Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 3 de julio de 2013

Realidad de un sueño


Pájaros del sueño

Pájaros del sueño, soy feliz en un trino tembloroso de pájaro que me lleva sin desamparos ni subterfugios a mis sueños de un mundo no perdido, pleno de cantos y aleluyas.
Pájaros del sueño, su trinar hace vibrar mi alma, su vuelo ingrávido revolotea en el aire alegre, osado, haciendo renacer la vida, clamando amor, amor a manos llenas y temblando de emoción a alas tendidas, reclamando un sitio para reposar y anidar; amor de ojos, de bocas, de manos, de alas y de vuelos.
Pájaros del sueño que me hacen enfrentar el amor y la esperanza, la luz en la oscuridad, las promesas y la realidad, la naturaleza y la vida.
Trinos en somnolencias de despertares como sonajeros de cristal colgados por doquier o campanas vibrantes que sonaban sin parar.
Pájaros del sueño, cometas de todos los colores, golondrinas azules que hacen pensar en nuestro amor, gorriones volando llevando nuestras buenas nuevas a lugares recónditos y gaviotas flotando en el plácido regazo de las aguas celestes anunciando el amor esperado.
Pájaros del sueño, soy feliz con ellos, en el aire dejándome en los brazos de mi amado, volar donde ellos vuelen, a sus rumbos, sin claves, sin signos, sin titubeos, mejores que mis pasos.
Pájaros del sueño, no me abandonan, inundan mi vida toda, me ciñen, me arrebatan, sin sentir casi, ni un roce, ni un toque, ni una pluma fina, delicada que bese mis manos, pero el aire diáfano lleva a mi alma a horizontes lejanos donde tú y yo nos encontramos.
Pájaros del sueño, colman todo el aire, son cantos y trinos que llevan a ensoñaciones felices y susurran en el espacio lo lentamente esperado, porque aún están humeantes los sueños prometidos.
Pájaros del sueño, en mis manos los acuno y no las cierro porque tanto tiempo han estado a mi lado que a otros mundo me llevan.
Sus alas me envuelven sin cesar llevándome a ti, amor en suelos que con infinita paciencia yo te busco en susurros ondulantes para acariciarte entre sonidos y silencios.

Oscura noche

Oscura noche, toda llena de presagios, de misterios, de confusiones con temores, sin protección ni amparos.
Envuelta en el manto azul oscuro de la noche me siento perdida, indefensa, sola sin soledades.
Oscura noche que me lleva a meditar, uniéndose mi cuerpo y mi espíritu.
La luz se marchó, hay trasluces lejanos en la tiniebla, claridades en secreto y sólo pienso en ti, buscándote entre susurros de estrella a estrella.
Oscura noche, guíame hacia él, que se ilumine las sombras en pruebas de luz, como mágico conjuro, que no pierda mi camino que me acerque al presente sin torpes barreras y mis brazos lo cerquen con ternura y amor.
Oscura noche, por río abajo, condúceme a mi amado amante para hacerle llegar mis nuevos alfabetos, mis palabras desprendidas, meciéndose en el aire.
Al escribirlas en penumbras y sombras la noche me inspira y un hálito que brota del frescor de los cielos calma mis ansias en una noche lánguida.
En secreto nadie me veía, ni yo en derredor, sin otra luz ni guía si no simplemente la que en el corazón ardía.
¡Oh, oscura noche que me guiaste! ¡Oh, oscura noche, amable más que la alborada! ¡Oh, oscura noche que juntaste amada con amado, amada en el amor, transformada en un lecho de azucenas que se había olvidado!
De las largas dulzuras del minuto: doy tiempo al tiempo y en la oscura noche a la orilla del río y de su calma quieta contemplo la visión de lo que está adelante: el infinito horizonte donde la sombra de la niebla se hizo más densa.
Oscura noche, no distinguían los ojos el cielo de la tierra y los relámpagos brillaban a lo lejos en un viaje nocturno cuajado de luces.
Oscura noche que acoge nuestro amor y nos hallamos con las manos, buscándonos a tientas, con los gritos clamando, con las bocas que el vació besaban y sin rozarnos en la negrura negra del espacio que nos rodeaba, sólo el amor se percibía a través del contacto del aire que nos unía.
Oscura noche, llévame hacia el que busco y deseo encontrar, viviendo hacia ese dónde, queriéndole, por doquier. 

Tiempo perdido

Tiempo perdido, en ayeres olvidados, en días sin pasión, sin amor, sin sueños.
Todo se fue en la nada. horas vacías, en penumbras, durmiendo un sueño sin fin, esperando ¿qué? no lo sabía aún, era un frío total, la inmovilidad marmórea de mi ser, mi alma adormecida no tenía amor, sólo llanto y tristezas.
Tiempo perdido, resignación sin consuelo, todo fue entre soledades cada vez más tristes, como un cauce seco, desértico, un jardín sin flores, un amanecer sin sol.
En el árbol de la humana vida como un soplo de huracán, llevando hojas desprendidas, mi vida era errante, itinerante, lejos del amor.
Mi alma extraviada, en un pálido encanto, sin esencia de risas ni de auroras, sufría y penaba.
Tiempo perdido, como fuente sonora de plegarias y llantos, los días se esfumaban en la humareda de fuegos apagados.
Tiempo perdido, el dolor bravío me hacía dar cuenta de la consecuencia de mi valor para ahuyentar el hastío que yo tenía en mi alma.
Tiempo perdido, el dolor es santo porque me lleva a encontrarme a mi misma, a quererme, a valorarme, a saber que estoy viva.
Ya comienzan los retoños verdes a cubrir mi gramínea interior, los tallos con el viento se inclinan y el tiempo renace ¡Estoy viva!
Mi pecho se agita por las olas del amor que se aproxima.
Quiero gritar y apenas con balbuciente voz, sollozo ¡amor, búscame!
Tiempo perdido fue el del pasado, ya no más, ahora es tiempo para vivir, soñar, sentir, suspirar, amar, querer y ser querida.
Amor ¡ven a mi corazón!, te necesito para oír el rumor del ensueño esperado.
Ya desperté entre melodías de lejana orquesta, felicidad hallada, liberación de tiempos perdidos, ansias nuevas.
¿No ves, alma mía que el amor se acerca?
¿Sientes? Es el sol que me ilumina, es la energía que me inunda, es el perfume de la floresta, es la magia de la vida, es la paz añorada con esperanza y candor.