Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 27 de febrero de 2017

Amado distante


Susurros


Susurros,
leves,
misteriosos,
acariciantes,
que llegan a lo profundo de mi alma.

¿Qué trasmiten?
¿Por qué aparecieron en mi vida?

Me inspiran ansias de que estén siempre cerca
aunque en mi mundo interior
llegan palabras sin sentido,
sí con sentimientos de amor.

Susurros,
apenas audibles,
sus colores brillantes iluminan mi mente,
los necesito,
son parte de mí,
me estremecen,
me acarician por dentro,
me hacen cosquillas
y mi corazón late más aprisa.

Murmullos sinceros
que inspiran instantes de felicidad,
puros y mágicos,
no existe el tiempo ni la distancia.

Susurros que como bocanadas de aire
diáfano penetran en mi cuerpo,
se traslucen en mi piel,
en mi sonrisa espontánea y única.

Son como gota a gota
que caen bajo un sol radiante
iluminando ampliamente
y con rítmicos latidos mi corazón
de agua y miel.

Musitas a mi oído
como si estuvieras escondido detrás de mí,
entre sombras claras y crepúsculos ardientes.
Susurros encantados como temblores
de alas que me buscan y se posan despacio,
muy  despacio en mi espíritu.

Y entre esos balbuceos de siempre,
en tiempos sorpresivos,
constantes, lentos,
a veces dadores de armonía,
a veces  dispensadores
de amores pero nunca los mismos.
Me hacen estremecer entre músicas
de  cascabeles y cristales como pájaros colgados,
con olores inefables,
frutales,
a uvas cortadas o a café recién molido.
Susurros inquietos,
a veces suaves,
a veces calmos
pero siempre con un mensaje de amor,
como una caricia que me lleva a esperarlos
con ansias de besos,
ternuras.

Rumorean cerca de mí,
me llegan como de lejos,
como viento entre tallos de mimbre
o entre nenúfares flotando en el agua,
me cercan,
me rodean,
bordan en mi interior cuartetas
que sólo yo podré escuchar.

Susurros dulces,
¡no se detengan!
cual extrañas partituras contrapuntean
en mi alma deseos inconfesables,
íntimos,
muy íntimos y río de felicidad
cuando oigo su mágica brisa
en las madrugadas albas de mis despertares
ansiosos de tenerlos cerca de mí.

Son los susurros de amor
que me inspiran a volcar en mi poesía
todo lo que siento siempre,
desde lejos,
siempre desde cerca.

Líricas de respiración
como notas azules en mi corazón,
melodías que resbalan en mi sangre
como visiones de ti que se posan en una mirada fija
en la vida de dos muy nuestra.

Soy mujer


Soy mujer,
vulnerable,
sensible,
que oculta y dormida
me escondí del amor
por un tiempo muy largo,
días,
tal vez años,
con temores ocultos
a ser lastimada y herida.

Soy mujer
y ahora soy libre como el viento,
para amar, para soñar,
para elevarme hasta el cielo si quisiera
porque nadie decide mis sentimientos,
nadie le pone alto a mis devaneos.

Amo el amor
y canto mis palabras dulces
que como desafiantes jinetes del aire
se vuelcan en páginas de colores
como prosas de amor
inventando nuevos mundos
desde las frases tiernas
y llevando a las alturas
como aves peregrinas
las lágrimas que se van con ellas.

Soy mujer,
me invento en la cumbre
adivinada entre árboles retorcidos
buscando el retorno de la sonrisa.

Sigo las huellas de mis pasos
en soledades mías,
muy mías,
quiero estar allí contigo
pero tengo miedo de amar
y debo estar acá.

El amor nunca perdona
a quienes saben amar.
Se cobra su tributo,
le pago sin demora,
con el dolor de la distancia,
antes…
y ahora.

Soy mujer
y desde lejos te miro
con mis ojos cenicientos de cristal
y me duele muy dentro.

Soy mujer
y no quiero encontrarte ahora
que soy libre,
me ahogarías,
me arrancarías el aliento
en cada abrazo,
me desarmarías el alma
en cada beso.

Nos uniríamos
en el fino aliento de la aurora,
entre claridades que perforarían nubes
y volaríamos entre frondas salvajes,
sintiéndonos juntos,
muy juntos.

Soy mujer
que en este hoy clama por ser amada
y desea que hagas allí,
en tu corazón,
una imagen viva y radiante,
feliz y colmada en arrullos de amor
que despacito iría hacia ti,
entre besos de pasión y deseo.

Soy mujer
y a pesar de que el amor
me llevará a sufrir
quiero en este instante
que nuestros ojos,
en el fuego de la tarde
nos lleven a vivir con alegrías plenas,
bajo cinceles embebidos
de nuestro sentir noble y puro.

Soy mujer poeta,
soy la flor que deshoja cada amanecer,
llevo conmigo todos los aromas,
la dulzura de la miel,
el calor en una noche de amor,
mi sueño eterno,
mi leyenda de otoño en serenata.

Soy mujer
que ama más allá del tiempo
y la distancia que te busca
en los días de tormenta,
en la placidez del agua
que en mi piel revolotea al sentirte
mío para siempre
sin angustias ni pesares.

Soy ese amor secreto


Soy ese amor secreto,
estás en mi
como una sombra
de mariposa fresca,
como una ciega luz
que me lleva al camino
para saborear la paz serena
de tu amor.

Necesito todo de ti,
soy ese amor secreto,
a oscuras,
soy un fantasma en tu vida
que siempre se desvanece con el día.

Me desarmo como una nube
deshilachada en penas.

Soy ese amor secreto,
me duele el alma,
anida el trueno
cuando tú no estás a mi lado,
cerca,
muy cerca.

Añoro en el silencio
la mojada sonrisa de tus labios
y el retirado bronce de tu cuerpo.

Mi deseo tiembla.

Soy ese amor secreto,
es tu silencio,
silencio vivo,
bullicioso de recuerdos,
de manos de papel
que se deslizaban por mi,
levemente y con ternura.

Tu piel brota entre mis dedos
antes de que la realidad
llegue a mis manos.

Realidad de no tenerte,
en las luces y en las sombras,
la rueda de mi existencia
cotidiana que se pierde
en una nada del aliento de amar.

Soy ese amor secreto
que se ahoga en tu silencio
para escuchar la imagen juguetona
de tu voz que guardo entre mis dedos
como una flor de música y cristal.

Te pido que vengas a mí,
búscame con ansias,
aún avanzando en tinieblas,
casi a ciegas.

En el sendero de mi vida triste
hubo una flor,
cuando empezaba a percibir su aroma,
se esfumó,
así vivía mi alma triste y sola,
así vivía mi amor
hasta descubrir
que todo eso borró al querer.

Soy ese amor secreto,
no eres el sol pero
iluminas mi vida.

Amor no es sentir lo que quieres
sino sentirlo sin querer.

La peor soledad
es cuando se cierra el corazón
al amor y al deseo,
si obscuras nubes invaden tu ánimo
y una lágrima empapa tu mirar
solo llámame,
allí estaré.

Soy ese amor secreto,
estoy sola,
te tengo a ti en mi mente
y te estoy conociendo
aunque me acompañe tu silencio.

Soy ese amor secreto,
aquí estoy con la desgarradora
soledad de tu recuerdo…
te siento,
estás en mi
como una luz de fuego
y tormenta.