Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 28 de enero de 2020

Mil horas


Desarraigada




Desarraigada,
su significado profundo y hondo
 hiere y lastima el alma,
 trastorna mi mundo interior,
confunde mis amores
en desamores.

¿Por qué me siento apartada,
alejada
del mundo que me rodea?

Soy una emigrante itinerante,
mi lar está fuera del real,
 mi imaginación me transporta
a un mundo
donde vivo dando amor,
 traspasando barreras,
cadenas,
prejuicios,
 críticas,
¿cómo no sentirme perturbada
al vivir desconectada,
descuajada
de la rama alta del ciprés
 verde y frondoso,
cima en la que creí vivir,
 levantando vuelos cortos
 y veloces
para regresar
al lugar que creí era amada?

La vida tiende sus redes
y en un instante
me siento dañada
pero, ¡ya no más!
No pueden arrancarme de la luz
que me conduce a un orbe nuevo
y maravilloso,
desprendiéndome de lo que el amor
 me hace escribir,
inundar páginas en blanco
 que me buscan desesperadamente
con ansias de volcar en ellas
mis inquietudes,
 mis sentimientos,
mis deseos de escaparme
a otro lugar distante
y vacío
 donde encuentre la paz ansiada
en mis ideas locas
de estar enamorada de la vida.

Desarraigada,
 desterrada de este mundo real
para  poder irme
al mundo mágico,
puro y límpido
donde nacen mis prosas poéticas vírgenes,
 sin causas ni porqués.

Desarraigada,
 me voy,
no tengo tiempo de volver a empezar,
de regresar a ese pasado
cercano y lejano a la vez,
 debo volver al hoy,
plenamente,
entre cielos azules
 y nubes de algodón,
entre desprecios de lejanías,
mares transparentes,
 turbulentos y calmos,
entre rojizas puestas de sol
en el horizonte lejano,
donde las nubes danzan
 a su alrededor,
en silencios y vientos calmos.

Desarraigada,
 ¿por qué ocurrió?
No lo sé,
son diferencias de vida,
de sentir el amor y de ser amados,
como ídolos de mármol,
duros,
impenetrables,
rígidos
y no con el corazón abierto
para dar lo mejor de mí,
de sentir cálidos sentimientos
y brisas frescas
y limpias en mi mente.

Ya me desprendí
de todo el manto de llanto,
ahora sólo correré tras la música,
las risas,
 las bellezas del verde bosque,
 el azul del mar
y los corazones tibios y verdaderos
que se me acercan
 y me acarician
con sus miradas dulces
y palabras tiernas
 buscando en mí
 el amor que aflora
sin saber por qué.

La pesadumbre se fue lejos,
no quiero pensar en los recuerdos
que me hicieron mal,
 busco la luz,
 quiero sentirme envuelta
en ese capullo que me protege
entre palabras de amor
 en mi ser entero
y que la alegría me invada entera,
 no sintiéndome desolada
y triste,
 si no plena de amor
para dar a raudales
por el mundo que me rodea
y lo quiere recibir.

Susurros Del Alma




Susurros del alma,
están en mí,
como una lluvia de suavidades indefensas,
íntimas
que claman por sacarme
de mi rutina diaria y solitaria
para arrastrar mi sed de verme
en el silencio de tus miradas grises.

Susurros del alma,
calmos, cálidos, íntimos
 que como una brizna viva
me acercan a tu lejano letargo de cariño
para nacer en tus atardeceres
bajo el canto de tus besos
en la danza de tus brazos
en el ritmo de tu anhelo en flor.

Susurros del alma,
 encienden la leña
de tu cuerpo de mármol perfumado
para recibirme
entre las lenguas encendidas de tus manos,
pero son sólo sueños,
son pasados tibios
porque son futuros limpios.

Pienso en tus brazos de estatua,
esculpidos por la pasión fresca
de mis formas tuyas.
Susurros del alma,
murmullos sutiles, dedicados,
 que llegan de improviso,
 rumoreando frases de amor
 entre jacarandaes madurados en la distancia.

Los siento llegar como mariposas
al vuelo de fuego y de tormenta 
en mi alma juglaresca,
 en mi mente de fantoche apabullada
y me arrullan en mis horas muertas
 esperándolos donde busco
tu figura desdibujada y deslineada.

Susurros del alma,
los quiero junto a mí,
sintiendo las caricias
 no  como un viento indiferente,
sí con besos ardientes y apasionados,
jugueteando en mi carne muda de cariño.

Susurros del alma,
 los siento aflorar en todo mi ser,
esperándolos expectante en mi silencio
colmado de ti,
como un juego puro, sencillo.
A veces se me olvida
que vivo de milagro el amor fabuloso
que me inunda ingrávido sobre tu recuerdo
con corazón de magia
sintiendo la ilusión de que nada nos cuesta nada.

Que el hecho más simple,
el primero y el último del mundo
 fue querernos.
Susurros del alma,
viven en mí como luces extrañas
que buscan el amor,
ese, el anhelado, el verdadero,
el que busco torpemente
con una cálida fuerza extrañada.

Los espero tropezando con el cielo,
entre papeles que esperan
mi prosa de amor inspiradas por ti,
 mi amado amante.
Susurros del alma,
los abrazo tiernamente,
se acercan con gracia,
con un querer ansiado,
traen un sueño, un sueño único
que siento todo trémulo
por haberlos esperado siempre.

Susurros del alma,
entre tibias memorias, sin contornos,
entre lirios y verdes valles,
 tientan mi recuerdo y mi albedrío
haciendo nacer en mi suelo
hasta tu frente
una hiedra de amor enternecida.


Desencuentros Casuales


 
Desencuentros casuales,
 el destino nos llevó a encontrarnos
y unirnos con intenso amor
pero luego, poco a poco,
 nos fuimos separando.
¿Cuál fue el motivo?
¿Dime un por qué?

Desencuentros fríos y duros
que alejaron el amor,
aquel que era ritmo en una canción,
voz en sentimientos,
sin que interviniera
el pensamiento y la razón.

Están muy cerca los signos
que a veces ignoramos,
 la suerte, los imprevistos
que nos dejan entrever
el desencuentro inesperado.

¿Por qué el alejamiento?
el darse en el ir coloca al ser
 en un ser desprendido, ligero
y sin raíces pero su corazón
vibra y palpita al sentir
que a su lado no está el amor
que hasta ese momento
vivía junto a él.
Eres una luz que se va de mi vida.

¿Será para siempre?
¿O por un desencuentro casual?
En infinitos árboles del mundo,
cada hoja vence al follaje anónimo
por un imperceptible modo
de no ser otra.

Desencuentros casuales,
 como náufragos tristísimos
en el alba de aquel callar
en donde se abolía lo que no era,
nosotros en nosotros,
quedamos solos,
prendidos a los restos del silencio,
tú y yo, los escapados por mirar.

Desencuentros casuales,
¡dejen de existir!
¡tarden en aparecer, grita mi alma!
¡Tardar nos grita el ser entero!
Nuestro anhelo es estar juntos,
 rechazando el separarnos
por tan siquiera un instante.

Y los dos semidespiertos
en la porfiada penumbra,
nos preguntamos la causa
del no estar unidos, inmóviles, quietos
 en la alta noche
 queriendo saber los porqué
de este desencuentro casual
y con un ansia loca de soñar
con el afán de tardarnos en vivir alejados.

Desencuentros casuales,
en lenguaje de dolor el alma sufre
y con luctuosos llantos
 se anegan las heridas de la separación.
La noche solitaria,
serenamente triste,
su manto de tinieblas
de misterio viste.

Después compilaré mis versos,
mis prosas poéticas
para entregártelos a ti
cuando te encuentre otra vez
y el amor nos reúna
llevándote todas mis desilusiones,
volando como insectos de luz en canciones.

Desencuentros casuales,
que sólo sean vuelo de un día,
que nos rocen sin tocarnos,
que apenas desaparezcan
de nuestras vidas.

¡Cuánta esperanza anida en mi corazón
 irradiando luces en las sombras
que aún nos circundan
siguiendo un ideal
 todavía no alcanzado!