Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


viernes, 26 de octubre de 2012

Suspiros en silencio



Suspiros que surgen en el silencio desde lo hondo del alma, parecen clamores de murmullos elevándose al viento.
Surgen poemas, frases, ideas, profusos versos con suspiros entrecortados que desgranan mi amor hacia ti.
Yo intento siquiera emitir en silencio la historia en mares sin calma, me despego tan solo en suspiros al viento aunque en esos suspiros se vaya mi alma.
Me detengo un instante en este verso y entro a través del cauce de mis palabras hacia el suspiro oculto en el silencio.
Dibujo tu paisaje al compás de un poema, en él te acaricio y manifiesto, una vez más que el dolor de quererte es el fuego que me quema, sin embargo, te quiero sin querer renunciar.
Ya no tengo lenguaje para escribir poemas, sólo me queda el suspirar en silencio, en él he tratado de esconder el secreto pues grande es el reto por no saber donde estás.
Los suspiros en silencio se extinguen como acontece siempre en cada paso al andar.
En mi amor te distingues porque eres poesía y aunque ya no te encuentre en mis versos estarás y mis suspiros en silencio volarán hacia ti.
Suspiros en silencio, van despacio, leves, como soplos alternos se entregan a ti, al ritmo de tu vivir soñando.
Veo la estrofa de que está hecho tu sueño, la tienes en tu alma tendida esperando, los besos que ya son tuyos son el misterio en el alto silencio de la noche, ya que un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo y en él el tuyo siento.
Tú dormido, yo en vela, hacíamos lo mismo, no había que buscar tu sueño, ya que era mi sueño, mis suspiros eran tuyos.
Suspiros en silencio, entrecortados, diáfanos, van hacia el aire entre murmullos de amor, respirando en tus caricias y despertando entre tus recuerdos.
Mi corazón palpita y vibra entre mis suspiros, en silencio y mi alma se va con ellos añorando tu ausencia.
Mis suspiros son de puro amor por ti.
Si los cielos iluminan trasluces de paraíso, islas de color de edén, es que en las horas sin luz, sin suelo, hemos anhelado el estar juntos los dos, sin palabras, dejando como una gran estela de luz, el amor detrás cuando cruza por la noche eterna del mundo.
Suspiros en silencio, me los ha llevado el viento en la dulzura del alba y buscándonos a tientas con las bocas que el vacío besaba en prodigioso pacto nos encontramos siempre.

Inquietud



Inquietud porque el temor, la duda me acechan, de que mis poemas de mi mundo mágico desaparezcan insólitamente sin saber por qué.
Ellos emergen en un momento perfecto como el principio de mi vida, en tropeles avanzan, se entrecruzan, se deshilvanan, caen al vacío del papel en blanco con su destino: que lleguen a tus manos.
Inquietud, mis lágrimas errantes entre mis versos peregrinos que abren la puerta del amor entre la afanosa y perdurable angustia que como ala es canción y me estremece el alma al temer ser herida y lastimada.
Inquietud, por tus desdenes, la guardo clavada en mi espíritu como cruel espina perfumada, amante de la rosa.
La guardo cual amado tesoro, en mis desvelos cuando para mis líricos consuelos irradian desde lejos mis versos, tu alborada para llenar de palabras de amor, tu memoria.
Inquietud de amar que con versos y cantos será notoria por hacerlas nosotros la sublimación de nuestros anhelos.
No importa que se alargue nuestra espera, sin prisas viviremos en la gloria.
Inquietud fugaz y pasajera, quiero mirarte cara a cara, viéndonos en lo que somos, brotando desde las dichas cumplidas ayer, la dicha futura llamándonos y otra vez la vida se siente como un sueño trémulo entre pimpollos florecidos de alelíes, campanillas azules, rosas, amapolas, enredaderas de vida de un existir pleno.
Siente vibrar el amor dentro de mí, ¿Dónde se habrá guardado la estrella mía, mi cristal ambarino de centelleante color?
Inquietud de que tú, amor, no existas en mi vida y esta ternura que ciñe mis hombros, que entolda el oro de mi corazón me colme de pena.
¿Adónde buscaré el agua si sólo conozco el eco de la fuente?
La noche me niega su torso de aurora y voy extrañada, perdida, anonadada al mundo en que tú estás trocando el aire azul en búsqueda por el cielo donde estás tú, mi amado.
No queda mucho tiempo, todo cambia.
¿No sientes inmensas huestes de besos, de resistencias, de porvenir en las manos, de arrebatos y de calmas?
Inquietud de que perdamos el segundo fugaz de encontrarnos, porque allí, detrás de los besos, de las miradas, del gozo sin forma, están y seguros, nuestros mutuos sentimientos esperados, esperando, defendiendo en penumbra lo felizmente encontrado.

Compréndeme



Compréndeme, tú, el esquivo, el que hace piruetas danzarinas en el aire, soy en tu existir ya una nada ya que dentro de mi corazón surgen las palabras tan plenas de significado que desaparecen sin ser comprendidas porque es muy difícil recibir un poema con letras de néctar y miel y construir el amor con la mente.
Compréndeme, soy una mujer poeta que necesita ser amada, no me juzgues y sólo trata de escucharme porque si hoy muero dentro de mis letras, me voy con ellas.
Estoy pasando por un diferente sendero sin estar junto a ti, pero si me amas y estás a mi lado mis poemas tendrán dueño.
Seguiré escribiendo para ti porque te tengo encerrado dentro de mi mente.
Compréndeme,  la tristeza de que tú te alejaste es como una agonía del no existir y no quiero hacerte daño diciéndote ¡vete ya de mi vida! o trata como el aire con su brisa nueva sentirme en mi tonada de vida.
Compréndeme, con el tiempo no me olvidarás, tócame… yo soy la zarza que en tiempos de lluvia, quema, llámame…
Al escuchar tu voz mi alma reconocerás vencida en esta guerra, mírame.
Eres tú mi agua quieta, la turbulencia, calma y tempestad que al mismo tiempo me doblega, fórjame.
Compréndeme, siente en las palmas de tus manos, en los labios, mi cálida huella aún del tibio abrazo en el que dejamos de ser uno en dos.
Estamos al otro lado de los sueños que soñamos, a ese lado que se llama la vida que se cumplió.
Y ahora, de tanto haber realizado nuestro soñar, nuestro sueño está en dos cuerpos.
Compréndeme, la vida, si estamos juntos se siente como un sueño trémulo recién nacido.
Compréndeme, mi silencio torvo y gris, nace de sentir que estamos separados por rejas punzantes y dagas afiladas y por el viento, ahogándonos de luz el anverso de nuestro cielo.
Respóndeme a la armonía absorta que hallarás en mi alma antes de que el sol caiga, ayudándome a sobrevivir sin tu mirada encantada, ésa la que alivia mi espíritu cuando se aleja de ti.
Enséñame a escribir entre penumbras de amor al recorrer los misterios respirados juntos en quebradas y curvas.
Compréndeme,  mi fragilidad de mujer que como cristal suave se quebranta en ritmos al escuchar los latidos de la luna, cuando el viento se calma y solo se escucha mi voz, rogando que el deseo de tenerte, de acariciarte para ir de prisa en momentos de segundos a enredarme con el calor de tu luz en la aurora, en el fuego, en el verso. 

Rescataste mi vida