Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 14 de septiembre de 2013

Ardientes ensueños

Ardientes ensueños,
entre deseos y ternuras,
juntos en el alma y el cuerpo,
nosotros nos amamos
 bajo la tormenta oscura
de palabras no dichas,
en el misterio de la mirada,
 hasta la ira o la melancolía,
 nos unimos en un nocturno abandono.
Ardientes ensueños,
como dos relámpagos
entre el sueño,
 amanecemos atravesando auroras,
llegando al horizonte azul
donde todo se olvida.
Vivimos tú y yo
una secreta existencia
donde el deseo nunca se extingue.
Ardientes ensueños,
donde el amor impera,
rumorea una bandera de rosas,
suspendiendo mi voz
entre suspiros entrecortados,
dulces, leves y profundos.
La transparencia de tus sueños,
galopa en mi camino de sombras
y me haces prisionera
de tus sonrisas y besos.
Tu nombre llueve en mi piel
como una cadena de flores
y en tu suave tiempo imaginario
 soy tuya hasta la muerte.
Ardientes ensueños,
palpitares únicos, sin límites,
 iluminados por el Amor,
salvándonos
de la mediocridad y del tedio.
Nos amamos en nuestros ensueños,
sin prejuicios ni condiciones,
sin esperas ni reservas,
sin egoísmos ni sombras,
sin cadenas ni sumisiones.
Ardientes ensueños
que nos conducen
a la profundidad del océano
con la claridad del Sol en las montañas,
con la fuerza suprema de vientos huracanados.
Ardientes ensueños
que nos llevan a amarnos
con la blanca llama
de nuestras almas despiertas,
con la alegría de cielos infinitos,
peregrinando juntos
hacia la dicha divina e inmortal.
Te siento cerca de mí,
tu canto me atrae hacia ti,
más no sé de donde,
eres algo que vive
 más allá de sí mismo,
 mis ardientes ensueños
 te envuelven, te acarician
y aunque siempre eres nube
 y horizonte lejano,
sientes mis besos sobre tu alma.
Mi camino
está sembrado con tu nombre,
mi espíritu solitario
 te sueña en todas las cosas,
mi espíritu te busca tras toda emoción.
Ardientes ensueños
que abren las puertas de mi vida,
que me hacen escribir
 imaginando libre
de confusiones y miedos,
 estrofas, versos
que vienen hacia mí
sintiendo renacer en mi mente y alma
amores ya vividos o por vivir.
Con lazos eternos nos hemos unidos,
me arrojo en tus brazos,
en tu alma me imprimo,
te infundo en mi ser.
¡Las almas que se aman
no tienen olvido,
no tienen ausencia,
no tienen adiós!
Ardientes ensueños,
palpitan sus aromas,
tiemblan las brisas,
los besos cantan como chispas
que lanzan astros y flores
en vagas notas
que el arpa lanza
como un gran himno

de esperanzas y ansias.

Palabras al viento

Palabras al viento,
se fueron tras la cálida brisa,
dejando en su eco,
susurros en mi alma.
Palabras al viento,
se llevan mis monosílabos,
mis frases, mis palabras quedas,
mis versos de amor,
 ¿a dónde llegan?
¿qué buscan?
Se maduran los mundos a su llegada,
nada se puede ver ni tocar,
sólo están arremolinadas,
sueltas, desmadejadas,
deshilachadas, destejidas,
pero aún frente a todo,
son Amor, Amor único
que recorre el orbe,
dejando estelas
y perdurando en corazones
puros y embelesados.
¡Santas palabras!
Bajan por los tiempos milenarios,
necesitadas por almas
como tenues alas
viniendo del ayer hasta el hoy
 y yendo al mañana.
¿De qué lejos, misterioso su vuelo arranca,
nortes y sures, orientes, horizontes sin fin?.
Palabras al viento,
como innúmeras sombras calladas
llegan a ti, mi amor,
cada día más sentidas,
cada día trasmitiéndote más
 mi todo entero,
nunca desaparecen
ni se escapan.
Y entre temblores de risas,
como voz de vigía gritando
 ¡Tierra!
llegan una a una
a acariciar tus labios,
tu rostro, tu cuerpo
que siento ya mío.
Palabras al viento,
 todas en un sol tras otro
se vuelven claras, soñando,
cantan delante, detrás de ti,
ofreciéndose sin guardarse nada,
onda tras onda,
 rompiéndose en mil,
cien sílabas en tus brazos.
Palabras al viento,
se esfumaron de mi vida
como la niebla al amanecer,
para llegar a ti, mi amado amante,
así es su destino y
¡qué confusión,
sin ellas me siento perdida,
mis sentidos se bloquean
y mi cuerpo empieza a temblar!
Pero… sueño o realidad,
las palabras no se han perdido,
 fueron hacia ti, en secreto,
en suaves movimientos,
llegando a tu mundo interior,
 bloqueando tus sentidos
y haciendo que tu cuerpo temblara
tan sólo de escuchar sus susurros.
Palabras al viento,
 libres, airosas, juguetonas, necesitadas,
atraviesan cielos y cantos,
mares y horizontes,
ecos y silencios,
fronteras y murallas,
van a encontrarse,
a inquietar o a asombrar
al revelar lo sentido y expresado
 en todas las emociones
que ellas conllevan
pudiendo fundir tu corazón
en un profundo acto de amor.
Palabras al viento,
en volandas te envían belleza,
alegría, paz
que trasmiten en su canto
 la verdad de nuestro existir.
Palabras al viento,
 vírgenes, radiantes,
van como fulgores en monosílabas,
 trisílabas, frases
 en busca de la aventura
de estar en ti
entregadas una a una
en tu corazón apasionado.

Perdida en caminos oscuros

Perdida en caminos oscuros,
 misteriosos, secretísimos,
plenos de honduras, sin luces,
me encuentro en estos instantes
como profeta de mis fines,
no dudando del mundo
que pintó mi fantasía
en los grandes desiertos invisibles.
Perdida estoy, reconcentrada y penetrante,
sola, muda, predestinada, esclarecida,
en un aislamiento profundo.
Mi hondo centro,
mi sueño errante
y mi soledad hundida
se dilatan por lo no inexistente
hasta que vacilo
cuando la duda oscurece
por dentro mi ceguera.
Perdida en caminos oscuros,
un tacto sombrío entre mi ser
y el mundo,
entre las dos tinieblas
define una ignorada juventud ardiente.
Estoy buscándote,
quiero encontrarte en la noche,
estoy perdida sin ti.
Allí, en la lejanía,
más allá de las palabras,
de los sentidos y las ideas,
en el territorio oculto
de tiempos escurridizos,
perdida grito tu nombre,
 te imploro
con una voz tierna y apasionada.
 ¡Búscame!
¡Atrápame!
Y agitando melodías de fuegos
en las manos del arco iris
correré libre hacia la luz
dejando de habitar las sombras.
Perdida en caminos oscuros,
quiero encontrar el resquicio
para llegar al terreno
donde el amor sueña
 libre en su soledad
y las cruces desnudas
 diluyen su lenguaje de espumas
recibiendo la sencilla vibración
de los corazones puros.
Me alejo,
 cruzando mil huellas oscuras,
pasando el horizonte envejecido,
mirando en el fondo de los sueños
 la estrella que palpita.
Me alejo, sí,
 buscando el camino iluminado,
 dejando atrás los caminos oscuros,
 llevando en mis manos
aquel cielo nativo
con un sol gastado.
Quiero llegar al lugar
donde el amor cae
en cataratas silentes,
 día a día
por las curvas sencillas del viento
desplazando su caudal de perfumes
 en el tiempo sin más ilusiones
que el buscar el acento claro de la paz.
Perdida en caminos oscuros,
huyo presurosa
 para hallar mis palabras
las que se llevó el viento,
 leves y vaporosas,
como las huellas
de las gaviotas en las playas.
Todo en mi vida es un presentimiento,
soy como hoja medio desprendida
que ya la agita
sin llegar el viento,
una hoja perdida,
temblorosa y conmovida.
Clara imagen pura
de mi búsqueda sin fin
de encontrarte
para amarnos y entregarnos
 para siempre en el éxtasis
de una unión secreta,
 nuestra, sólo nuestra.
Perdida en caminos oscuros,
voy labrando sin tregua
 ni senderos a la luz,
hacia ti, para abrazar con mi cuerpo de luna
el templo de oro de tu alma tranquila.
Vayamos juntos
 a la luz del día, ésta,
no es aquella de ayer
ni la que alumbrará mañana.
Búscame en mis caminos oscuros
y en volandas, únete conmigo

en el horizonte sin fin.

Secretos inconfesables

Secretos inconfesables,
perdidos entre mil pétalos
blancos, amarillos y rojos
que colman mi campo
como manto entretejido
de “te quiero y no te quiero”.
Son conciertos
de notas aterciopeladas
moviendo a ratos el sauzal
y después tornándose
a la quietud hecha de amores perdidos
y hallados sin saberlo
entre cantos y sentires.
¡Oh, vientos del jardín de los recuerdos!,
desde el fondo soplad,
trayéndome los secretos inconfesables
que los quiero recordar.
Entre albas transparentes
vestidas de ilusión,
cuyos llantos sin causa
derramaron sobre las flores,
mi inocencia pasó.
Secretos inconfesables,
tengo pétalos en los labios
y palabras escarlatas
que jamás he intentado pronunciar.
Tengo secretos inconfesables,
que de tanto guardarlos,
los he perdido
entre mil pétalos blancos
que mis ojos viajeros del tiempo,
cansados de pronosticar,
se diluyen
entre este mar de añoranzas perdidas.
Tengo pétalos
pegados en mis sienes,
en mi pelo, en mis manos,
en mis yemas,
como plumillas
que escriben sueños, nácares, tesoros…
Tengo pétalos,
suaves pétalos carnosos
de mis flores preferidas,
debajo de mis pies,
recorriendo el gran sendero blanco,
amarillento, de mi nido de amor.
Invierto en el presente,
apuesto a futuro, a poesía
y floraciones perennes,
a todos los secretos inconfesables
por amor,
a los pensamientos cárdenos de la vida.
Tengo en suma
un chal de pétalos tejidos
y destejidos de flores deshojadas,
alegres, coloridas,
al que accedo una y otra vez
por éste y otros poemas
inspirados por ti, mi amor.
Secretos inconfesables,
perdidos, desperdigados
en el manto de flores mágicas
de mi lecho de ilusiones
de amor por ti,
irradian el fulgor que seca
las fuentes de mi llanto.
En sus pétalos te recuerdo
y amorosa te exalto,
mientras en la tarde
te inclinas en tus largas manos
y te envuelven como tules
que en tu pecho se derraman.
Secretos inconfesables,
manantial de dicha
que suave se extiende
entre caminos y senderos
remontando los sueños
a las nubes altas
como río de la música,
llovizna de suaves pétalos,
que serenamente,

por dentro, nos abrazan.

Mis huellas en tu mar

Mis huellas en tu mar,
 mis marcas en tu piel,
entre estrías de luces,
entre maravillosos perfiles
que rutilan por el agua
entre festejos y júbilos
al velar el ardoroso buscarte
 en la plenitud del acierto
de este amor por ti.
Dejé mis huellas
en tu cuerpo de mar,
 entre un oleaje
 resplandeciente de ardores
que te recorren
como finas plumas del aire,
cubriéndote de besos, caricias,
en las puntas de las olas
 intentando cubrirte
con mis ansias locas.
Mis huellas en tu mar,
iluminan mis intentos
de que no me olvides nunca,
entre clamoreos festivos,
jubilosos, inocentes,
plenos de relumbres, de fulgores,
proclamando cómo te estoy queriendo
 y dejándote ante tu orilla
 mi cuerpo virgen y puro
que alegremente se te entrega.
Las olas van formando
con monosílabos
palabras de amor
que te susurran entrecortadas
 para que las descubras,
 sirviéndote a tus deseos
de que tú y yo formemos
un doble espejo
donde nos refugiaremos
para amarnos.
Mis huellas en tu mar
casi desaparecen,
se desdibujan,
 las olas en la arena
 las van llevando
entre la espuma hacia la espesura del mar,
donde tú me esperas,
ansioso y desesperado
por tenerme entre tus brazos.
Mis huellas en tu mar
se adentran entre las aguas
en una actividad a veces frenética
y a veces pausada,
fluyendo hacia ti, mi amante,
porque eres amado.
Muestra en tu hacer,
¡que eres un afluente
del gran fluido que es la vida!
Mis huellas en tu mar,
 como magia de amores,
viviéndolos, sintiéndolos
en grandiosos momentos de belleza
y gozo sin par,
entre imágenes de desbordantes fantasías
 y percepciones en torno a lo Divino.
El mar nos ciñe, más y más,
como un cerco de alegría,
colmándonos de asombro
al mirarnos entre espumas
que desfallecen en la orilla.
Mis huellas en tu mar
se hunden de a una,
de a cien, de a mil,
 las incontables pisadas cristalinas,
que como figuras de blanco mármol
quieren estrecharte entre sus senos,
de una  en otra,
evadiéndose ligeras
y permaneciendo siendo ninfas.
Son juego de raudo amor,
entre tú y esta ninfa rápida
que apenas erguida cae
entre tu espuma desfalleciendo en tu orilla
 entre verdes curvas,
con luces vagas
en un gran hervor
de cuerpos en proyecto.
Se enlazan en las ondas
en altas quejas estremecidas
de gozos y placeres,
entre deseos que se alzan
 en ligeras crestas de ondinas,
entre ansias
que se mueren

en blancuras de amores nuevos.