Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 26 de abril de 2013

Raíces profundas


Oscura noche


Oscura noche, toda llena de presagios, de misterios, de confusiones con temores, sin protección ni amparos.
Envuelta en el manto azul oscuro de la noche me siento perdida, indefensa, sola sin soledades.
Oscura noche que me lleva a meditar, uniéndose mi cuerpo y mi espíritu.
La luz se marchó, hay trasluces lejanos en la tiniebla, claridades en secreto y sólo pienso en ti, buscándote entre susurros de estrella a estrella.
Oscura noche, guíame hacia él, que se ilumine las sombras en pruebas de luz, como mágico conjuro, que no pierda mi camino que me acerque al presente sin torpes barreras y mis brazos lo cerquen con ternura y amor.
Oscura noche, por río abajo, condúceme a mi amado amante para hacerle llegar mis nuevos alfabetos, mis palabras desprendidas, meciéndose en el aire.
Al escribirlas en penumbras y sombras la noche me inspira y un hálito que brota del frescor de los cielos calma mis ansias en una noche lánguida.
En secreto nadie me veía, ni yo en derredor, sin otra luz ni guía si no simplemente la que en el corazón ardía.
¡Oh, oscura noche que me guiaste! ¡Oh, oscura noche, amable más que la alborada! ¡Oh, oscura noche que juntaste amada con amado, amada en el amor, transformada en un lecho de azucenas que se había olvidado!
De las largas dulzuras del minuto: doy tiempo al tiempo y en la oscura noche a la orilla del río y de su calma quieta contemplo la visión de lo que está adelante: el infinito horizonte donde la sombra de la niebla se hizo más densa.
Oscura noche, no distinguían los ojos el cielo de la tierra y los relámpagos brillaban a lo lejos en un viaje nocturno cuajado de luces.
Oscura noche que acoge nuestro amor y nos hallamos con las manos, buscándonos a tientas, con los gritos clamando, con las bocas que el vació besaban y sin rozarnos en la negrura negra del espacio que nos rodeaba, sólo el amor se percibía a través del contacto del aire que nos unía.
Oscura noche, llévame hacia el que busco y deseo encontrar, viviendo hacia ese dónde, queriéndole, por doquier. 

Juego de palabras


Juego de palabras, arremolinadas, colmadas de gracias, entremezcladas de ensueños, mi mente las atesora.
Sus sonidos cristalinos y sus policromas luces se enhebran una a una formando cadenas de frases, versos hilvanados con agujas de cristal.
De dos a tres, a la nada, juegan en mi mundo interior que se abre como una ventana al mar, llevándome al mundo de la felicidad.
Juego de palabras, surgen sin saber por qué. a veces de a una, otras veces apiñadas como semillas en un granero y de a poco las desgrano buscando un sentido al orden en que deben volcarse en  el papel.
Palabras insólitas aparecen sin saber por qué, como una urgente necesidad de lanzarse desde lo hondo al papel en blanco que las está esperando con ansiedad y anhelo.
¿Ahora, cuál vendrá? ¿La que inspira amor? ¿La que hace susurrar? ¿La que nos lleva a recuerdo lejanos?
¡Ay!, las páginas en blanco tiemblan de emoción al sentirlas llegar, suavemente, sin prisa, llenas de pasión.
Juego de palabras, las busco, a veces están durmiendo en praderas de papel, sobre la grama desnuda de las letras de los libros ya leídos que giran en círculos con movimientos lentos en mi mente que las siente saltar, jugar, en movimientos leves de armonía y misterio.
Juego de palabras, que construyen lo inmenso que está escondido, sin exigir promesas, sólo revolotear volando hasta llegar al lugar deseado: las hojas y plumas que las esperan para crear guiones de vida, versos o monosílabos.
Juego de palabras, en volandas se alzan, se yerguen en equilibrios estremecidos, en escenarios por ellas creados donde todo lo mágico, misterioso, velado, donde el juego en puro silencio y expresión de júbilo, de alegría, se entremezclan en frases breves que se agolpan en mi mente estremecidas.
Juego de palabras, sin esta maravilla que surge sin querer, ni pedir, la felicidad me inunda. ¡Cuán bellas son las palabras al verlas jugar con el viento! ¡Qué llenas de sentido y poesía!
Palabras que traen un canto en danzas y sonetos porque nacieron en la rítmica palpitación del Universo.
Juego de palabras, nacen del canto profundo, de la inocencia,  creando los poemas de amor esperados con luces reveladoras de un mundo interior puro y diáfano.
Intactas y puras, gozan la virginal delicia de no haber sido vistas por ningún mirar hasta que llegan como por descuido a las hojas que las esperaban con afán para enamorar y ser amadas.

Pájaros del sueño


Pájaros del sueño, soy feliz en un trino tembloroso de pájaro que me lleva sin desamparos ni subterfugios a mis sueños de un mundo no perdido, pleno de cantos y aleluyas.
Pájaros del sueño, su trinar hace vibrar mi alma, su vuelo ingrávido revolotea en el aire alegre, osado, haciendo renacer la vida, clamando amor, amor a manos llenas y temblando de emoción a alas tendidas, reclamando un sitio para reposar y anidar; amor de ojos, de bocas, de manos, de alas y de vuelos.
Pájaros del sueño que me hacen enfrentar el amor y la esperanza, la luz en la oscuridad, las promesas y la realidad, la naturaleza y la vida.
Trinos en somnolencias de despertares como sonajeros de cristal colgados por doquier o campanas vibrantes que sonaban sin parar.
Pájaros del sueño, cometas de todos los colores, golondrinas azules que hacen pensar en nuestro amor, gorriones volando llevando nuestras buenas nuevas a lugares recónditos y gaviotas flotando en el plácido regazo de las aguas celestes anunciando el amor esperado.
Pájaros del sueño, soy feliz con ellos, en el aire dejándome en los brazos de mi amado, volar donde ellos vuelen, a sus rumbos, sin claves, sin signos, sin titubeos, mejores que mis pasos.
Pájaros del sueño, no me abandonan, inundan mi vida toda, me ciñen, me arrebatan, sin sentir casi, ni un roce, ni un toque, ni una pluma fina, delicada que bese mis manos, pero el aire diáfano lleva a mi alma a horizontes lejanos donde tú y yo nos encontramos.
Pájaros del sueño, colman todo el aire, son cantos y trinos que llevan a ensoñaciones felices y susurran en el espacio lo lentamente esperado, porque aún están humeantes los sueños prometidos.
Pájaros del sueño, en mis manos los acuno y no las cierro porque tanto tiempo han estado a mi lado que a otros mundo me llevan.
Sus alas me envuelven sin cesar llevándome a ti, amor en suelos que con infinita paciencia yo te busco en susurros ondulantes para acariciarte entre sonidos y silencios.