Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 29 de julio de 2018

El amor en la oscuridad


Cenizas De Amor


Cenizas de amor,
 ¿qué guardó mi corazón,
palpitante y crujiente
del intenso amor que por ti sentí?

Se siente tu ausencia,
no te he olvidado,
aún te sigo amando
 entre las cenizas de amor
que me envuelven,
te siento dentro de mí
y en las sombras nocturnas del éter,
en la inmensidad,
aún bajo la luna triste y taciturna,
vago en pálida soledad
como vagabunda del cielo y la tierra
con la perenne inquietud
 de encontrarte y encerrarme
en tus cálidos brazos.

Cenizas de amor,
 he pasado por la senda estrecha
de los grandes zarzales de la vida,
desgarrando mis blancas vestiduras
entre dolores y penas.

Sentí tu desdén y tu abandono,
 tu olvido
 y yo como perdida en mí,
no dejé ni un instante
de sentirme tuya, siempre tuya.

¡Qué dolor, es como arrancar la luz del alma!
Cenizas de amor,
 sólo quedan resquicios
de un fuego apagado,
 te fuiste de mi lado para siempre
y sigues en lo hondo de mi sangre
y yo como escudo
que resguarda mi pecho
 te enlazo en las venas abiertas de mi sangre.

La muerte tiene silencio
y olvido piadoso,
 la traición, la mentira,
se hace ortiga sobre el corazón despierto
y algo de mi luz
en el polvo se ha perdido.

Cenizas de amor,
 tantas noches con sueños desvelados
entre sombríos y tristes pensamientos,
con llantos, quejidos y penas
de dolor acrecentadas.
Cenizas de amor,
 el pecho malherido sufre
y el luto cierra todas mis ventanas.

¿Hasta cuándo esta pena inundará mi alma?
No quiero más el llanto
en la noche pegado a mi piel
como tul de agua,
no quiero más tristezas oscuras
frente a las tinieblas.

Quiero gritar mi dolor
 fuertemente en el aire
 para despertar limpia y serena
en mi nueva aurora única y calma.
Cenizas de amor,
que caigan en un valle de nieblas
para no sentirlas más
en mi triste sangre,
para poder recorrer el océano
de verdes amapolas angustiadas.

Sufre mi alma estremecida
por no tenerte,
quiero alcanzar y gozar
de la paz anhelada
como fanal de luz
para que se agote mi devorante sed
de no sentirme amada por ti.

Cenizas de amor,
necesito hundirme en el mar
tras los corales liberadores del tedio
y salir airosa, pura, limpia y casta,
llegando a aquellos lugares
 donde jamás cruzan
 las crueles aves del tiempo
y sentir mi cuerpo y mi espíritu liberados,
llevándome a un mundo nuevo.

Quiero ahora seguir la travesía
de las nubes entre redes de hojas perfumadas
 y entre brazos del mar que asaltan,
impacientes
 la serena dulzura de una espera
que hace cantar el alma toda.

Un Nuevo Amanecer


Un nuevo amanecer
para el amor.
Quererte
como las amapolas al viento,
quererte
en un compás de espera incierto,
como letras de poesías
 nacidas desde mi alma.

Existe un nuevo amanecer
donde no hay lugar
para el dolor ni la mentira,
donde la armonía
se estremece con mi sentir,
donde cada momento
es una caricia.

Acércate
en este nuevo amanecer
y sentirás la paz en mi alma,
se ha iluminado mi día
con una nueva ilusión,
con mi corazón dispuesto
y libre
de temores
para volver a amar.

Mi vida
con una agitación creciente,
un festivo clamoreo de relumbres,
de fulgores,
proclama
que está queriendo otra vez,
no era aquella paz
 la última
y estoy alegremente vibrando
ante una nueva pasión,
 más perfecta,
más verdadera,
más plena.

Un nuevo amanecer
está inundando mi vida,
con colores sin fin,
con claridades repiqueteantes,
arrebatadoras,
encendidas.

El amor
es el amanecer
en la libertad del ser.
Cuando los ojos del amor
atraviesan la luna,
 los ojos de los sueños
 alcanzan el horizonte
en un nuevo amanecer
y en mi regazo algo nuevo,
más pensado,
más hermoso,
se proyecta
 hasta lo hondo de mi alma.

Un nuevo amanecer,
 ¡qué delicia tocar la hierba fresca
 en un bello amanecer otoñal!
y hasta detrás de la luz,
veladamente
secretos aguardan
por si los quiero
escuadrones de luceros.

La luz del amanecer
abre la ventana de mis sueños
y mi poesía canta alegre,
 baila con frenesí
 y con sus ágiles
y armoniosos pasos
que adentran dentro de mí
para despacito,
sin apuro,
legar a las hojas vírgenes
 que las esperaban ansiosas
para dibujarlas
con arabescos
como centellas.

La luz del amanecer nuevo
 espera al amor verdadero,
al sentido
desde lo hondo
¡qué bella sensación
riendo las dos luces unidas!.

Abro los ojos
en este nuevo amanecer
y contemplo junto a ti,
tiernamente abrazados
y unidos
el nuevo Sol
de un nuevo nacer.

Te miro,
te pienso,
te amo
y al abrir los ojos
sonrío
 a mi despertar,
 cual rocío
despierta con la sutil mirada del sol.

¡Qué gozo intenso
y resplandeciente
es este nuevo amanecer
 a tu lado!.
El amor,
igual,
igual,
 de tanto ardor
se va en sosiego.

Agobiante


Agobiante,
azotada por fuerzas temibles,
me siento zarandeada
como marioneta al viento,
me empujan,
me arrastran,
me hacen temblar,
 me inclino
 hacia la madre tierra
buscando refugio
y la invisibilidad.

Agobiante,
 ¿por qué los signos maléficos,
 las sombras oscuras,
 las envidias inevitables,
no me abandonan
 y me hacen dudar
de mis actos,
los que creo venturosos,
dignos,
necesarios?

Agobiante,
mi vida serena
dejó de serlo,
me acosan sucesos siniestros
que mi alma rechaza,
 se cierra
como pétalos de la flor
que no alcanzó a ser fruto.

¿Dónde está la humildad,
 la solidaridad,
 la ayuda mutua,
 tan necesarias
para crecer
y amar hasta el infinito?

Agobiante,
es vivir entre errores,
 sin culpas,
en equívocas ideas,
entre heridas
que como saetas finitas
con espinas de rosas
 se clavan,
 hundiéndose en mi alma
 y dejándome exhausta,
triste,
solitaria,
sin mí misma,
vacío el espacio de mi mundo interior
pero siempre,
 defendiendo su verdad clara
y pura,
plena de amor
aún sangrante.

Agobiante,
quiero volver al mundo
de las sonrisas
que se despiertan cada día
al clarear el alba,
al mundo mágico de las almas puras
y plenas de amor
que me rodeen
y giren en vueltas eternas,
 los Ángeles áureos
protegiéndome del mal,
 la traición,
la mentira.

¡Bendita es la vida con amor,
existencia prodigiosa
sin recuerdos dolorosos,
sin memorias sufrientes!

¡Vivir de frente
hacia ese dónde
que nos conduce a la paz de alma,
 queriéndolo,
 buscándolo!

Agobiante,
necesito estar acompañada
por las ansias de ese inmenso querer
de estar conmigo,
riendo,
 danzando,
cantando
en cada segundo
de mi vida.

Ir hacia el paraíso
de los tiempos del alma
 y renacer
 las palabras de amor escondidas
en la memoria de tiempos ya idos,
 frases,
poemas,
 sílabas entrelazadas
que corren hacia el papel
que las espera dormido
en una somnolencia de luces apagadas
 que comienza a vibrar
al recibirlas ansioso
y expectante.

Mi cielo se está
 volviendo nítido,
todo alado de olvido,
 lleno de esperanzas en vuelo,
ahora comienzo a vivir
el Hoy,
 conmigo misma.

¡Qué dicha vivir en la dicha,
plena,
del estar sin vagar
y sin rumbo,
sólo vivir en gozosos instantes
que nunca serán iguales!

¡Toda la vida es única!
 vivámosla en los días
y horas
en que fuimos felices,
lejos del agobiante dolor
 que pudo rozarnos.