Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 16 de mayo de 2019

Supe que vendrías


Tuya soy


Tuya soy,
tiéndeme tu abrazo,
¡ay!,
¡cómo te necesito,
apóyame,
respírame,
grita que me amas!

Cascarón de hojas,
vahos de campo,
de vida,
de viento,
de lluvia.
Hueles a cuerpo húmedo,
mi pasajero fugaz,
necesito tus besos apasionados
con sentimientos profundos y tiernos.

¿Cómo puedo pensar o decir esto?
¿Casi sin respirar o atontada?
Cada día quiero más de ti.

Tuya soy,
hoy y siempre,
no te pierdas en lo venidero,
a ti me acerco en tu presente.
Ser es estar siendo.

Prisa, apetito de las lejanías,
torpe atropello de las largas dulzuras del minuto,
da tiempo al tiempo.
¿A qué darle palabras de amor
al poema si lo estoy siendo?
Tuya soy,
mi amor es lento.

El caudal de mi dicha eres tú
y como el del agua fluyen parejos,
lo que ellos hablan
y la espuma dice suenan de acuerdo.

Tuya soy,
tan sencillo es quererte
que a veces se me olvida
que vivo de milagro el amor fabuloso
que al cargar sobre ti ingrávido se torna
y como lo redimes de sangre o de tormento,
por fuerza de tu pecho,
con corazón de magia,
siento la ilusión de que estás conmigo,
muy cerca,
a mi lado.

Tuya soy encuentro
la ternura en que se injerta
el color de tu piel que me soborna
y adoro tu palabra que trastorna
y apura mis sentidos buscándote siempre.

Pienso en acariciar tu pecho al descubierto
y todo lo invisible que te rodea,
me complazco en la luz que te contorna,
muerta de amor en lecho enfebrecido,
pasto de celo en huerto clausurado,
corazón por tus flechas percutido.

Tuya soy,
hambrienta de amor
soy una llama que por ti clama.
Un agua no pausada sí cantada,
se allega por tus manos a mi pecho,
¡oh ríos sin espuma,
tan alzado,
que moja las puertas de mi cielo!

Tuya soy,
los signos de tu grave y dulce voz
me reclaman a cada instante
y despiertas mi ternura y mis requiebros.

¡Qué umbría en verde valle,
qué collados!,
¡qué rama sumergida en niebla y cielo!

Tuya soy,
tú eres la música de mi vida
en todo mi tiempo.
¡Te ansío ya!

Fantasmas de duda


Fantasmas de duda.
¿Por qué me atormentan
con inquietudes insanas las dudas
de que tu amor por mí no sea cierto?

Fantasmas de duda.
¿Cuál es la razón
que sólo pienso en que no te voy a perder
en lo venidero dejando mi corazón desgarrado
y sin el caudal de dicha que aún lo inunda?

Fantasmas de duda.
¿A qué darle palabras a poemas de amor
si tú no los lees,
no ves lo que se ve,
aún el poema está aquí completo para ti?

Fantasmas de duda.
¿Cómo no recuerdas todo nuestro amor
que empezó en auroras cenitales
ya que yo siento
que en un víspero terminará pronto?

Fantasmas de duda.
¿Por qué siento que el futuro
es distancia y qué poco a poco
pierdo lo venidero ya no más ser
es estar siendo los dos amándonos?

Fantasmas de duda.
¿Cómo evitar soñar con las promesas
de ver en mi luna sus estrellas
hechas de puras letras
y de eternas escenas de amor?

Fantasmas de duda.
¿Por qué me someto a esta soledad
con penas dibujando un mundo que no existe,
un imposible espacio de reflejos,
con el amor que anda sobre la lluvia
o congela el sol para renacer de nuevo?

Fantasmas de duda.
¿Cómo decirte que mis mañanas
están trémulas de voces
que cantan el amor hacia ti,
pero tú no respondes te has ido
tendido en el río hacia otro lares?

Fantasmas de duda.
¿Cuál es la fuente del amor verdadero,
la del agua quieta plena de verdades,
sin prejuicios ni traiciones y sin huidas?

Fantasmas de duda.
¿Cómo llegar hasta ti,
desnuda y pura, sin ansias,
con mis miradas de amor
y tú me recibas en tus brazos,
feliz de tenerme sin preguntas
con tan sólo silencios?

La duda,
la indecisión,
el no entendimiento,
nos conducen a senderos oscuros y olvidados,
pero permitiendo que la felicidad
nos inunde en calma y por momentos,
gozando y cantando el amor a la vida.

Presagios tormentosos


Presagios tormentosos,
¿es que acaso la tormenta,
furiosa y creciente
en el cielo oscuro y misterioso
abruma nuestro amor
o a la inversa lo acrecienta
entre los truenos y los relámpagos?
Palpita un viento ardiente
como el que sopla de un gigantesco incendio
y una tromba guerrera brama truenos
que prestos estallan en aullidos
de airadas tempestades.

Presagios tormentosos,
el cielo,
impenetrable y duro nos hace unirnos
en un abrazo total y apretado
como queriendo alejar el escudo de granito
que se nos acerca queriendo hundir
el mundo con su enorme paso.

Parecen descender del infinito
invisibles espíritus blandiendo
espadas de relámpagos
y nosotros corremos manos entrelazadas,
pies desnudos buscando
una cueva secreta para encontrar el refugio
ante esta majestad abrumadora
que nos hace desfallecer
ante la belleza y el miedo.

Nuestro amor se agiganta
ante tanta inmensidad
que hace retemblar el firmamento.

Presagios tormentosos,
el perfume de la tierra mojada
nos inunda al peso de sí misma,
después irá veloz como un meteoro
al fondo del abismo.

Con galas de volcán,
el sol radiante en niebla roja
de fulgor metálico
traspuso lentamente el horizonte
y nos asombramos ante la llegada
de una noche sin astros,
entre las sombras,
la tormenta avanza rodeada
de grises nubarrones.

De pronto,
el viento silba más agudo
y la tierra se puebla de visiones,
buscando en vano nuestras miradas
un salvador escudo.
Ya los truenos errantes retumban
con salvajes estampidos.
En tropel se suceden los relámpagos
a cuyo parpadeo la tierra,
loca de pavor,
se humilla.

Presagios tormentosos,
la tormenta está aquí,
entre nosotros,
chocan los truenos entre sí
y estallan.

La tempestad en sus furores crece,
es más viva la lumbre del rayo,
mundos hechos campanas
que repican por todo el firmamento conmovido.

Cuando se apaga la lumbre de un relámpago,
se puebla la noche de una sombra,
tan oscura que nos oculta a los dos
como dos figuras misteriosas e inexistentes.

Se desata la lluvia,
bajo el soplo de un viento
huracanado que sacude los árboles,
diluvia y nosotros bajo el agua
como fantasmas aturdidos,
corremos y danzamos
entre truenos y viento.

¡Por fin,
desde la altura de un cielo azul profundo,
las estrellas de cándida hermosura,
llenas de compasión y de ternura
dejan caer sus luces sobre nuestro mundo!

Presagios tormentosos
que nos lleva a unirnos
más en un revuelo de besos
bajo un manto tembloroso a la tibieza
de nuestro nido dejando lejos
la fiera luz de las voces
de huracanes lejanos.