Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 18 de agosto de 2018

Los días del fénix


Arrepentida


Arrepentida estoy
en haber creído en ti,
te creí parte de mi vida.
El amor se deshojó
como margarita silvestre del campo,
tú no me amabas y lo siento por ti.

Y no mas nombres ya,
no mas maneras de estar juntos,
te quiero lejos,
muy lejos,
me has herido,
me has causado penas
y un manto de lluvia de lagrimas
saladas inundó todo mi cuerpo.

Arrepentida por haberte amado
y creído que éramos dos
los que juntos se amaban.

Sólo quedo el cielo seco,
la tierra seca
con chopos de estío y yo errante,
torpe y angustiada
al saber que disimulabas tu verdad
por la ilusión sencilla de la vida juntos.

Arrepentida estoy,
no mirare tu rostro en los espejos del rio
cantando no podre descansar junto a ti
sobre el perfume suave de la rosa,
ni buscaremos la sombra verde
de los enternecidos álamos.

Creceré otra vez libre
en las ramas perfumadas de las glicinas
y en mi pecho vibraran
junto a otro amor verdadero
las trompetas radiantes del agua.

Y así me sentiré
como serena estatua de miel
y bronce protegida,
amparada,
defendida del mal y la envidia
que pueda acercarse.

Arrepentida por no haberme dado cuenta
de tus semiverdades de tus devaneos ciertos,
de tus enigmas sin sentidos.
Maduraré como fruto mágico,
mi sensibilidad a flor de piel
entre nuevas caricias y besos esperados,
renaceré otra vez y correré el número exacto
de ágiles saltos hacia la música
de las ondas en marcha,
bailando con la total intensidad
de mi cuerpo y alma.

Arrepentida pero no doblada,
ni siquiera levemente inclinada,
erecta y pura,
sin dobleces ni mentiras,
saldré elástica y aplomada
con mi ritmo de danza
llevando en la boca las mágicas flores del agua
al nuevo amor que me espera con ansias.

Y tu recuerdo se irá esfumando
ya dejare de ser esa marioneta
que tu manejabas con tus hilos
de mentiras y viles palabras,
no seré mas la arpía
del libro de cuentos perdido en la nada.

Seré nada,
seré nadie,
no seré mas para ti
me quitare todas las ligaduras
que me envolvían hacia ti
y seré libre otra vez.

Volveré a recorrer
otro camino que me lleve
aunque tarde a los silencios largos
con mi intrépido corazón
y mi alta frente
desvelada hacia lo desconocido
pero no por ello cierto.

¿Dónde estás?


¿Dónde estás amor de mi vida
que no te puedo hallar?
¿Te has escondido
entre los vergeles floridos
o en las cuevas oscuras junto al mar?
¿O en los nimbos del olvido?

Eres tan sólo un perfil,
nubes grises
bajo la tormenta oscura de palabras.

¿Dónde estás?
¡Ven a mí!
Te hubiera amado
hasta en la tristeza
o en la melancolía.

La noche te llama
y el sol busca tu rostro
donde el día toma su luz hermosa.

Te quiero junto a mí,
si no te tengo el frío,
el dolor,
nubes grises de siempre,
como un relámpago entre el sueño,
amaneces atravesando auroras.

¿Dónde estás?
Vive tu secreta existencia a mi lado,
como el deseo que nunca se extingue,
habitemos juntos
el invisible corazón de la eternidad.

¿Dónde estás?
¿Cómo llegar a ti?
Siempre llegué,
siempre fue posible estar juntos
¿por qué ahora no sucede?

¿Dónde estás?,
¿Entre la húmeda neblina
que borra toda la gala matutina?

Me entristece no estar contigo,
no tengo tus labios
y tú no sientes los míos,
¿dónde estás?
todas las frases que se quedaron
en mí para ti,
se dormirán y quedaré
vacía y sola.

La vida contigo se me ha quedado,
te hubiera amado aún a tu perfil
sólo entre nubes grises,
sin nimbos del olvido.

Con el misterio de la mirada
te busco entre relámpagos de sueños
y amaneceres solitarios.

¿Dónde estás?
Te busco en el horizonte envejecido,
en la estrella que palpita,
en aquel cielo con un sol
en el interminable laberinto de la Tierra.

¿Dónde estás?
parece que habitas
en el invisible corazón de la eternidad.

Más allá de las palabras,
de los sentidos,
de las ideas,
en el territorio oculto de tiempos
escurridizos te esperaré siempre,
tu piel de mares infinitos
acunará la fuerza de las esperanzas.

¿Dónde estás?
te siento agitando tu melodía de fuegos
en las manos del arco iris,
donde habitan las sombras
corriendo libres por la luz
y este lugar
el amor sueña libre en su soledad.

¿Dónde estás?
te espero con mi corazón puro,
recibiendo desde tu lejanía
sencillas y suaves vibraciones de amor
que caen en pequeñas cascadas silentes
cada día por las curvas sencillas del viento
desplazando su caudal
de perfumes en el tiempo.

¿Dónde estás?
no quiero sufrir amarillentas pesadillas
de que no te encuentro,
te quiero junto a mí
en los atardeceres temporales
de mi espíritu.

Yo te amo
sin límites ni tiempos.

Soy ese amor secreto


Soy ese amor secreto,
estás en mi
como una sombra
de mariposa fresca,
como una ciega luz
que me lleva al camino
para saborear la paz serena
de tu amor.

Necesito todo de ti,
soy ese amor secreto,
a oscuras,
soy un fantasma en tu vida
que siempre se desvanece con el día.

Me desarmo como una nube
deshilachada en penas.

Soy ese amor secreto,
me duele el alma,
anida el trueno
cuando tú no estás a mi lado,
cerca,
muy cerca.

Añoro en el silencio
la mojada sonrisa de tus labios
y el retirado bronce de tu cuerpo.

Mi deseo tiembla.

Soy ese amor secreto,
es tu silencio,
silencio vivo,
bullicioso de recuerdos,
de manos de papel
que se deslizaban por mi,
levemente y con ternura.

Tu piel brota entre mis dedos
antes de que la realidad
llegue a mis manos.

Realidad de no tenerte,
en las luces y en las sombras,
la rueda de mi existencia
cotidiana que se pierde
en una nada del aliento de amar.

Soy ese amor secreto
que se ahoga en tu silencio
para escuchar la imagen juguetona
de tu voz que guardo entre mis dedos
como una flor de música y cristal.

Te pido que vengas a mí,
búscame con ansias,
aún avanzando en tinieblas,
casi a ciegas.

En el sendero de mi vida triste
hubo una flor,
cuando empezaba a percibir su aroma,
se esfumó,
así vivía mi alma triste y sola,
así vivía mi amor
hasta descubrir
que todo eso borró al querer.

Soy ese amor secreto,
no eres el sol pero
iluminas mi vida.

Amor no es sentir lo que quieres
sino sentirlo sin querer.

La peor soledad
es cuando se cierra el corazón
al amor y al deseo,
si obscuras nubes invaden tu ánimo
y una lágrima empapa tu mirar
solo llámame,
allí estaré.

Soy ese amor secreto,
estoy sola,
te tengo a ti en mi mente
y te estoy conociendo
aunque me acompañe tu silencio.

Soy ese amor secreto,
aquí estoy con la desgarradora
soledad de tu recuerdo…
te siento,
estás en mi
como una luz de fuego
y tormenta.