Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 10 de junio de 2012

Acertijos



Acertijos, enigmas del amor, secretos misteriosos, impredecibles, ¿por qué el amor puede ser una interrogante?
Porque todo se confunde en un enigma de sentimientos.
Felicidad, alma sin cuerpo, ¿dónde estás?, se detiene el tiempo en medio instante y tu presencia es ausencia.
Acertijos, incógnitas donde el amor emerge en una lujuria de pasiones y un frenesí de besos.
Charadas que como jeroglíficos se encaminan a rumbos dulces que nos llevan a un puerto desconocido y lejano.
En mis sueños, estamos juntos pero con olas, brisas y soles, te fuiste y me quedé sin tu amor.
¿Por qué no estamos juntos, si nuestro destino es estar unidos, sin arcanos lugares que nos separan?
Quiero que con tus caricias mis ríos de pena y tristeza vuelvan a su armonioso cauce, pleno de amor, en un paisaje dulce y vocablos desconocidos que se vuelcan en nuevos versos para ti.
Acertijos, ¿adónde ir? No a lugares recónditos ni herméticos, sí a cielos azules y blancas arenas donde nuestras huellas como llamas de fuego aviven nuestro regocijo y entrega total.
Éste amor es el dueño del tiempo, de nuestro tiempo, que hace eterno el silencio para estar los dos frente a frente, para ser uno solo entre dos.
Acertijos, no  más enigmas ni oscuros pensamientos, sí la luz brillante en nuestros encuentros que nunca se terminarán.
Del horizonte suben ondas de resplandores, nuestras almas se refrescan con brisas de ventura, no más dolores ni gemidos.
Hagamos con nuestra sangre millones de rubíes de luces temblorosas para después volcarlos en lluvias milagrosas sobre el nativo suelo que nos acoge con loca profusión.
Templemos el diapasón de la tormenta que ruge o de la brisa que suspira.
Deseos que se alzan en casta espuma llevando la rima y las estrofas de amor en policorde ajuste con la naturaleza prodigiosa.
Acertijos, enigmas sin palabras, glorias que nos llevan a nuestro mundo mágico, entre cánticos y arrullos.
Ojos que se miran, juegos de raudo amor en el aire como llama azul que se colman de asombro.
Notas aterciopeladas nos inundan de música de alas y una agitación creciente como un festivo clamoreo nos lleva a nuevas pasiones. 

Seré tu oasis



Seré tu oasis, tu remanso, tu alivio, entre árboles llenos de nidos, soñando en remansos dormidos, en lechos de algas y flores.
Iré contigo a aquel mundo perdido donde hubo tanto canto, soy feliz en ser tu oasis, por el verde tierno que nos rodea, en esas hojas nuevas, suelta la flor su perfume más si una frase la inspira.
Seré tu refugio, tu ansiado nido, seré tus versos, el tesoro conquistado en la isla encantada, lejos del mundanal ruido.
Seré tu oasis, ven hacia mí! soy feliz en tu luz enajenada, huyo de mi y entro en ella y me envuelve tu dorada dulzura.
Lánguidas miradas en los rayos de la luna, resbalando una a una entre ramaje dormido mientras un silencio majestuoso nos envuelve y nos lleva a escuchar notas calladas, bajas.
En voz baja y al oído conversan  con la laguna cerca de donde tú y yo reposamos en un plácido y feliz momento.
Seré tu oasis, seré tu paz, todo vive en reposo, todo en calma, la claridad triunfa y desde el alto sol cuanto más orlar más vibra, goza.
Con inocente ritmo todo el paisaje canta y nos cuenta sus misterios en un alado idioma sin palabras, como regalo de gracia.
Seré tu oasis y por las noches, vírgenes de estrellas, nos conducen en lentas caravanas en policromos paisajes, granos de arena que brillan con centellas de plata.
Seré tu oasis, frases nobles y sinceras, cláusulas níveas, lentas pasan, versos de celestes temas a lo lejos se escuchan y la escritura que llega ya se fue, rápida, indescifrable, la que con plumas veloces sobre otras se precipitan y se borran las ya escritas por otros astros, en el paisaje lo esbozado por los galas la tórtola lo arrebata.
En las hojas de la mañana nunca me canso de llenarlas de los siglos de poemas.
Seré tu oasis, en la fuente de agua en medio de los arenales, de melodías nos inunda con música de arpas que nos dan ilusiones ópticas, espejismos que con trémulos desafíos nos hacen vibrar ¡qué milagro!
Estamos tan lejos y tan cerca, ávidos esperando la suave brisa por lugares habitados en medio de los áridos y desérticos terrenos
Seré tu oasis, tu descanso, estación detenida allí en el camino de la vida, estremecidos de placer de estar juntos en este puro silencio, en este espacio detenido en el tiempo creando en su entorno ondas de calma.

Volar hacia otras esferas




Volar hacia otras esferas como almas gemebundas o voces apocalípticas que con alas de profecías rozan en instantes breves otras esferas del gran orbe.
¿No sientes que alarmado está el mundo en su temblor?
Siente que hay dos seres que han decidido romper el lazo hechizado que es vivir en este mundo e irse aceleradamente hacia caminos desconocidos entre luceros  con máscaras de mil colores para poder poner final a tanto gran poder que abruma.
Temblar haremos el tímpano del mundo, pasando ruinas de historia, ecos de mares antiguos, murallas destruidas.
Volar hacia otras esferas, entre suaves curvas y caminos diáfanos.
La bóveda, al cerrarse abre más cielo para que tú yo podamos mirarnos en las estrellas fugaces que cruzan raudas el espacio infinito.
Y en la hermosura vasta de estos límites siente el alma que nada la termina.
Volar hacia otras esferas, este espacio que no era más que espacio a nadie dedicado, aire en vacío, se redime en nosotros, poniendo plata sobre piedra, fieras luces del sumo mediodía, claridad toda hueca, de tan clara, ya es misterio.
Volar hacia otras esferas, como flechas del alba cruzando por los espacios incorpóreos, no hieren, nos traen vida de colores y de amores.
La bóveda, al cerrarse, abre más cielo y en la hermosura de estos límites, el alma se va, poco a poco, uniendo con su mitad, su mitad del alma.
Nos vamos en suave concavidad, nido de dioses, Venus, Atenea, Zeus, Minerva y sus siluetas en columnas del cielo se posan inmóviles, ingrávidas, impasibles en su auge de majestuosidad suprema.
Volar hacia otras esferas, con lentitud, en fabuloso procesión, rodando con el mundo y en cada vuelta la hermosura crece, la de ayer, la inédita.
La luz estrena nuestro vuelo, nos hace ir al más allá, juntos, abrazados los dos en uno, acreciendo nuestro plural.
Nada nos confunde, ni lo invisible, todo es prodigio, es temblor, es cadencia, caminando hacia la imagen de lo no perdido, latiendo junto en lo eterno, años, siglos, de amor fresco.
Tiempo divino que llegó a ser tiempo poco a poco, mañana tras su aurora, estío que se junta con otoño, primaveras sumadas al invierno.
Lenta rueda que nos va subiendo sin prisa hasta nuestro nuevo cielo.

Tiempo perdido



Tiempo perdido, en ayeres olvidados, en días sin pasión, sin amor, sin sueños.
Todo se fue en la nada. horas vacías, en penumbras, durmiendo un sueño sin fin, esperando ¿qué? no lo sabía aún, era un frío total, la inmovilidad marmórea de mi ser, mi alma adormecida no tenía amor, sólo llanto y tristezas.
Tiempo perdido, resignación sin consuelo, todo fue entre soledades cada vez más tristes, como un cauce seco, desértico, un jardín sin flores, un amanecer sin sol.
En el árbol de la humana vida como un soplo de huracán, llevando hojas desprendidas, mi vida era errante, itinerante, lejos del amor.
Mi alma extraviada, en un pálido encanto, sin esencia de risas ni de auroras, sufría y penaba.
Tiempo perdido, como fuente sonora de plegarias y llantos, los días se esfumaban en la humareda de fuegos apagados.
Tiempo perdido, el dolor bravío me hacía dar cuenta de la consecuencia de mi valor para ahuyentar el hastío que yo tenía en mi alma.
Tiempo perdido, el dolor es santo porque me lleva a encontrarme a mi misma, a quererme, a valorarme, a saber que estoy viva.
Ya comienzan los retoños verdes a cubrir mi gramínea interior, los tallos con el viento se inclinan y el tiempo renace ¡Estoy viva!.
Mi pecho se agita por la olas del amor que se aproxima.
Quiero gritar y apenas con balbuciente voz, sollozo ¡amor, búscame!
Tiempo perdido fue el del pasado, ya no más, ahora es tiempo para vivir, soñar, sentir, suspirar, amar, querer y ser querida.
Amor ¡ven a mi corazón!, te necesito para oír el rumor del ensueño esperado.
Ya desperté entre melodías de lejana orquesta, felicidad hallada, liberación de tiempos perdidos, ansias nuevas.
¿No ves, alma mía que el amor se acerca?
¿Sientes? Es el sol que me ilumina, es la energía que me inunda, es el perfume de la floresta, es la magia de la vida, es la paz añorada con esperanza y candor. 

Viajera incansable




Viajera incansable, fascinada por el ir y venir buscando revelaciones de otras vidas y lugares bajo luces indefectibles.
Pasajera de la vida que con fuerza y voluntad avanza sin tropiezos en pos de lo anhelado, lo indescifrable, lo desconocido.
Viajera incansable que busca un solo camino, ese que hay que abrirse con el alma y las manos, sin ceder un ápice y seguir adelante en pos el amor.
Vivir infatigablemente con su morral a cuestas, día a día, noche a noche, sin que las manos colmadas impacientes tiemblen. ¡Qué liberación!
¡Qué felicidad! Felicidad hallada a través del mundo, en el seno de la naturaleza toda, flotando entre mensajes y cartas de amor recibidas con el placer de que alguien piensa en mi existir.
Pasajera incansable, que con fuerza arrolladora va cumpliendo su meta, su misión de fuego puro, buscando ser feliz cada día del despertar en esta vida de luz y amando a todo lo que encuentra a su paso.
Viajera incansable, mi destino es volar como pájaro, abriendo surcos en el cielo desesperadamente, para vivir resistiendo al dolor, a la heridas, buscando con tesón la verdad y el verdadero amor.
Como una arrolladora fuerza su mente viaja con ella y sus palabras en nuevas formas cada día buscan un orbe nuevo, pleno de alegrías y felicidades.
¿A dónde te diriges viajera incansable?
¿Qué es lo que pretendes alcanzar? ¿Será quizás la luz de la luna en sus crecientes o menguantes o los océanos plácidos o estremecedores? Buscas el amor, el que protege, el que ampara, el que con cariño y dulzura hace latir tu corazón con latidos acompasados.
Viajera incansable ando por el mundo real y el mágico sin que mis pies tengan el más mínimo contacto con la realidad del suelo y sus caminos. Vivo la alegría fabulosa de ir por el aire y el sol me daría triunfales signos de libertad. ¡Amar hasta el más allá no entre piedras ásperas ni suelos desérticos! ¡Ni guijarros punzantes! ¡Amar en libertad!

Mi vida sin ti



Mi vida sin ti ya no tendría sentido, sin tu existencia que me inunda raudamente todos los momentos de mi mente inquieta.
Sin mis frases de noble sentir, mis cláusulas marmóreas, blancas y sin cuerpo, pasarían lentas y leves dentro de mí, sin llegar a las páginas de colores que cambiarían apergaminándose y terminando en leve y suave polvo de la nada.
Poesía, mi vida sin ti no tendría mágicos alfabetos en hojas sin tacha ni rasgos de cristal en monosílabos brillantes que se clavarían en lo hondo de mi alma.
Mi vida sin ti, sería no existir, que mis manos no llegaran al papel y la horas pasaran lentas, pausadas, débiles, tristes, sin sentir las vibraciones de componer con celestes temas de amor, odas lejanas.
Poemas de amor no escritos, guardados en el fondo del alma, en huecos invisibles donde se esconden y huyen, ahogan mi confusa mente en órdagos de pensamientos oscuros y tristes.
Mi vida sin ti, sin la escritura de letras, abecedarios vírgenes, la que llega y sin tocar el papel, ya se fue rápido, indescifrable, la que con plumas veloces sobre otras precipitadas borra, apenas escribieron en mi página en blanco, breves y sentidas palabras de amor.
Parecen escritas por otras alas, lo esbozado por  mirlos, las palomas lo arrebatan.
Poesía amada, no podría vivirla, imposible sería dejar en blanco las hojas de la mañana, pluma tras pluma hasta llegar la oscura noche que hace temblar mi corazón.
Poesía amada, ¿Cómo, de qué manera, vivir sin los poemas, sin sentir su aroma, su pureza guardada, sus bosquejadas formas indefinidas, lo no escrito, lo callado?
Quiero seguir contigo, mi verso abierto paraíso, luz de mi alma, pureza de mi mundo, amor de mis cielos, encantos de mis sueños, consuelos de dolores y de heridas no sanadas.
Poesía amada, viviría en un simulacro de no verdades ni sentimientos de amor que me llevaran al mundo encantado del más allá.

Paisaje lunar




Paisaje lunar, nos cobija y protege con su luz cenicienta y a veces, brillante que ilumina nuestro amor como alas de ángeles vibrando en el paraíso terrenal.
La felicidad nos acuna y en un marco de crepúsculos entre tus brazos tiemblo viviendo momentos sentidos en el umbral del hoy.
Sentirnos como realmente estamos, flotando en un espacio-tiempo misterioso… pero todavía mágico y cálido.
Paisaje lunar, luna de los mil deseos que el paisaje baña bajo su luz donde se refugian nuestras ilusiones y anhelos apasionados de un amor real con sentimientos sinceros.
Paisaje lunar en el que el viento sopla tu nombre y tu reflejo veo en la luna, sintiéndote mío.
¡Ay luna! que mis sueños alumbras, quizás pueda tu brillo alumbrarme y llevarme a lugares donde como flechas perfumadas escriba mis palabras, en poemas de amor que viajen hasta el alma de mi amado amante.
El sentir divino no admite temores, sustenta amores.
Paisaje lunar, bajo las costas de nuestros sentimientos a tu espíritu llegaron mis versos, mis palabras de amor, mis poemas mágicos que se abrieron como flores para ti.
Luna, que con sus rayos de plata iluminan con su luz infinita cada paso que hemos recorrido andando por tu senda señalada sin tropiezos y sin miedos y contemplada noche a noche por tus grandes ojos fijos deslumbrantes de pasión.
Tú, luna, luna de mis noches que iluminas el horizonte para contemplar las estrellas, abres caminos de luz cuando todo es oscuridad y vacío y me conduces al amor esperado.
Paisaje lunar, entre colores y mil deseos haces palpitar el amor entre temblores, gozos y pasiones, refugiándose las ilusiones entre clamores y besos.
Paisaje lunar, amor de luna, luz de mis amores buscando las sutilezas del que desde lejos me ama.
Iluminas  los océanos de amor para que dándonos cuenta de que amarnos nos lleva a lo inmenso, lo más inmediato de lo inmenso es ese océano vibrante, brillante, pleno de vida.
Paisaje lunar, su influjo nos traspasa el cuerpo haciéndonos sentir el bálsamo de amor que acaricia nuestros corazones en un palpitar de emociones.

Dos caminantes




Dos caminantes de la vida, tú y yo, juntos en un pedazo de cielo con vibraciones distantes y entre sueños envueltos en tules y mantos, caminaremos unidos hacia el más allá que nos espera, entre nuestras sonrisas que alegran la soledad ya ida.
Dos caminantes rodeados de blancas nubes vigías, flotando sobre el agua con luces encendidas que el amor arrulla.
Dos seres que sin mañanas, sin neblinas y sin misterios en tardes otoñales, silenciosos van, sin alas, por los aires como aves ligerísimas.
Dos caminantes, los que a su paso arrullan las oscuras golondrinas entre frondas verdecientes buscando una mirada donde el amor gozoso encuentra sombras bellas, gráciles que se deslizarán en su ruta, entre besos y escenas de colores.
Dos caminantes que viven el amor con la hermosura posible, entre tinieblas con las luces que esquivan.
Ya no más esperanzas perdidas en éste hoy, se ofrecen breves dosis de retorno a ilusiones ya idas.
Dos caminantes ansiosos de estar juntos, revoloteando por el aire sus voces apocalípticas con alas de profecía.
Dos caminantes que piensan y aman en el crepúsculo para alcanzar con suspiros el cielo y volar libres y danzar en un cortejo de besos rozándose casi sin tocarse, ya que en dulce tibieza, de a poco encender el fuego del amor en insaciables ansias de amar.
Dos caminantes que arrobados marchan paralelos al tiempo en un afán sin término para salvarse de no encontrarse.
Rodeados de esa luz inextinguible ya que el camino bordeado de estrellas los conduce a su lar, avanzando en claridades casi a ciegas porque la búsqueda es donación de la vida, entrega total, sin misterios, donde las preguntas retumban y los ecos contestan.
¡Amor, eres mi vida!

En lontananza




En lontananza, eterna y dolorida, la vida me conduce lejos de ti, a horizontes desconocidos.
Soy como una paloma que lleva dentro del pecho desilusiones, buscando esa floresta que se le ha perdido dentro de su alma.
En lontananza añoro tu dulce querer al que me entregaba entre esperanzas nuevas para volvernos a amar entre ansias de arreboles entre espesas noches.
Ahora, oscuras amarguras me agitan, algo ineluctable, callado crece y en fatigada tristeza te busco en el confín distante.
Te pienso presente en palabras pasadas, en lontananza por montañas y ríos mi cuerpo te busca, mis ojos re abrazas, mis labios te besan, no me pidas olvido…
Tus letras ya no son tus cartas de amor, son frías y distantes y el cambio me quiebra, me rompe y me duele.
En lontananza, en esta distancia lejana me alienta el volver a escuchar tu voz que como sonido celeste viene a mí a pesar de tu ausencia.
Esperanza inútil, aliento despacio, ya eres viajero infinito del camino tuyo. ¡Qué eterna y dolorida lontananza! ¡Qué inexorable la distancia en el tiempo!.
Quisiera que las sombras que avanzan se oculten en su trágica envoltura y que regrese a mi alma plena de ilusiones el amor perdido y olvidado.
En lontananza, quiero volar muy lejos, hasta el cielo, al infinito y gritar mis sentimientos al espacio sin oídos.
En lontananza cercana vienes a mí, levantando polvaredas y al fin a mis brazos te rendirás.
Ya no más espejismos como vorágines se acumularán en mi existencia, ni mis pupilas de lágrimas acumuladas no estarán nunca más vidriosas por el amor perdido y desolado que volvió a mí buscando su nido en mi alma para rendirle culto a la vida y mantener este amor que se ahogaba en el silencio.

Profundo letargo




Profundo letargo, en la oscura noche, vivo ausente en esta vida, siempre esperando el amor que como el sagrado Yarumi, que nace después de la quema del suelo, renazca mi espíritu adormecido rápidamente para luchar contra la indiferencia, la ignorancia, la soledad no buscada, que destruye sin darme cuenta mi amor guardado y escondido en lo íntimo de mi ser para que alguien lo encuentre, el esperado y la fe y la esperanza vibren en mi alma donde en duermevela intacta esperan un toque de magia para latir con mil ansias.
Profundo letargo, del que pretendo encontrar una luz prestada que me haga creer que alguien en el ayer de ayeres me amó sintiendo que mi amor lo envolvía en una plenitud sublime.
¿Puede ser cierto que mis mensajes de amor, en mis ardientes ensueños golpeen con dulzura tu alma y colmen tu existencia liberando de tu espíritu esa leve ternura que en mis sueños percibo?
Profundo letargo, desazón de inquietudes, déjame estar con mis ansias de amar y ser amada en el Hoy con el amor verdadero, el que conmueve y hace volar a través del tiempo llegando a conocer el paraíso entre tus ansiadas caricias.
Profundo letargo, déjame libre, vivir con alegría, sin afanes, ni desvelos, compartiendo mis sueños con los sueños de mi amado ausente.
Profundo letargo, llévame a poder olvidar el sufrimiento pasado, el dolor estremecido, las tristes desilusiones, las amargas angustias e ir por los caminos donde la mutua ternura de dos almas que se aman se deslice suavemente hacia el existir de la felicidad plena. 

Incertidumbre




Incertidumbre, duda eterna que sacude los cimientos sólidos y firmes de mi vida, dejándome sumida en un mar de pensamientos inescrutables, vacíos del amor que hacía florecer mi vida.
Incertidumbre, cruel paradoja que me estruja el alma, llevándome por senderos pedregosos, profundos, vacíos de toda esa energía pura y maravillosa que solamente tu cercanía producía en mí.
Preciados y breves momentos de felicidad como lluvia de estío breve y pasajera me estremeció de placer y deseos de estar entre tus brazos.
Incertidumbre, la tristeza me sumerge hondamente en infinitos segundos de amargos sabores ya no de mieles ni de dulces recuerdos.
Mi alma me duele y ya en marmórea coraza, va desapareciendo en etéreos infinitos.
Incertidumbre, mi corazón palpita y se desangra buscando en su latir tu corazón que latió a mi lado, rompiendo mis barreras que lo cercaban para que el amor no lo desmoronara ni hiriera haciendo aparecer el sufrimiento después de la felicidad encontrada.
Incertidumbre, necesito consuelos y bálsamos de amor que por un milagro sorpresivo despejen mi alma dolida intensamente por el atisbo de ternura que la envolvió entre sensaciones de pasión y de promesas no sentidas.

Nubes grises, traslúcidas, elevándose entre líneas curvas, algodones de espumas atravesando el muro de los océanos del tiempo, agitando el aire diáfano, así te busco a ti.
Incertidumbre, entre inquietudes, desasosiegos, vacilaciones me llevas entre sombras de sombras y rumores silenciosos a asomarme a un nuevo mundo que quiero encontrar donde el AMOR que me está esperando para que en noches sin tristezas cante a la vida excelsa y plena. 

Imprevisto




Imprevisto, es lo que me sucede inesperadamente, como sorpresa insólita, ¿Por qué?, ¿para qué?
 Es que el amor, el verdadero, el que creí único, se desmenuzó en mil papeles de cenizas en tan sólo cartas de amor que creí puras y sinceras.
Imprevisto, ineludible, el destino me cercó y me llevó a creer que él mi amado ausente, era el que me estaba esperando ansioso, anhelante de mí, desde esta lejanía cercana.
Imprevisto, en forma ineludible el muro cayó y la verdad cruel y despiadada rompió en cientos de espejuelos de plata mi corazón dulce y enamorado.
¿Por qué la aflicción, la pena, naufragó mi alma en un mar de lágrimas?
 ¿Para qué la ilusión con fulgores brillantes inundó mi horizonte con sonrisas y súbitos estremecimientos de amor, si se desvaneció en la nada?
El tiempo en instantes imprevistos se aletargó, en segundos dormidos apagando mi sed de amar.
Imprevisto, de pronto, el mundo giró y la red que nos envolvía en inolvidables momentos de eterno amor se deshizo en hilos desmenuzados en el tiempo.
Quiero recuperar esos instantes breves, intensos, efímeros pero verdaderos de sentimientos únicos de dos almas enamoradas.
Juntos, muy juntos, quizás, en un Hoy del mañana, nos abrazaremos, unidos por lazos indestructibles entre miradas arrulladas por cánticos melodiosos del amor que llegó y nos despertó del letargo en que estábamos sumidos y nos condujo a lo altos cielos unidos por siempre.
Imprevisto, lo esperado, ya en el ahora, quiero que seas mi sendero, mi ruta, mi guía, que no me olvides que existo en este existir raudo y leve, rodéame siempre con la luz de tu alma que yo continuaré amándote más allá del tiempo. 

Yo he de quererte

Aunque nunca mi cariño tenga el precio de tus besos aunque nunca mis palabras repercutan en tu pecho yo lo mismo he de quererte sin palabras y en silencio como quieren los que sufren, los que aman en silencio, porque te llevo dentro como si fueras un sueño como si todo lo tuyo se adormeciera en mi pecho.
Benditas son las noches que me traen tu recuerdo cuando a solas en mi cuarto sin mirarte yo te veo porque ese viaje inalcanzable que se llama pensamiento me persigue a todas partes para cubrirte de besos porque tú me has enseñado a quererte en silencio, sin palabras, desde lejos.
¡Qué de pesos inmensos, órbitas celestiales se apoyan, maravilla, milagro, en aire, en ausencia, en nada! ¡Sí las almas finales! ¡La tuya y la mía!, las almas que como alas sosteniéndose solas a fuerza de aleteo, desesperado, a fuerza de no pararse nunca, de volar, para encontrarse  un segundo en el aire,  en el aire de aquello que ya fue,.
Sueño que quise vivir en silencio, tus manos de mi corazón se desprendieron, quisiste alcanzarme: mis besos huyeron a un jardín florido lejos del recuerdo buscando otro nido.
Mi vuelo incansable encontrón tormentas, también tempestades, pero estoy segura, ya viene la calma, sus besos me sueñan, sus manos me buscan ansiosas de amor con sed de caricias, luz en el horizonte me espera algún día, no quiere engañarme su mano en la mía, su mano en la mía.

Esperando sola



Esperando sola con la fe puesta en un impecable gozo del poder de estar juntos.
Esperando sola, el espíritu vuela, revolotea, salpicando nubes, pleno de alegrías, sosiego y paz.
Sé que estarás a mi lado, tocarás mi frente y toda mi alma de regocijo se iluminará.
Eres mi único amor, el que esperé siempre, del que me siento amada y como juntos tejemos la vida, sorprendidos y asombrados, el sol brilla más y la luz nos inunda.
Así vivimos la vida entre voces de silencio y gritos de pasión, sus hebras nos enhebran sorprendidos de que este deseo mágico sea una realidad.
Mi alma en tu alma es el arte de vivir a pleno el existir de sentir que el amor nos lleva por sendas áureas de nubes de cielos carmesí.
Esperando sola, percibo tus miradas que se cruzan en un atisbo intenso de amor.
Esperando sola, esperando me trasmitas en mis ojos que vives enamorados de ellos, que te roban la ternura más profunda y son dueños de todas tus pasiones.
Esperando sola el vivir juntos el hasta ahora esperado, trémulo, inagotable de promesas unidas, ya que la vida es la sorpresa que nos conduce al amor percibido de ayeres vividos.
Esperando sola, iluminas mi mundo, me envuelve la dulzura de la espera me aquietas las ansias, me conduces  al fuego que soy hoy. ¡Ven a mí! ¡Te espero!. Corro y quiero alcanzarte para encontrar en ti, el arte de vivir en plenitud total

Mensaje de un querer

Te voy a contar un secreto, aprendí a querer.  Mi corazón tuvo un vuelco, puedo ver la vida con ojos de amor, con ojos de cielo, el perfume de una rosa, las estrellas en el azul firmamento.
 Aprendí a querer la vida, a gozar viviendo a pleno, puedo soñar despierta, puedo decir te quiero.  Mi querer es de agua tranquila, ni brilla ni arrastra  piedras, pero no es esa apacible ternura que no hace huella.
Mi querer es tener  la vida repartida por igual entre el amor que sentimos y la plenitud de Amar,
¡Sensación de amar! ¿Serás amor un largo adiós que no acaba? Amor es un retrazo milagroso .es prolongar el hecho mágico que uno y uno son dos.
 ¿Dónde está el  querer? ¿Vuela, corre, descansa? ¿Es árbol, nube?
¿Se lo coge a puñados como al mar o cae sobre nosotros en el sueño sin despertar ya más?
No quiero que te vayas, mi querer, última forma de amar. Me estoy sintiendo vivir cuando despiertas.  Ya no estoy sola, tengo el querer a mi lado, me acompaña el sentirlo en la alta noche ,en la oscuridad, en el frío.
 A mi querer lo pude encontrar allí en la distancia, donde estaba ausente y ahora lo veo, lo siento, sé dónde está. Fue mi pensamiento a sorprender su sueño, su risa o su juego.
 Tiene mi alma suspensa toda sobre el gran vacío como una forma ausente y toda mi sola vida es un querer llegar hacia el amor en una absoluta espera inmóvil sin otras alas que silencios.
 Y al clarear el amor inquieto se llena de cantos, de risas, de poemas y revolotean las hojas como en otoño y despierta se muestra la vida…a que se la viva, a que se la sienta…buscando el mensaje de un querer…

Lejanía distante



Lejanía distante, un lugar sin ausencias, en el confín del mundo donde estamos tú y yo juntos aún en lontananza porque el amor hace temblar el alma al sentirlo llegar.
Cubramos el trecho que nos separa con el pensamiento preciso y claro, separando una por una las costumbres, los hábitos, hasta quedarnos vacantes, sueltos, desnudos.
Lejanía distante, el amor aún en la distancia más allá de las palabras, de los sentidos, de las ideas, en el territorio oculto de tiempos escurridizos, su piel de mares infinitos acuna la fuerza de las esperanzas y agita su melodía de fuegos en las manos del arco iris.
Lejanía distante, el horizonte se acerca, allí habitan las sombras corriendo libres por la luz.
El amor cae en cataratas silentes día a día por las curvas sencillas del viento, desplazando su caudal de perfumes en el tiempo.
Lejanía distante, perecedera la fin, se acortan los caminos, los trayectos se abren en arcos imprevistos y el amor como el secreto de los siglos en receso, va dibujando su invisible rocío cósmico en los atardeceres temporales del espíritu y abraza en silencio nuestros mundos profundos y luminosos.
Lejanía distante, nos acercamos trecho a trecho, nos percibimos en los huecos del alejamiento entre auroras donde la luz se hace despacio en el camino de lo diáfano y puro.
¡Revelación! ¡La distancia no es distancia! la luz traduce incógnitas lejanías a gozos inmediatos.
Somos prisioneros de cascadas de sonrisas, tu nombre llueve en mi piel como una cadena de flores.
Sólo tú a mi lado suspendes con tu voz mis suspiros y en nuestro suave tiempo imaginario rumorean corazones de agua.
Lejanía distante, separación que en su camino de sombras, galopa raudamente en nuestra transparencia de sueño para encontrarnos y amarnos sin límites ni cadenas, sin reservas y sin obstáculos, sin esperas ni condiciones en la profundidad insondable del océano, con la claridad del
Sol en las montañas, con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Lejanía distante que sólo el amor nos une y nos lleva hacia la dicha divina del vivir amando ¡Milagro! ¡Ya estamos juntos en el mismo camino, ya sentí tu beso sobre mi alma!