Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 14 de marzo de 2020

Como decirte que te amo


Sutilmente misteriosa


Te amo en un sueño sutil
y misterioso,
de mujer mirando al infinito.

De halcón cortando las distancias
en un filo emplumado,
de flores que al abrirse
anuncian la primavera,
de deshielo que devuelve
el torrente al arroyo,
de viento febril
que barre el polvo del olvido.

Sutilmente misteriosa,
que desaparece tras un telón de eternidad
entre figuras de nubes y destellos de sol,
ámame como la espuma a la ola y al mar.

Misterios del alma,
¿Adonde nos conducen?
¿ A músicas de cielos?.
¿O alegrías eternas sin dolor ni luchas?
Sutilmente misteriosa,
insinuantemente virgen pura y casta,
lleva su espíritu adonde florece
la candida armonía,
escondiendo su corazón
lejos de voces de tristeza,
buscando amparos sin confines ni tejados.

Sutilmente misteriosa,
tras de mi dejo estelas de hilos de tules
y gasas envolventes
para cubrir mis espacios
y desaparecer entre la nada de los sueños.

Tan convencida estoy
que me esconderé esperando el amor,
tras la luz,
la lluvia,
el cielo,
formas de esquivar
el vago encuentro entre tu y yo
hasta que el amor nos golpee fuerte
como mancha florida del azar.

Sutilmente misteriosa,
abro mi ventana al poniente
y me pierdo en el cielo del amor
y me hundo en el esplendor
de las sombras de la noche,
envolviendo mi cuerpo y mi espíritu
en el amor que me hará vivir en este mundo
una vida sin límites.

Soy Sutilmente misteriosa,
soy como una hoja reposando,
de loto,
sobre el agua o como ave nocturna
que contempla la luna en la noche,
esperando a ti mi calido amante
que me encuentre.

Sutilmente misteriosa,
en secreto,
te espero,
preparándome para recibirte
entre mis calidos brazos
esperándote entre besos,
gozos y miradas,
no cerrare nunca las manos
¿no me sientes amor sobre el mundo
eternamente errante?,
buscándote entre vendavales,
brisas o suspiros.

Despacito


Despacito,
así se vive y se aprende,
se crece con ansias de amar.

Despacito,
enamorarnos de una nube,
sembrar en el desierto,
acostarse en la verde pradera,
sonriendo siempre.

Muy despacio,
mirando en el vacío,
alumbrándonos con miles de luciérnagas
que revolotean a nuestro alrededor,
despertando el don del amor.

¡Sí!, ¡sí!,
nuestras almas despacio
se acercan una a la otra,
como cisnes en un lago místico
y escuchamos el trinar de los zorzales
que nos susurran su canto
a nuestros corazones.

Despacito,
sin prisas,
ni ansias,
vivir el Hoy,
amándonos por toda la eternidad
hasta que la muerte nos llame,
mirándonos intensamente
en amaneceres esplendorosos.

¡Un cielo!,
¡un cielo!,
para nosotros cobijarnos,
despacito,
escribiendo los poemas de amor juntos,
encendiendo la llama de suspiros
y creando un paraíso de dos.

Despacito tú y yo,
pareja que inventa nuestros sueños,
vivamos sin extravíos
ni extrañezas cada segundo del existir.

Despacito,
vamos juntos a la luz de dos,
entre recuerdos y promesas
enlazados por tenues hilos de plata
en procelosas auroras,
lumbres cenitales
y crepúsculos anunciados.

Despacito,
vivamos para esperar
el retorno por el aire
, el agua, el canto,
sin dolor ni pesares,
amándonos e imprimiendo
marcas sobre el mundo
en la forma exacta
de nuestras huellas.

Muy despacio,
quietecitos,
en silencio,
escuchemos el oleaje del mar,
el silbar del viento,
la lluvia repiqueteando
en nuestro lecho de amor
sin que nuestros besos
se queden a medio
sin saber volar.

Despacito,
encontrándonos allí,
entre besos y llantos de felicidad,
nos hallamos con las manos,
buscándonos a tientas,
con los ojos mirándonos a hurtadillas,
con las bocas besándonos
entre choques de caricias y abrazos,
victoria gozosa,
de los dos en un prodigioso pacto
de mi ser en tu ser.

Sabes que te necesito


Sabes que te necesito,
a ti,
amor de mi vida,
que junto con mi poesía
creas mis atributos,
atmósferas radiantes,
emociones dulces
como mieles.

El verso surge de mi alma
donde tú te anclaste
con golpeteos silábicos,
trasmitiéndome la capacidad
de crear imágenes naturales,
nuevas,
creíbles para que te lleguen
y me ames más.

Sabes que te necesito,
para crear el poema
con sentido estético,
movimiento y forma,
tú,
mi tumen,
mi fuente de inspiración,
el que le da sonoridad a mis versos,
plenitud y luminosidad
armoniosa plena de luz.

Sabes que te necesito,
a mi lado,
junto a mí,
eres mi fuente arqueada por el viento
que traen tus palabras,
eres el fulgor de la altura
que resurge
cuando se apartan las nubes
como alas mágicas.

Me das ternura
llevándome a que admire
los cielos estrellados.

Sabes que te necesito,
me cubres como hiedra,
me envuelves con tus brazos.
¡Acércate más!
¡cúbreme de caricias!.

Sabes que te necesito,
te lo dicen mis estrofas,
línea tras línea,
que mi amor se desborda
y al evocarte
te necesito más cada día
y la pasión se desborda
al fuego original que nos lleva
a las llamas de la vida.

Sabes que te necesito,
porque poesía y amor
son una unidad indisoluble,
un medio de revelación,
las dos caras de una misma realidad.

Quiero estar contigo
en edenes ciertos,
en horizontes cercanos,
en crepúsculos constantes e inmóviles,
en arreboles de mil colores.

Sabes que te necesito
para que mis ojos
alcancen el firmamento
y que de mis manos
florezcan poemas
y de mis palmas
nazcan áureas frases.

Te necesito para deleitarme
con esa melodía,
la nuestra,
la que revela nuestro amor eterno
en sus acordes melodiosos,
preludios cercanos
de besos buscados.