013

Regálame tus secretos


Dúo de uno


Dúo de uno, tú y yo viviendo un existir pleno de pasión y gozo sobre el mundo entre vendavales, brisas, suspiros ansiosos de clavarnos, de hundirnos, evidencias en la carne, en los ojos, más allá del todo.
Nos hundimos en la felicidad eterna, caliente aún en los cuerpos de la noche.
Dúo de uno, nos amamos con delirio, volando lejos y juntos en apretado abrazo y nos elevamos en la cima de la aurora.
Los besos son de noche todavía y nuestros labios cavan aún en el atardecer el gran besar nocturno.
Dúo de uno, en la penumbra de nuestro lecho de amor, quieto, en silencio, los dos tendidos boca arriba el techo oscuro en nuestro cielo claro mientras no se nos niegue la luz.
Entre suspiros prolongados y tiernas palabras de amor somos dos en uno, dúo de uno.
Desnudos, los cuerpos apenas vistos detrás del sueño, con ansias de soñar que siempre flotamos entre virginidades y candores, entre juegos de abrazarnos fuertes.
Dúo de uno, estamos en la orilla del nacer y los años, las memorias de nuestras vidas alzan vuelos ingrávidos, se van como sombras silenciosas entre dudas de existencia.
Así, hemos de caer en pleno vuelo, viendo nuestros corazones unidos iluminando la amplitud del cielo, ebrios de luz como estrellas errantes.
Dúo de uno, sin cesar nos buscamos, nos miramos, entre fantasías con audacia inquieta en la nocturna soledad secreta de nuestro nido tibio de amor.
Dúo de uno, la vida es la sorpresa en que nos suelta, desnudos, inocentes, ingrávidos como en un infinito cada noche.
Dúo de uno, bebemos la luz en las estrellas, dormitamos en el silencio blanco de la luna llena, y nos hundimos poco a poco en la embriagadora ansia de ser uno solo los dos.
Vivimos en un canto que perfuma y en un perfume que canta, entre risas y lloros en flor, entre secretos, murmullos y rumores de las alas de nuestros sueños.
Dúo de uno, nuestras voces en la cima del cántico se elevan en los altos mediodías del alma y vamos juntos, muy juntos buscando el fondo tierno del horizonte para amarnos entre torrentes de amores.
Dúo de uno, te cubro con mi vida y aquí en mi amor te escondo y así estaremos juntos entre felicidades y ansias de saciar la sed de nuestra vida.

Desencuentros casuales


Desencuentros casuales, el destino nos llevó a encontrarnos y unirnos con intenso amor pero luego, poco a poco, nos fuimos separando.
¿Cuál fue el motivo? ¿Dime un por qué?
Desencuentros fríos y duros que alejaron el amor, aquel que era ritmo en una canción, voz en sentimientos, sin que interviniera el pensamiento y la razón.
Están muy cerca los signos que a veces ignoramos, la suerte, los imprevistos que nos dejan entrever el desencuentro inesperado.
¿Por qué el alejamiento?, el darse en el ir coloca al ser en un ser desprendido, ligero y sin raíces pero su corazón vibra y palpita al sentir que a su lado no está el amor que hasta ese momento vivía junto a él.
Eres una luz que se va de mi vida. ¿Será para siempre?¿O por un desencuentro casual?
En infinitos árboles del mundo, cada hoja vence al follaje anónimo por un imperceptible modo de no ser otra.
Desencuentros casuales, como náufragos tristísimos en el alba de aquel callar en donde se abolía lo que no era, nosotros en nosotros, quedamos solos, prendidos a los restos del silencio, tú y yo, los escapados por mirar.
Desencuentros casuales, ¡dejen de existir! ¡tarden en aparecer, grita mi alma! ¡Tardar nos grita el ser entero!
Nuestro anhelo es estar juntos, rechazando el separarnos por tan siquiera un instante.
Y los dos semidespiertos en la porfiada penumbra, nos preguntamos la causa del no estar unidos, inmóviles, quietos en la alta noche queriendo saber los porqué de este desencuentro casual y con un ansia loca de soñar con el afán de tardarnos en vivir alejados.
Desencuentros casuales, en lenguaje de dolor el alma sufre y con luctuosos llantos se anegan las heridas de la separación.
La noche solitaria, serenamente triste, su manto de tinieblas de misterio viste.
Después compilaré mis versos, mis prosas poéticas para entregártelos a ti cuando te encuentre otra vez y el amor nos reúna llevándote todas mis desilusiones, volando como insectos de luz en canciones.
Desencuentros casuales, que sólo sean vuelo de un día, que nos rocen sin tocarnos, que apenas desaparezcan de nuestras vidas.
¡Cuánta esperanza anida en mi corazón irradiando luces en las sombras que aún nos circundan siguiendo un ideal todavía no alcanzado!

Enredadera de amor


Enredadera de amor, me envuelves en tu capullo entre hojas verdes y flores perfumadas, me siento atrapada entre tus brazos como una hiedra estremecida asciende mi vida sobre tu cuerpo y en mis manos tiemblan las estrellas.
Enredadera de amor, tiene forma de besos, de brazos, hacia mí, nos vamos juntos temblando de futuro, a sentirla de prisa, segundos, siglos, siempres.
Enredadera de amor, gozo, delicia lenta de gozar, de amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me siento antes de su llegada, siempre lo espero con mis ojos cerrados ya que franqueará su paso abriendo la enredadera que nos cubre, su esperada llegada a lo imposible.
Te espero entre verdes follajes y campanillas azules que como nido de amor cálido y tierno nos cobijará y te siento venir por tus sonidos tan tuyos, viniendo de tu ausencia con ese largo rodeo que das para venir.
Enredadera de amor, abrázame con tus lazos, déjame sentir tus hojas verdes acariciadas por la brisa tenue en todas las madrugadas de nuestras vidas.
Enredadera de amor, no te enredes en el temor, que tus tallos no se sequen y sin flor no dejes que lazos del dolor quiebren tus raíces tiernas ahogándolas.
No permitas que tu vida se retuerza y caiga al vacío, no dejes que enredaderas del fracaso agarren fuerte tu destino.
Deja que lazos de perdón nazcan y broten en tu interior, sólo así podrás treparte como enredadera de amor. 
¡Vamos enredadera de amor, buscando siempre más alto!
¡Préndete con firmeza para florecer en el cielo ante sublime belleza!
No te rindas nunca llévame contigo siempre abrazada a mi amor, quiero estar en tus ojos como llama de crepúsculo y que tus hojas caigan en el agua de tu alma.
Apegada a tus brazos como una enredadera, las hojas secas de otoño giran en tu alma, recogen tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor que en mi seno arde, dulce jacinto azul durmiendo sobre mi espíritu todo.
Enredadera de amor, eres mi existencia entera, mi eterna pasión, eres mi libertad, mi quimera, mi confusión, mi nota, mi guía, mi gran obsesión.
Descubrir tu voz de enredadera, anudarse a mis ojos vueltos hacia la noche y sentir el rastro de tu boca, sombra que se detiene en el misterio de mi cuerpo desnudo entretejido de hojas verdes.
Mi corazón tiembla como canto de nadie, soy tuya hasta tus raíces, soy sangre sin hambre, dolor sin dolor.
Gajito de enredadera, déjame estar entre tus ramas y llegar a la cúspide de tu amor enredada entre tus brazos.