Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 25 de mayo de 2014

Navegaré


Amar


Amar en el aquí y en el ahora,
¡qué gran sencillo milagro
vivir en el hoy contigo!

Mis suspiros se detienen pensando en ti
y mi corazón late y palpita
porque estás en mi vida.

Sólo se que la distancia alarga caminos
pero siempre te siento conmigo
a pesar de los abismos.

Amar que no es misterio,
estás en mis sueños
y en el alto silencio de la noche,
un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo
y en el mío
el tuyo siento.

Ya dormidos o en vela,
los dos nos buscamos,
tu sueño es mi sueño.

Amar sin saber quién eres tú, v
erde de mis prados,
dueño de mis cielos,
sabor del fruto prohibido.

Pensar en ti todas las noches
no es pensarte con mi pensamiento,
es que estás dentro de mí.
Te voy pensando conmigo,
exactamente en el ancho mundo.

Amar,
dedicándote el alma mía a la tuya,
a la luz de quererte,
en el gran silencio por la tierra,
por el cielo,
en las suaves voces de nube,
todo el cántico del amor va hacia ti.

Este amor nuestro vuelto estrella,
único y verdadero,
de afán y tiempo,
ha entrado en mí
como la dicha entra sin prisa,
beso a beso.

Amar,
no dejaré de buscarte,
saltaré muros de agua,
anchos fosos de aire,
vallas de piedra,
setos de bosques
y te encontraré.

Te espero sólo a ti
y donde yo te espero,
sólo tú podrás estar,
sólo escucharé tus pasos,
tus vuelos,
tus huellas únicas.

Amar que hace que tu aliento
mitigue mi llanto
y tu mirada guíe mi camino
porque tus ojos son secreto de mi amor.
Me llevas en tus días,
en tu alma,
en tu pecho,
en tus labios,
en tus palabras encendidas,
lejanas sí de honduras de cielos
o entrañas de la tierra.

Amar,
déjame volar hacia él,
con el alma del alma
y tan sólo un momento fugaz,
eterno,
es tiempo infinito.

Estrellas peregrinas


Estrellas peregrinas
que como flechas perfumadas,
lanzarán mis palabras
y en poemas de amor
viajarán hasta tu alma.

Dulces estrellas de la pasión,
ojos de luna,
corazón suave y tierno
que te llama desde la lejanía distante
sin ver tus ojos de amor.

Primero fue un poema de amor,
luego otro y luego otro.

Sobre las costas de tu espíritu
se fueron amontonando mis versos.

Estrellas peregrinas,
que me llevaron hacia ti
y tu voluntad fue cediendo
como una ciudad asediada
y las venas de tus sentimientos
se abrieron como flores.

Estrellas peregrinas,
mágicas y maravillosas
que nos llevan al infinito
desde que aquel poema de amor
primero te colmó el alma
y como los poemas son cosa de magia y vida,
enamorarnos es lo insólito hecho realidad.

Estrellas peregrinas,
lleven mis poemas a las almas
que grácilmente las reciban y las amen
flotando liberadas por los anchos espacios
de todos los crepúsculos,
como si fueran nubes escritas por el viento.

Estrellas peregrinas,
despacio,
como soplo leve,
alterno,
entreguen a mi amante
mis palabras de amor,
escritas en un ritmo de mi vivir soñando.

Estrellas peregrinas,
que en el espacio inmensurable
llevan el mensaje de amor celestial
e intrasmutable e inspiran sublimizados versos
que con efluvios recorren
el orbe hacia ti
con sus luces brillantes

Estrellas peregrinas,
a las que llevadas por vientos cósmicos
les confié mis deseos de que mis versos
vuelen a mi amor plenos de esperanza
para que no sean sólo un sueño.

Prodigio


Prodigio de vivir
en un mundo deseado,
de nobleza en el horizonte
inmenso de la Historia.

Prodigio de vida exquisita
que sólo lo profesan
los que aman en expresiones
de maravillosos portentos
de sentimientos.

Prodigio de alegrar
la soledad al agitarse
en cadenciosas rondas
forjado con risas cristalinas
el mundo que nos rodea
con una vida sonriente,
bajo un cielo transparente,
cuajado de luces
de amores vividos.

Prodigio que en voces secretas,
como por milagro primoroso
dos almas se unen
y conversan en son
de fascinación entre miradas
de poetas,
en un lenguaje mudo,
en el que los espíritus
primorosos hablan.

Prodigio que asombra,
que nos hace temblar
en un pasmo de palabras,
calor de besos,
presión de manos,
sollozos que estallan de felicidad.

Prodigio de amor,
un instante detén allí el vuelo,
recoge las alas
y bajo la luz de la luna
entre los reflejos nocturnales
de las estrellas
que el paisaje baña,
amémonos entre suspiros
claros como campanas vibrantes.

Prodigio de la noche,
desde la gloria del amor
los poemas vuelas,
transcriben sin saberlo,
temblando en palabras
el sentimiento mutuo
de dos que se aman.

Ópalo que abrillanta sus colores,
encandila la ilusión
con infinitos tornasoles,
plenos de fulgor
ante el prodigio de nuestro amor.

Elixir que nos inunda
en un paraíso de dulcísimo
encuentros entre sonidos
que acarician,
instintos que convocan,
arrobas de emoción,
aromas que iluminan,
fulgores que cautivan
laberintos de ilusión.