Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 24 de mayo de 2020

Silencio


Tus caricias


Tus caricias
como aroma de flores de azahares
impregnan mi piel
y me envuelven
en suaves delirios de ensueño
haciéndome sentir
que a nada en el mundo se parecen.

Tus caricias,
leves como la seda,
frescas como brisa al amanecer,
son promesas de dichas desatadas.

Las quiero en mí a mi alcance,
cerquísima,
como está el ser amado
con el ritmo de su cuerpo al lado mío
que aunque sin verse se siente,
se sueña.

Tus caricias deshojan mi tristeza
en anhelosos huecos de amor,
dándole luz a mi alma.

Laten en mis sienes
como tenues sombras de ruidos,
caricias que como pétalos de rosas
se deslizan en mi rostro
cual temblores de hojas
y gotas del cielo.

Tus caricias como tímidas palabras
sueltas o murmullos en el aire,
en lento encanto,
sin ansias,
descubren mi cuerpo lentamente,
allí en ardorosas palmas
que me llevan a reclinar mi mejilla
en el blancor de plumas
que visten nuestro lecho de amor.

Tus caricias,
que como gotas de lluvia
caen sobre el papel,
ese,
el florido del azar,
donde las letras bailan
y crean palabras de amor.

Tus caricias me hacen conocer tu mundo,
me quedo inmensamente deslumbrada
al ver que el brazo que te tiendo
tu me lo estrechas.

Tus caricias flotan
en el paraíso ideal
de lo que anhelamos ser,
en ese velo súbito
en nuestra vida tan clara.

Son sutiles como alas de mariposa
y aleteos de ángeles
que protegen mi ser
y le dan paz a mi alma.

Tus caricias me estremecen de impaciencia
y soy feliz sintiéndolas latir
con frenesí en mi piel.

Me seducen,
me apasionan
y crean dentro de mi mundo interior
una alegría sin fin.

Tus caricias,
sin ellas no concibo el no tenerte,
son una cálida huella de los sueños
que soñamos con el aire azul en cada día.

No sé quién eres


No sé quién eres,
tú el que me busca,
desde un lugar lejano
queriendo escuchar mi voz,
salir en mi búsqueda.

Intentas estar a mi lado furtivamente,
despacio, sin prisa.
Estás muy cerca
dejando señales,
signos, casualidades,
suertes,
imprevistos repentinos.

No sé quién eres,
expresas con sentimientos
tu necesidad de saber de mí,
quién soy,
para crear un lazo
entre tu ser y el mío,
entre nuestros entornos
y quieres espontáneamente expresar
y encontrar paulatinamente
un lugar en mi vida.

No sé quién eres,
pero me das el motivo necesario
para soñar
y el aliento profundo
para continuar permitiendo
que la flor de la esperanza
renazca para seguir.

Vas poco a poco
generando descubrimientos,
sorpresas entre los dos,
ideando oportunidades
de hacerse en opciones válidas.

No sé quién eres,
pero sabes estar
y esperar con infinita paciencia
a que nuestras vidas
se encuentren en el mismo camino
como un recurso de gozoso futuro
y como con un toque divino
mis suspiros fluyen
pensando en quién eres tú.

Eres como una gota de serenidad
suspendida en agua
como bálsamo
que calma mis ansias de amar
aún no conociéndote.

No sé quién eres,
pero siempre estás
queriendo saber de mí.
En lo que nos separan laten,
nos llaman, ávidas,
las victorias futuras esperando.

Poco a poco,
me buscas como por un camino
donde hay encuentros de dos seres
que nunca estuvieron juntos.

No sé quién eres,
pero con perseverancia y paciencia ,
día a día,
te acercas más a mí,
tu voz lejana se acerca
y murmura sin vernos
palabras de amor
muy dulces y tiernas.

Logras al fin
que piense en ti
aún en esta cierta distancia
y mi ser se abre para albergar algún día,
un espacio para aguardarte si es que llegas,
en una red de ansiosas idas y venidas,
de vuelos,
en cercos sin prisión
para quedarte reclinado en mi vida
en arrobada calma de paz y sosiego.

Hoy te siento


Hoy te siento,
aquí cerca mío.
La ternura de tus caricias
y tu mirada
es una franja azul y verde
entre el cielo y el agua.

Es una estela dejada en la piel.
Tu ternura es energía
transformada en besos.
Es un ave coqueteando con las olas.
Es una hoja balanceada por el viento.
Es un rosal floreciendo.

Tu ternura la percibo
en el abrazo cálido y sensual,
en el poder escribirte
a través de ella las poesías,
las palabras que nacen del alma para ti.

Hoy te siento
en el gesto delicado
que sale del alma,
en la forma en que me llamas.
La ternura es el suspiro del amor.

Hoy te siento
a través de tu calma
con que has sabido llenar mi alma
y hasta el menor de mis pensamientos
inspirando hoy cada letra
de cada poema que te escribo.

Es bella y verdadera tu esencia,
le escribo a lo que tu presencia
en todo mi existir genera.
Cuando un día
mis poemas lleguen a ti
entenderás que te amé así,
por no saber amar de otra manera.

Percibo tu ternura
y mi corazón infinito
como el cielo se convierte en volcán
cuya hirviente lava,
llega hasta el alma,
es como un dulce poema
que alegro mi triste razón,
eres una luz en mi alma
me alumbra
en todos los caminos de mi vida.

Hoy te siento
en una noche muy obscura,
noche de eclipse de luna,
la estrellas a mi alrededor
tiñen el cielo de color.

Tiemblo de amor
cuando se anuncia
la inminente llegada de mi amante,
a quien espero despacio
igual que un fruto colgado
sobre el fresco de la grana.

Y viene hacia mi
desprendido y risueño,
eterno signo de bondad y ternura
y nos encontramos en el cenit,
yo inocente y pura,
él noble y único.

Hoy te siento.
Desde lejos,
ya en el umbral del encuentro
y mi voz leve como un hilo
que sale de su noche,
trémula lo llama
¡Ven!
¡Te espero!
¿Desde dónde?

Es entre ondas sucesivas
de un querer al otro,
de ternura leve,
luminosa por el sol,
purísima y diáfana,
de blancura total y mi trémula espera
avanza soñando,
se acerca y las almas
se reconocen radiantes
en el camino que las esperaba
y en el papel amanecen
unas palabras
¡Amor,
hoy te siento!