Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 8 de abril de 2018

Me decepciono


El camino del silencio


El camino del silencio,
nos llega hasta el alma,
sin saber de qué ausencias
de ruidos está hecho.

¿Son letras, son sonidos?
Es la lengua antigua del paraíso,
sones primeros, vírgenes,
 tanteos de los labios
cuando en el aire del mundo
se estrenaban los nombres
de los gozos primeros.

El camino del silencio,
que los dos unidas nuestras almas
recorremos íntimamente
en una realidad que no deja huella,
en memoria ni en signo en la paz
de intactos cristales
que nos libera del ruido, de la sombra.

El camino del silencio,
nos remonta juntos, muy juntos
a las nubes altas como manantial de dicha
que suave emana entre libros,
flores, pájaros y sueños.

Nuestros pasos ni resuenan
en la acera solitaria
y se pierden en la cinta del eco
enredada en la cabellera de los árboles.
El silencio nos rodea entre luces y sombras
uniéndonos en la salud luminosa de las sonrisas.

Nuestras manos se tenderán
para recibir las rosas de las caricias.
El camino del silencio,
nos lleva a senderos
entre montañas y estrellas rutilantes.

Nuestro amor, silencioso y profundo
es como un árbol florecido, río de música,
llovizna de jazmines
 que nos abraza con total intensidad.

El camino del silencio,
nos conduce a lo hondo de nuestra alma,
nos ampara, nos salva,
 con su flor de cielo
envolviéndonos con guirnaldas y collares
sin sonidos ni sones.
Iremos juntos como tordos de niebla,
 recorriendo el verde campo
de amapolas florecidas.

El camino del silencio,
 iluminado por los rayos áureos de la luna
nos une cada instante más,
no son necesarias las palabras,
el amor nos rodea
y en un abrazo profundo
bajo el sauce lánguido de la noche nos envuelve.

Sólo el silencio nos rodea
y nuestras manos estremecidas
se unen en el mar de mi regazo
tras los sueños liberadores del tedio.
A través de nuestro silencio compartido
 llegaremos a las islas
que jamás cruzan
 las crueles aves del tiempo
y vamos tras la azucena jubilosa
 del amor límpido y puro.

Vamos juntos abriendo
el tupido follaje de misteriosas selvas
 tras las calandrias y las rosas
de primaveras lejanas.

El camino del silencio,
con una inmensidad amorosa
convertido en puente al infinito
nos conduce,
castos, transparentes, serenos.

Prefiero la noche


Prefiero la noche,
son las horas en las que amustian
las nubes vespertinas,
sobre la azul altura
del vasto firmamento.

Asómanse los astros,
cuyas luces divinas como miradas
pesan sobre mi pensamiento.
Y es mi hora,
en las que entre la voz lejana
de la campana
que con lentitud las notas
del Ángelus desgrana,
a mis hojas en blanco
 los versos de amor anidados
 en mi corazón
 se vuelcan sin cesar, con prisa
para que no sean olvidados.

Prefiero la noche,
porque mi fantasía con audacia inquieta
sin cesar te busca.
¡Oh, poesía!,
 en la nocturna soledad secreta.

Muchas veces,
misteriosa poesía,
 frases de amor dolido,
manchan mis páginas albas
en el tedio de las noches acíbaras
y vuelan por todas mis visiones de armonía
 que se ocultan cuando el cielo aclara.

Prefiero la noche,
en ella te busca mi cansada fantasía
y mis sueños se tienden como aves raras
cuyas alas exploran
hasta horizontes lejanos y oscuros
tanteando tu imagen,
la única imborrable,
 para mí por siempre.

Como solitaria misteriosa,
vago volando bajo el cielo
y sobre el mar
en la noche profunda y estrellada,
tratando de percibir tu figura
que añoro
y tu dulcísimo firmamento
y en instantes como un sueño
que se esfuma,
 creo entreverla en un revuelo de la espuma
o en los astros del Universo.

Prefiero la noche,
porque la Luna me acompaña
con su fulgor, blanco y brillante.
Mi corazón puede correr
a regiones ignotas
apareciendo en el pentagrama
vacío de mi alma
 las notas que buscaba
y no encontraba y que inútilmente
yo clamaba para inundarla de amor
como en un agitado río
entre tupido follaje.

Prefiero la noche,
con la Luna como nota errante
que parece que extravió su cantar
 pero aún así con su luz agonizante sigo,
en mi perenne búsqueda
de aquel a quien no puedo hallar,
mi ideal no encontrado.

Prefiero la noche,
 porque mis versos me aroman el alma
y los busco en los sones de liras
que van brotando
entre pasos de visiones
que conmigo los van buscando.

En algunos momentos
no responden,
no aparecen en ningún lugar
de mi mundo interno
y entonces me inquieto.

¿En qué lejanías mi númen se esconde?
¿Bajo qué estrella se guarece?
Vuelve a mí, en esta noche mía,
nuestra,
ven con el viento,
las brisas,
los astros del firmamento.

Prefiero la noche,
 quedarme un instante suspendida en lo Eterno
e ir como el viento,
nómade del existir
 transitando por la expansión del Universo.

Desilusión dolorosa


Desilusión dolorosa,
de a poco,
despacio,
sutilmente,
inundó mi alma
y con miles de saetas acrisoladas,
rompió la paz
y el sosiego
de mi alma.

 ¿Dime tú,
por qué debo sufrir
en cada instante de mi vida
dando sólo amor por doquier?
 ¿Cuál es el error
 que surge de estos sentimientos
 puros y profundos
que me embargan
y me desarman
en flores deshojadas por la tristeza,
la desilusión,
el desespero?

Como estrellas fugaces,
 en períodos menos esperados
 me golpean,
me hieren,
 me lastiman.
¡No quiero sentirlos más!
Mi vida necesita del amor  puro
y límpido,
sin mentiras ni falsedades.

Desilusión dolorosa,
 esos grises tonos oscuros
 de tormentas menos esperadas,
los rayos golpean mi alma
y me dejan agonizante y temblorosa,
miedos ocultos,
 afloran a mi piel
 y la verdad inconmensurable
y execrable
surge de improviso,
 aquel a quien amamos
con intensidad y pureza
nos clavó una flecha envenenada
en pleno corazón
y la sangre dolorosa
junto con la llovizna de lágrimas
que inundó mi cuerpo
me llevó a momentos de desasosiego
y desorientación.

¿En qué me equivoqué?
 ¿Por qué deposité mi fe,
 mi esperanza,
mi amor
en quien no lo merecía?
Éste mi amor puro
 se elevó tras el horizonte lejano,
dejando tras de sí,
sólo desilusión dolorosa.
Quiero encontrar el camino recto,
verdadero,
 duradero
y no fugaz
y falso
donde sea comprendida
en estos mil sabores
amargos y crueles.

Desilusión dolorosa,
 apenas en un segundo,
 mi espíritu,
 que libremente se elevaba
entre las nubes de algodón
 y campos de cipreses,
 cayó,
llevándose a su paso
marchitas flores de azafrán
y floridos vergeles
a la tierra seca,
cenicienta,
rojiza por la ira
y oscura por el desamor.

Desilusión dolorosa,
fueron tras de mí
 rumores falsos,
 envidias oscuras,
intrigas traicioneras,
buscando hurgar en mi alma
para que el sufrimiento aflorara.

¡No!,
¡no lo permitiré jamás!
¡Soy libre y feliz conmigo misma!
Mi espíritu vibra
al compás de música sincopada
y de palabras,
frases de amor
 hilvanadas como perlas de rocío
 en un collar sin fin
 de caracoles enlazados
por la espuma del mar.

Desilusión dolorosa,
se que como enigmas indescifrables
se irán de mi vida,
 afrontaré con actitudes enhiestas
 y verdaderas
el nuevo sendero abierto,
 florecido,
en el bienestar de un campo
de amapolas,
 abiertos sus pimpollos al cielo azul
y allí te encontraré a ti,
 mi amado nuevo,
que me traerá
 en sus manos cálidas
mi nuevo destino.

Desilusión dolorosa,
las esperanzas renovadas
 y límpidas
cerrarán las heridas abiertas
 y el olvido
que se acerca sin ser llamado
golpeará mi corazón
dejándolo límpido
 y claro
 como agua que golpea
 la tierra con desesperación,
 a veces
o con dulzura otras,
 sin tristezas sin fin,
ni fríos,
ni grises golpes,
sólo sueños
entre luces de amor
bajo la luz de luna
en el agua
con quietud y calma.

Desilusión dolorosa
que no impida mi vida intrépida,
 de aventuras continuas,
 rodeándome como un manto
de aterciopelados pétalos las ideas,
 las frases de amor,
las prosas poéticas
que dan sentido veraz
y feliz
 a mi espíritu inquieto
 y avasallante,
 pleno de ansias
de ser amado y querido,
sin límites truncos,
ni herrajes oxidados
por el tiempo,
 sólo aires tibios y dulces
donde flota  mi corazón
 entre aromas de pitangas,
burucuyá en flor,
 azahares volando en el viento suave
 llevando la buena nueva
de la llegada a mi vida
 emprendida sin sobresaltos
ni fatigas.